El 64% de los franceses estiman que el islam , segunda religión nacional, es incompatible con los valores del Estado, la República, confirmando una brecha cultural con muchos flecos políticos, sociales y culturales de calado creciente.
En Francia (68.373.433 habitantes, el 1 enero 2024), entre seis y siete millones franceses de nacimiento, con tendencia al alza, son musulmanes de muy diversa sensibilidad, con un punto capital en común: la gran mayoría estiman que sus principios religiosos con superiores a las leyes del Estado.Según sondeo de CSA, publicado por CNews, Europe 1 y JDD, el 64% de los franceses estiman que la religión musulmana es incompatible con los principios del Estado, laico y republicano. Por el contrario, otro 35% de franceses estiman que el islam y los valores republicanos «no se oponen».Noticia Relacionada estandar Si Un adolescente de 15 años mata a una vigilante durante un control aleatorio en un instituto en Francia juan pedro quiñonero La víctima, de 31 años, fue evacuada inicialmente en estado crítico, pero finalmente ha fallecido como consecuencia de las heridasMuy groseramente, derechas, centro y parte de las izquierdas (socialista y comunista) estiman el islam es incompatible con el Estado. Extrema izquierda y parte de la izquierda «periférica» (con muchos electores en la periferia de las grandes ciudades, la ‘banlieue’) esperan representar y beneficiarse del voto musulmán joven, bastante radical.Esa división social y cultural está marcando la evolución política nacional. Históricamente, el voto musulmán fue un voto relativamente conservador. La guerra desencadenada por Hamás del 7 de octubre del 2023, ha confirmando una ruptura que tenía muchos antecedentes y parece irreversible, abriendo, al mismo tiempo, una suerte de ‘guerra civil’ entre musulmanes.Una minoría de los 2.000 o 2.200 imanes que predican en Francia, en otras tantas mezquitas, son partidarios del respeto de las leyes del Estado. Pero varios de ellos están amenazados de muerte por grupúsculos extremistas, como los Hermanos musulmanes , entre otras facciones islámicas minoritarias.El Estado expulsa regularmente a imanes culpables del delito de propagación de ideas incompatibles con el Estado. El 90 % de los franceses apoyan esas expulsiones , que no zanjan el problema de fondo. Esa respuesta policial no resuelve el problema de fondo.Influencia creciente de los imanes radicalesHistóricamente, la Gran Mezquita de París , construida por el Estado después de la Primera Guerra Mundial, como homenaje a los musulmanes muertos en el campo de batalla, integrados en los ejércitos nacionales, fue una institución dialogante y bien reconocida por el Estado. Sin embargo, desde hace unos años, esa institución comienza a sufrir la influencia de imanes creyentes en la supremacía de sus valores religiosos sobre las leyes de la República.Una minoría creciente de imanes y los musulmanes más jóvenes participan en la vida política, a su manera, radical: sumándose a las manifestaciones contra el Gobierno y el Estado, en defensa de posiciones próximas a Hamás, con mucha frecuencia.En todas las manifestaciones de La Francia Insumisa (LFI, extrema izquierda), segundo partido francés, tras Agrupación Nacional (AN, extrema derecha), están muy presentes los y las manifestantes musulmanas, esgrimiendo pañuelos y banderolas próximas a Hamás .Hace semanas, Emmanuel Macron ordenó la redacción de una futura ley, en curso de estudio y preparación, para combatir el crecimiento de los Hermanos musulmanes, que varios informes policiales denuncian como «inquietante».Esa ley, que prevé aprobarse antes de finales de año, debiera combatir las amenazas del islamismo radical . Una mayoría de franceses estiman, sin embargo, que el crecimiento del islam, confundidas todas sus ‘familias’ y tendencias, es incompatible con los valores esenciales del Estado. Se trata de cuestiones paralelas e íntimamente ligadas.