La eliminación de los Decretos de la última dictadura que otorgan sueldos, viático y becas a la curia “es un avance hacia el laicismo, es decir, hacia la igualdad, pero la separación de la Iglesia Católica Apostólica Romana (Icar) y el Estado debe ser absoluta no sólo en lo económico, también las políticas públicas deben estar libradas de todo clericalismo”, afirmó a AIM el integrante de la Coalición Argentina por un Estado Laico (Cael), Fernando Esteban Lozada.
El anuncio de la Icar de la supuesta renuncia a aportes para sueldos de Obispos y Arzobispos “es una parodia”, afirmó a esta agencia Lozada, quien explicó que lo que representa ese monto es ínfimo en relación a lo que realmente percibe la institución, ya que “se calcula que la cifra ronda entre los 20.000 millones a los 40.000 millones de pesos anuales”.
Para el referente laicista, el anuncio fue una farsa para intentar limpiar un poco la imàgen de la Iglesia ante el aluvión de apostasías que se está replicando en Latinoamérica: “El día anterior a que llevemos a la Conferencia Episcopal Argentina las 3.000 apostasías e informamos que teníamos más de 4.000 y durante septiembre seguirán realizándose en todo el país y que en Latinoamérica se está replicando, se reunieron los obispos y ahí decidieron emitir esa carta donde dijeron que, gradualmente, están dispuestos a dejar de percibir los sueldos de Obispos y Arzobispos, lo que representan esos cinco decretos de la dictadura del 76 al 83” .
En ese sentido, apuntó que los 178 millones –con sueldos a Arzobispos y Obispos, becas a seminaristas, salarios a curas párrocos de fronteras, viáticos dentro y fuera del país- “representa la mínima parte que el Estado argentino le da a esa institución”, ya que precisó: “Si vemos que en escuelas confesionales se está aproximadamente en una cifra de entre 18.000 y 20.000 millones de pesos anuales; que las capellanías (tienen cientos de capellanes) cobran sueldos de oficiales en las Fuerzas Armadas y de Seguridad y en algunos hospitales públicos –también por Decreto de la Dictadura-; y que el vicario castrense cobra el sueldo equivalente al de un ministro de la Nación , más de 100.000 pesos por mes tenemos una cifra exorbitante”.
Además, apuntó que “también el Estado le dona a la Icar año entre 500 y 1000 propiedades, que representa una fortuna”, dijo el referente.
Otro nicho oscuro es Caritas “que recibe de los Estados municipales y nacional millones; si vemos que de cada municipio puede estar recibiendo entre 500.000 o 1 millón de pesos y hay 2100 municipios, la cifra es abultada y Cáritas jamás mostró un ticket o realizó un balance de en qué gasta el dinero del Estado”.
En ese marco, Lozada advirtió que “es muy difícil estimar las exenciones impositivas o las condonaciones de deuda, la Icar tiene miles de personas jurídicas, por lo que es muy complejo de rastrear; todo el tiempo se le perdonan las deudas que tiene con el Estado, tanto de establecimientos religiosos como comerciales”.
Además, otro ejemplo es la Universidad Católica Argentina (UCA) que no paga impuestos, sólo por los tres edificios que tiene en Puerto Madero, evita abonar 700.000 pesos por mes. También “las refacciones o restauraciones de iglesias, capillas o parroquias representa cientos de millones de pesos anuales y muchas veces está disfrazado como reparación de edificios históricos”.
Ante ese escenario, Lozada remarcó “que a todos estos beneficios económicos hay que sumarle la fuerte influencia que tiene en asuntos públicos que se debe terminar”.