De entrada recordar que de aquellos años en que la Iglesia era fiel aliada del fascismo y el comienzo de la dictadura vino la firma del Concordato de España con la Santa Sede, una firma que selló precisamente aquella unión entre la Iglesia y el Estado.
El laicismo en España no pretende ni mucho menos acabar ni con la religión ni con el catolicismo, lo único que pretende, y es perfectamente defendible por democrático es que la Iglesia y el Estado estén totalmente separados en la vida real con todo lo que ello conlleva.
Sé que es un proceso largo y complicado por la cantidad de convenios y “papeles” firmados que habría que derogar, pero eso no significa que sea imposible.
Hay voces ultra católicas que dicen que lo que queremos los laicos es que no haya iglesias, ni conventos, ni curas, ni monjas. No es cierto, falso totalmente, al menos en mi caso; yo no estoy en contra ni de los edificios religiosos ni de las personas que pertenecen a ellos. Lo único que pido es que tanto los edificios (iglesia, conventos, etc.) sean mantenidos por sus fieles y por las autoridades eclesiásticas. Solo eso, sin ningún tipo de financiación y si hay alguna que sea en las mismas condiciones que con otro tipo de edificios pertenecientes al patrimonio cultural civil.
Yo no pido que se cierre ninguna iglesia, como no pido que se cierre ningún convento ni ningún castillo ni ningún edificio histórico. Lo único que pido es que la ayuda provenga de los dueños de ellos.
¿Cómo voy a pedir que se acabe con el patrimonio religioso si yo soy un fiel defensor de este como o lo soy del civil?
Yo pido que la religión se de pero en su sitio, en la catequesis, en la iglesia y en los colegios privados católicos. Solo ahí; no creo que este pidiendo nada del otro mundo.
Claro, lo que pasa es que, ¿Qué supondría esto? Acabar con décadas de patrocinios, privilegios y demás vanidades eclesiásticas.
Tocando otro aspecto de esta historia, no me gustan las procesiones en el sentido de que son la exposición estética en la calle de un lamentable suceso ocurrido hace dos mil año. La tortura y muerte de Jesús de Nazaret. Y no me gusta ver este hecho “bailado” ni con Jesús ni con su madre en las calles; pero aparte de criticar esto – que daría supongo para otro debate – y que es una opinión muy personal, también critíco y estoy en contra de que las autoridades y los políticos vayan representando al pueblo en ellas y no a título personal como puedo ir yo o cualquier otra persona.
Conozco por otra parte a muchas personas que no son católicas y que van en las procesiones simplemente por tradición o porque les gusta, y me parece bien… al igual que conozco muchas personas que se declaran abiertamente de izquierdas y son católicas practicantes. ¿Y qué pasa? ¡No pasa nada! Y me alegro de que no pase nada. Y hubo y hay cantidad de filósofos y pensadores que siendo de izquierdas en todo su arco, socialistas, comunistas y anarquistas, son creyentes, Carlos Díaz es un ejemplo, y… ¡no pasa nada! Y admito que estas últimas palabras me las pueda cuestionar gente que se declare muy “revolucionaria”, lo que demostraría por cierto que estas personas son tan intolerantes como las que siempre he criticado de la derecha “no civilizada”.
El laicismo entre otras cosas y resumiendo mucho, no es una lucha contra la religión, es una lucha por la igualdad entre todos los estamentos y entre todas las formas de pensar, al menos repito como antes decía, desde mi punto de vista.
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