Francia expulsó este sábado a cinco bosnios, miembros de la familia de una adolescente musulmana a la que pegaron y raparon el pasado mes de agosto en castigo por su relación con un chico serbio cristiano.
El ministro del Interior, Gérald Darmanin, explicó en un comunicado que la expulsión es consecuencia de los “comportamientos inadmisibles de esta familia” con “una adolescente enamorada de un joven serbio de otra confesión”.
Darmanin precisó que los cinco miembros de la familia Zairovith han sido enviados a Sarajevo y que los servicios sociales franceses se van a ocupar de la chica, que tiene 17 años, hasta que llegue a la mayoría de edad, cuando se le dará un permiso de residencia.
Su decisión llega un día después de que el Tribunal Correccional de Besançon condenara a los padres y a los tíos de la muchacha con penas de cárcel y de expulsión de Francia.
El ministro del Interior ya había advertido de que los tíos de la joven bosnia, que habían llegado a Francia en 2016 y a los que se había otorgado el estatuto de refugiados, no tenían “nada que hacer” en este país y que serían expulsados cuando terminara el procedimiento judicial.
La chica había declarado ante los investigadores que sus familiares le dieron puñetazos y patadas y que se oponían a su intención de casarse con su novio serbio “a causa de la religión”, lo que negaron los acusados durante el proceso.
La noticia de la expulsión llega en una secuencia de gestos de firmeza del Gobierno francés frente al integrismo islámico después del atentado yihadista del 16 de octubre.
Ese día un profesor, Samuel Paty, fue decapitado por un joven checheno cerca del colegio en el que enseñaba en la región de París tras haber sido víctima de una campaña en las redes sociales por haber mostrado a sus alumnos las controvertidas caricaturas del profeta Mahoma en una clase dedicada a la libertad de expresión.