A pesar de ser una antigua reivindicación, ya sabíamos que la nuestra no es una escuela laica. La iglesia católica mantiene una serie de prerrogativas y privilegios en la enseñanza (difícilmente compatibles con que se llama un estado laico) en base a los acuerdos firmados entre el Estado Español y el Vaticano en 1979 y que mantienen la vigencia del concordato de 1953.
Lo que no sabíamos, y nos deja perplejas, es que en nuestra comunidad, la administración educativa llevara una política de beneficiar al colectivo de profesoras y profesores de religión en detrimento del resto de los trabajadores del sector educativo.
Vayamos por partes. Los pofes/as de religión son designados por los obispos. Esto quiere decir que su acceso al sistema público de enseñanza es “vía Espíritu Santo”, personificado en el obispo de su diócesis, que le concede la “misio canónica”, licencia de la iglesia católica para impartir clase de religión.
Desde que en el curso 2008/09 la religión quedó fuera del horario lectivo en bachillerato, hemos visto flaquear mucho la fe de nuestro alumnado. Como consecuencia de este descenso de fe, algunos profesores y profesoras de religión tenían menos horas de clase para impartir y por lo tanto problemas para completar horario.
Aunque somos gente de poca fe, no nos extrañó que el Gobierno Vasco y los sindicatos ELA, UGT y CCOO firmaran un acuerdo para que nuestras compañeras y compañeros solucionarán estos problemillas. Lo que nos extrañó, asombró y dejó patidifusas fue el acuerdo en sí. ¿En verdad la única solución es que nosotras, tanto funcionarias como interinas e interinos, les “cedamos” nuestras horas? Porque después de leer y releer el acuerdo es lo que entendemos.
Según el acuerdo firmado por el Departamento de Educación y ELA, CCOO U UGT, (Mayo-2009) “los profesores de religión, en el caso de que las horas de religión no sean las suficientes para configurar plaza, se aplicará la misma normativa que al resto de laborales, por lo que accederán a plazas mixtas, diseñadas con las horas de religión y otras actividades docentes, incluidas las horas lectivas de otras asignaturas acordes con su titulación.”
No lo podemos entender. ¿Esto quiere decir que un profesor/a de religión puede exigir que le completen su horario con otra asignatura, aunque no sobren horas entre los que imparten esa asignatura, desplazando a un funcionario/a con plaza? ¿Y pasa por delante del personal interino y sustituto de esa asignatura?
Y a partir de ahí somos un mar de dudas. Porque hemos preguntado, leído e indagado y nuestra fe se ha tambaleado como la del beato Tomás de Kempis cuando descubrió que le habían enterrado vivo.
Somos conscientes de que los caminos del Señor son inescrutables, pero nos gustaría que se hiciera un poco de luz, porque la verdad es que está todo muy oscuro.
Y las dudas y preguntas cada vez son más y más, y no parece que nadie, ni la administración ni los sindicatos, quieran aportar algo de claridad en este lado oscuro del Edén.
Si el profesorado de religión de secundaria depende del Gobierno Vasco ¿por qué no aparece públicamente toda la información en hezkuntza.net, igual que ocurre con el resto de personal que depende del Departamento de Educación?
Las plantillas de los centros se negocian entre las direcciones de los centros y el Departamento de Educación, excepto las plazas de religión. ¿Quién decide el número de éstas? ¿Con qué criterios? ¿Cuántas horas son necesarias para configurar una plaza de religión?
En el curso escolar 2009/2010, por primera vez en 23 años, se han ofertado dos plazas de religión (secundaria) en el concurso público, junto con las otras especialidades ¿Cómo se ha hecho hasta ahora?
¿Por qué en mayo del 2008 los profes/as de religión pasaron a las listas de sustituciones de otras asignaturas poniéndose en muchos casos delante de gente que llevaba más años que ellos?
¿Por qué el profesorado de religión puede optar a plaza de religión y a plaza según su especialidad y el resto de los mortales (interinos/as) solo a plaza según su especialidad?
¿Puede un trabajador tener contrato laboral indefinido (como es el caso del profesorado de religión) y ser eventual (estar en las listas de sustituciones) en una misma empresa a la vez?
A los licenciados en teología cristiana se les reconoce el derecho a optar por plazas de filosofía ¿Y los licenciados en estudios islámicos y en el Talmud?
Si una persona accede a la plaza de religión islámica suponemos que tendrá todo el derecho a completar su horario el año siguiente (si le faltan horas) con filosofía. ¡No queremos pensar que el departamento realice un trato racista y discriminatorio!
¿No es una vulneración del principio de igualdad el hecho de que este colectivo pueda acceder a todos los puestos de trabajo y el resto no pueda acceder a los suyos, puesto que para ello dependemos de la graciosa voluntad del obispo que concede la “misio canónica”?
Está visto que todos somos hijos de Dios, pero algunos parecemos hijastros.
Y más en estos tiempos de crisis económica y de recortes impuestos en la administración pública. Porque mientras que en la enseñanza secundaria y bachillerato se establecen unas condiciones más estrictas para crear grupos (mínimo 15 alumnos/as para una asignatura optativa, 17 para una asignatura de modalidad en bachillerato, etc.) en religión con un solo demandante se crea un grupo.
Y no sólo eso. En las subvenciones que el Departamento de Educación concede a entidades privadas para proyectos de Formación del Profesorado (BOPV 29/4/2010) se les concede, a los obispados de los tres territorios históricos 28.200 e., es decir, un 16% del total presupuestado, para que formen al profesorado de religión.
¿Cómo es posible que unos sindicatos que se reclaman de izquierdas, se dediquen de forma escandalosa a privilegiar a un colectivo, colectivo designado por la jerarquía eclesiástica, frente al conjunto de trabajadores y trabajadoras de la educación?
Jerarquía que a lo largo de la historia, y hoy otra vez con renovadas energías, se ha dedicado a dinamitar y eliminar ( en el sentido literal de la palabra) todo planteamiento o propuesta que surgiera precisamente de la izquierda.
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