Hace unos días hubo una polémica en la ciudad autónoma de Ceuta al no contemplar el gobierno local del Partido Popular el día último del mes sagrado musulmán del Ramadán como fiesta local. No sin razón, los musulmanes han exigido al gobierno de Ceuta que un día tan importante como ese para ellos, fuera fiesta laboral, es decir, que no se trabaje, al igual que hacen los católicos con sus fiestas religiosas, como por ejemplo, la Semana Santa.
Hace unos días hemos celebrado la fiesta local en Jerez del patrón de los católicos de la ciudad. Y puntualizo lo de patrón de los católicos, porque no se debe decir que san Dionisio es patrón de Jerez ni de la ciudad de Jerez. No. Será patrón de los católicos jerezanos. Pero de los protestantes, de los ateos, de los agnósticos, o de los musulmanes jerezanos, está claro que no lo es. Recuerdo que la condición de jerezano o jerezana se obtiene al estar empadronado en el municipio o haber nacido en la ciudad.
Todo esto viene de una anacronía. En pleno siglo XXI, el sentido común nos dice que no debemos mezclar las cosas religiosas con las cosas civiles, porque siempre alguien sale escaldado en su libertad, ya sea libertad religiosa o libertad a no tener nada que ver con la religión. Los partidos políticos tienen que tener el coraje de una vez de suprimir todas las fiestas religiosas del calendario civil. Pero no van a tener ese coraje. Tienen miedo al voto de los fieles de tal religión o tal otra. Quitar las fiestas religiosas del calendario civil no es estar en contra de ninguna religión. Simplemente es hacer un ejercicio de tolerancia donde quepamos TODA la ciudad.
Esto no quiere decir que la religión se vaya a prohibir. En absoluto. La religión mayoritaria en Jerez, la católica, podría seguir haciendo procesiones a diario como cualquier otra organización del tipo que sea puede hacerlo también haciendo uso del derecho a la manifestación.
Los oficios religiosos, porque sean en día laboral y no festivo no tienen por qué tener ningún menoscabo. Por ejemplo, las fiestas de San José el 19 de marzo y de Santiago el 25 de julio, son fiestas de guardar, de precepto, es decir, que hay que ir a misa si no quieres caer en pecado pero no son fiestas civiles. Y en Jerez, esos días, a pesar de ser laborales, los fieles acuden en masa a las misas que se hacen a todas las horas del día. Y no pasa absolutamente nada.
Lo dice el refrán, ya anacrónico también: «O todos moros, o todos cristianos». Mucho mejor modernizar el refranero y adecuarlo a los tiempos: todos laicos y todos iguales. Y las religiones, a celebrarla a titulo particular, como lo que es, una cosa de cada cual que no debe interferir en la vida de los demás.