Gil Tamayo desveló que esta reunión que es una “señal muy positiva” se enmarca dentro de la normalidad institucional y de las relaciones Iglesia-Estado. “El presidente de la CEE le trasladó a Sánchez que la Iglesia no es un contrincante político pero tiene una palabra que decir, no para legislar con el catecismo, sino para dar su visión sobre los asuntos que se dan en la sociedad”, apuntó.
Sobre la eutanasia
Gil Tamayo dedicó casi diez minutos de su intervención en la rueda de prensa posterior a la 245ª reunión de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal a explicar por qué la Iglesia católica y un cristiano no pueden estar a favor de la eutanasia.
A partir del minuto 10.30 del vídeo, el portavoz de la CEE asevera, entre otras argumentaciones, que la “defensa de la vida tiene que ser integral, no una defensa según baremos de calidad de vida, porque si nos constituimos como jueces de calidad de vida entramos en unos derroteros subjetivistas muy peligrosos, para los demás y nosotros mismos”.
En esta línea dijo que esta ley abriría la puerta a una “valoración de la calidad de los tipos de vida según las circunstancias de dolor y de sufrimiento subjetivas”.
Corredor de la muerte voluntario
Tamayo recordó que él había calificado la eutanasia como un “corredor de la muerte voluntario: No podemos hacer más corredores de la muerte. Esperemos que desaparezcan todos”.
Asimismo, insistió en que la Iglesia está contra la pena de muerte y en sentido, la Conferencia Episcopal Española se ha adherido para reformar el Catecismo con tal fin de que, de “manera clara y taxativa quede excluida y rechazada la pena de muerte”.
Por esta razón, el portavoz de la CEE pidió ser consecuentes. “La autonomía de la vida del hombre no puede ser absoluta, no es un acto médico, hay manifestaciones en contra de la organización médica colegial”.
Insistió en que el suicidio asistido no es un “derecho” y que no se pueden hacer “derechos de laboratorio que no nazcan de la dignidad y de la propia naturaleza humana. Hay una ecología de lo humano que debemos defender y si el bien de la propia supervivencia es tan connatural en nosotros, no podemos volvernos contra ello. Un cristiano no puede seguir el camino de este corredor de la muerte voluntario que supondría la eutanasia”, sentenció.
Tamayo recordó que los obispos no abogan por la cultura del descarte sino que piden regular los cuidados paliativos. “Hay que cambiar el chip y pensar más como cuidamos a los enfermos, cuidados que no solo sean médicos, sino espirituales y psicológicos, con profesionales especializados. Estas son respuestas de una sociedad éticamente sana y con un sentido de la dignidad y responsabilidad de los ciudadanos y no por el atajo de la muerte ni de la eutanasia”.
Valle de los Caídos
Sobre la cuestión del Valle de los Caídos, Gil Tamayo contestó a preguntas de los periodistas (Minuto 24.00). Dejó claro que no corresponde a la Iglesia la decisión de la permanencia o no de los restos de Franco: “Es otro ámbito, el político o familiar quien lo debe decidir”.
Leyes de género
También y a preguntas de este Confidencial, respondió sobre las relaciones Iglesia-Estado en cuanto a la aplicación de las leyes impositivas de género. Gil Tamayo recordó que la Iglesia ya mostró su oposición más absoluta a la imposición de la ideología de género a través de leyes como la presentada por Unidos Podemos en el Congreso y otras leyes autonómicas.
No obstante, la Iglesia que nunca va a “llamar a la inacción política o social” tampoco se le puede pedir que vaya “como encabezando la manifestación, porque el papel de la Iglesia es un papel iluminador, no de agente político”.
En este sentido, instó a los padres y a seglares a utilizar los medios democráticos y legales para defender sus propios derechos “cuando vean mermados sus derechos por un ámbito impositivo”, de cara a que se le permita educar a sus hijos conforme a su concepción de “la ecología humana y su visión antropológica”, (Minuto 32.22 del vídeo).