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Protesta en la parisina plaza de la república tras los atentados.

[Francia] El legado de ‘Charlie Hebdo’ contra el terror islamista

Se cumplen ocho años de la matanza perpetrada en la redacción de la gran revista satírica francesa. Fue la venganza por unos dibujos de Mahoma y el arranque de una sangrienta ofensiva contra nuestras libertades. En el origen están las mentiras de unos imanes daneses y la complicidad de algunos líderes árabes

París. 7 de enero de 2015. 11:20 horas. Dos hombres con fusiles Kaláshnikov irrumpen en el número 10 de la calle Nicolas-Appert. Asesinan al portero y suben al segundo piso, sede del semanario satírico Charlie Hebdo. Llaman al timbre. A esa hora, entre las bromas habituales, se celebra la reunión de redacción. Dos minutos después, solo se oye algún gemido. En la sala yacen los cuerpos de los caricaturistas Stéphane Charbonnier -‘Charb’-, Jean Cabut -‘Cabu’-, Bernard Verlhac -‘Tignous’-, Georges Wolinski y Philippe Honoré. Junto a ellos, el corrector Mustafá Ourrad, los columnistas Elsa Cayat y Bernard Maris; Michel Renaud, un editor invitado, y Frank Brinsolaro, policía y guardaespaldas de Charb. Otros cinco miembros de la redacción han quedado gravemente heridos. “¡Hemos vengado al profeta! ¡Alá es grande!”, gritan los hermanos Said y Cherif Kouachi. En su huida rematan en la acera a un policía herido, Ahmed Merabet, musulmán. “¿Me vais a matar?”. “Sí, jefe”. Y le vuelan la cabeza.

Los Kouachi han dejado un reguero de 12 cadáveres. Todo por unas caricaturas de Mahoma publicadas en la revista 10 años antes. El horror no ha hecho más que empezar. En los dos días posteriores otro cómplice, Amedy Coulibaly, asesinará a una policía y a cuatro rehenes en un supermercado judío, también en París. Es el arranque de un año de ataques terroristas sin precedentes en Francia y en Europa.

La génesis de la matanza de Charlie está en Dinamarca. Estamos en 2005. A Flemming Rose, jefe de cultura del diario Jyllands-Posten, le preocupa la creciente autocensura en Europa ante las presiones islamistas. El asesinato, en 2004, del cineasta holandés Theo van Gogh ha logrado su propósito: los museos retiran obras por temor a la reacción de los fanáticos, los traductores esconden sus nombres en libros críticos con el islam, los cómicos se inhiben de hacer chistes… Cuando un escritor le cuenta que no logra encontrar un ilustrador para un libro infantil sobre la vida de Mahoma, Rose decide convocar a dibujantes daneses. Recibe una docena de imágenes. Algunas son bonitas recreaciones; otras, caricaturas punzantes. Las publica todas. El desafío al poder, político y religioso, y el pensamiento crítico, dice, son consustanciales a la libertad en Europa. Y no puede renunciarse a ello.

Imanes mentirosos

Cuatro meses después, en febrero de 2006, una ola de violentas protestas sacude una veintena de países musulmanes, dejando medio centenar de muertos. En Siria, los manifestantes queman las embajadas de Noruega, Dinamarca y Suecia. Detrás de la crisis hay una sucia maniobra de algunos imanes daneses, que semanas antes han repartido por capitales árabes y la Conferencia Islámica un informe de denuncia sobre las caricaturas de Mahoma. En el dosier, de 43 páginas, cuelan datos falsos y unos dibujos obscenos y apócrifos, que no se habían publicado en la prensa danesa y que pintan al profeta como pedófilo o con cara de cerdo. Los medios locales dan pábulo a las mentiras y las calles se incendian sin esfuerzo, con la complicidad de políticos locales.

Es en este contexto cuando varios medios europeos deciden publicar las caricaturas en solidaridad con sus colegas daneses. El 8 de febrero de 2006 Charlie Hebdo las saca con una portada memorable. En ella un Mahoma, desesperado, dice: “Es duro ser amado por gilipollas”.

Tanto el Jyllands-Posten como Charlie salen airosos de las demandas judiciales interpuestas por asociaciones islámicas. Pero el Estado Islámico ha puesto precio a sus cabezas. En 2011, la sede de Charlie es incendiada. “No culpo a los musulmanes de no reírse de nuestros dibujos”, dice Charb, su director. “Vivo bajo la ley francesa, no bajo la ley coránica”. Cuatro años después, en 2015, cae junto a sus compañeros. Francia se sume en una pesadilla.

Una edición histórica

“Mahoma, desbordado por los integristas”, titula la portada del número de ‘Charlie’ que publicó las caricaturas. Y el profeta, irritado, dice: “Es duro ser amado por gilipollas”

En los meses posteriores, cuatro personas son asesinadas por lobos solitarios. Y llegamos a noviembre. La noche del 13, una cadena de ataques en los alrededores del Estadio de París, en las terrazas de cinco restaurantes y en la sala de conciertos Bataclan provoca una carnicería: 131 muertos y 415 heridos. Siete meses más tarde, el 14 de julio de 2016, otros terroristas matan a 86 personas al arrollar con un camión a la multitud que celebraba en Niza la fiesta nacional. Y desde entonces, un goteo de asesinatos eleva la cifra de muertos a 264 entre 2015 y 2020. Entre ellos, la decapitación del profesor Samuel Paty.

La respuesta de Francia, como no podía ser de otra manera, ha sido aplicar el Estado de derecho. En 2022 la Justicia confirmó las condenas de los 14 compinches de los Kouachi y Coulibaly, abatidos durante su huida. También se ha celebrado el macrojuicio por los atentados de noviembre, con duras condenas para los 19 cómplices y el único terrorista que quedó con vida (siete se volaron en los ataques y dos fueron abatidos). Y en diciembre se juzgó el atentado de Niza.

No es casual que el asedio del fanatismo medieval contra el legado de la Ilustración se haya cebado con la laica Francia. El presidente Macron ha reafirmado que su país no va a renunciar a las caricaturas, ni a las libertades ni a los principios republicanos. Y ha aprobado una ley para combatir el “separatismo islamista”. Pero la guerra va a ser muy larga. Y es Europa la que se juega su futuro.

CINCO AÑOS, 264 MUERTOS

Septiembre de 2005.

El diario danés ‘Jyllands-Posten’ publica 12 caricaturas de Mahoma

Febrero de 2006.

‘Charlie Hebdo’ publi-ca las carica-turas en apoyo al ‘Jyllands’

Noviembre de 2011.

Incendiadas las oficinas de ‘Charlie’

Enero de 2015.

Ataque a la sede de ‘Charlie’ y un supermerca-do judío. 17 muertos

Julio de 2015.

Asesinados en Niza tres soldados

Agosto de 2015.

Atentado frustrado en un tren

Noviembre de 2015.

Cadena de atentados en las calles de París y la sala Bataclan.131 muertos

Julio de 2016.

Atentado en Niza. 86 muertos

Degollado un cura en St. Etienne

2017-2019

18 muertos -14 civiles y cuatro policías- a manos de ‘lobos solitarios’

Octubre de 2020

Decapitado el profesor de instituto Samuel Paty

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