A un año de que la Corte Suprema de Estados Unidos anuló el derecho al aborto en todo el país, líderes y denominaciones religiosas han respondido de maneras sorprendentemente diversas: algunos celebran las prohibiciones a nivel estatal que han surgido y otros están enojados porque una causa cristiana conservadora ha cambiado la ley del país en formas que consideran opresivas.
Las divisiones están representadas en la denominación más grande del país, la Iglesia Católica. Las encuestas nacionales muestran repetidamente que la mayoría de los católicos de Estados Unidos cree que el aborto debería ser legal en la mayoría o en todos los casos, sin embargo, la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos apoya las prohibiciones generalizadas.