La mitad que en Álava , Bizkaia y Navarra Gipuzkoa registra el dato más bajo de todo el Estado y también lidera el descenso interanual
Es uno de los obispos malqueridos de España. Lleva 10 años en la diócesis y ni siquiera el paso de una década ha permitido a José Ignacio Munilla hacerse con las riendas y, mucho menos, con el corazón de la diócesis de San Sebastián. Laicos y hasta sus propios curas llevan años movilizados públicamente contra él (algo inédito en el mundo) y, ahora, la puntilla se la viene a dar la cruz de la renta en la casilla de la Iglesia, que coloca a su diócesis en el pelotón de cola de la contribución a las arcas eclesiásticas.
Los buenos datos en el Estado no se han replicado en Gipuzkoa, que se ha convertido en el territorio donde más contribuyentes han dejado de marcar la casilla de la Iglesia católica (la caída ha sido del 2,90%, lo que ha supuesto dejar de ingresar casi 331.000 euros).
Aunque también se han experimentado descensos en otras latitudes: En Bizkaia, del 0,82%, en Álava del 1,26% y en Navarra del 1,31%. En el Estado, las declaraciones de la renta que marcan la equis de la Iglesia han caído casi un punto (0,98%) en un año, lo que no ha evitado que se recauden 260.937 euros más que el ejercicio anterior.
Una realidad bien distinta a la de Euskal Herria, donde la caída en Álava se ha traducido en una pérdida para las arcas de la Iglesia de casi 219.000 euros en el último año, una rebaja de 261.000 euros en el caso de Navarra y donde Bizkaia, pese a la caída de contribuyentes solidarios con la Iglesia católica, ha conseguido mantener el nivel de recaudación con un discreto incremento de 7.000 euros.
Es llamativo, sin duda, que, en Gipúzcoa el porcentaje haya caído tres puntos en el último año. Comparado con Vizcaya y Alava, que siguen la tónica del resto de España, la caída de Gipúzcoa es muy significativa: casi un 10% menos que en las provincias vecinas.
Tanto en Madrid como en Roma, este descalabro se lo achacan, en parte, a monseñor Munilla y sus tensas relaciones con amplios sectores de la sociedad donostiarra, especialmente con las mujeres.En los años a los que se refiere la declaración de la renta, el obispo mantuvo agrios enfrentamientos públicos con varios colectivos feministas, de cuyas iras el prelado fua blanco en varias ocasiones.
Desde hace años, el caso Munilla está en los despachos de Roma y de la Nunciatura apostólica española. Se prevé que el nuevo Nuncio, que acaba de llegar a Madrid, intente buscarle acomodo fuera del País Vasco en los próximos meses. Dicen que en una pequeña diócesis de Castilla, donde puedan quererlo un poco más que en San Sebastián.