Descargo de responsabilidad
Esta publicación expresa la posición de su autor o del medio del que la recolectamos, sin que suponga que el Observatorio del Laicismo o Europa Laica compartan lo expresado en la misma. Europa Laica expresa sus posiciones a través de sus:
El Observatorio recoge toda la documentación que detecta relacionada con el laicismo, independientemente de la posición o puntos de vista que refleje. Es parte de nuestra labor observar todos los debates y lo que se defiende por las diferentes partes que intervengan en los mismos.
A partir del siglo pasado, dos cosas antes impensables empiezan a ser percibidas como posibles. Una es la propuesta política de la laicidad (grosso modo: separación entre Estado e Iglesia o Iglesias, neutralidad del Estado respecto a las creencias de la ciudadanía y libertad de conciencia). La otra es la duda respecto a la existencia de Dios, o directamente, su negación (es decir, el agnosticismo y el ateísmo como opciones personales). Pero, durante mucho tiempo, las gentes ateas y las laicistas (ojo, no necesariamente coinciden siempre esas dos condiciones en la misma persona) nos hemos sentido incómodas y algo perdidas por no saber cómo reemplazar los rituales cristianos en trances tales como el nacimiento o la muerte.