Gaztelueta tendrá nuevos grupos en el primer ciclo de Infantil, según recoge el Boletín Oficial del País Vasco (BOPV), aunque el Gobierno matiza que estas aulas no recibirán financiación pública
El Departamento vasco de Educación ha autorizado una ampliación de plazas en el colegio privado Gaztelueta de la localidad vizcaína de Leioa. Este centro es de una patronal próxima al Opus Dei y en las etapas educativas a partir de los 6 años impide la matriculación de mujeres. Además, defendió de manera expresa a un profesor numerario condenado por abusos sexuales a un alumno del centro y llegó a ofrecer una rueda de prensa para cuestionar la denuncia de la víctima. Con todo, Gaztelueta es un centro concertado con fondos públicos, aunque el anuncio del Boletín Oficial del País Vasco (BOPV) con las nuevas líneas en el colegio indica expresamente que “el otorgamiento de la autorización […] no implica, en modo alguno, la obtención de ayudas a través del régimen de conciertos educativos o de convocatorias de subvenciones”.
La educación no se financia en esas edades tempranas aunque los colegios aprovechan ya para captar a sus futuros alumnos para la enseñanza obligatoria. Educación explica que “el citado expediente ha sido tramitado de conformidad con el procedimiento establecido” y que Gaztelueta “ha unido la documentación exigida por la normativa vigente”. En 2020, este colegio percibía 3,6 millones de euros anuales de las arcas públicas.
Según ha acordado el consejero de Educación, Jokin Bildarratz, “se autoriza, a partir del curso escolar 2022/2023, la ampliación de dos unidades en el primer ciclo de Educación Infantil, una para niñas y niños de 1-2 años y otra para niñas y niños de 2-3 años, al centro docente privado” Gaztelueta. Con la ampliación de plazas, este colegio dispondrá de siete aulas y 101 plazas del primer ciclo de Infantil (hasta tres años) y nueve grupos de segundo ciclo de Infantil (de tres a seis años) con 225 puestos. Ya con alumnado enteramente masculino, tiene 18 clases de Primaria (de seis a doce años) con 450 matrículas, 16 grupos de Secundaria (de doce a 16 años) y 480 estudiantes y seis clases de Bachillerato (de 16 a 18 años) para 210 plazas. Tiene también tres aulas de Educación Especial y dos ciclos de Formación Profesional, un grado medio de gestión administrativa y un Grado Superior de administración de sistemas informáticos.
Gaztelueta defiende de manera rotunda lo que ellos denominan “educación diferenciada”. De hecho, existen colegios vinculados también al Opus Dei exclusivamente femeninos. En la revista del colegio, una experta cuyo nombre ni se facilita afirma: “Estas diferencias cerebrales provocan no sólo que el ritmo de maduración de niños y niñas sea diferente, sino que además sean distintos en intereses; aficiones; gustos; juegos; forma de socializarse; de exteriorizar los sentimientos; reacciones ante idénticos estímulos…tantas cosas. Todo ello hace que no se les pueda exigir o imponer la misma forma de enseñanza, ya que aprenden de forma diferente. Además, debemos sumar otra diferencia: el desarrollo muscular de los chicos provocado por la influencia de la testosterona. Esto les hace mucho más proclives al movimiento. Son por lo tanto más inquietos, brutos y activos. Ni mejores, ni peores, tan sólo maravillosamente diferentes”. En la web está disponible también un folleto en inglés con argumentos similares y con referencias a que las relaciones son más sanas si estudian juntos niños y niñas.
Tiranteces entre los firmantes del pacto educativo
Esta autorización sigue a otra en Vitoria al centro Virgen Niña de la patronal CEU, vinculada con la Asociación Católica de Propagandistas, que a su vez fue instigadora de una polémica campaña contra el derecho al aborto. Educación, como adelantó este periódico y ha confirmado ahora en el Parlamento Vasco, ha abierto una nueva línea de Secundaria en este colegio -y en este caso con cargo a fondos públicos- para trasladar a los alrededor de 40 alumnos de NClic, en cuyas instalaciones -unos barracones a la espera de las licencias urbanísticas para un nuevo edificio- no se ha permitido la impartición de clases a partir de los 12 años. Según las fuentes consultadas, en los listados provisionales de matriculación los alumnos afectados se repartieron en centros públicos o privados de su elección pero, cuando llegó la resolución definitiva de Educación, todos ellos fueron adscritos a una nueva línea concertada en Virgen Niña.
El tratamiento de la enseñanza privada -que engloba casi al 50% de los estudiantes en Euskadi- y el borrador del nuevo decreto de planificación de centros han hecho que las costuras del reciente pacto educativo se resientan. En abril, los partidos del Gobierno vasco, PNV y PSE-EE, cerraron con las dos principales fuerzas de la oposición, EH Bildu y Elkarrekin Podemos-IU, unas bases para la reforma de la ley de Educación, que ya está en tramitación. Representaban al 90% de la Cámara y se presentó el pacto como histórico. El documento planteaba medidas contra la segregación por sexos -también por razones de origen o nivel económico entre la pública y la concertada- e igualmente prometía un refuerzo de la pública frente a un modelo que la izquierda bautizó de “concertación universal”, es decir, que no externalizaba las plazas necesarias que no atendía la pública sino que autorizaba cualquier proyecto educativo nuevo.
En este sentido, el nuevo decreto plantea más plazas por aula en la concertada que en la pública. Son hasta 25 (frente a 23) en Infantil y Primaria, hasta 30 (frente a 25) en Secundaria y hasta 35 (frente a 27) en el Bachillerato. Fuentes parlamentarias explican que este jueves se han producido contactos “informales” -que Educación no confirma- con EH Bildu y Elkarrekin Podemos-IU. No obstante, sí está cerrado ya que el 13 de junio a las 15.30 horas habrá una reunión de la comisión de seguimiento del acuerdo educativo en la que participarán los cuatro grupos políticos firmantes y en la que se espera la presencia de Bildarratz.