En un escrito dirigido al Gobierno, critica la “excepción” que hace en su nuevo decreto de restricciones para que puedan celebrarse los actos religiosos de las fiestas patronales
Europa Laica ha remitido un escrito a la Junta de Castilla-La Mancha en el que manifiesta sus críticas por hacer una “excepción” a los actos religiosos de las fiestas patronales en su nuevo decreto de restricciones por el aumento de contagios de coronavirus. Según afirma, esto supone un “trato de privilegio” a celebraciones católicas. Recuerda esta organización que el artículo 14 del citado decreto establece la suspensión de fiestas, verbenas y otros eventos populares, pero “no se consideran afectadas por esta suspensión las celebraciones religiosas que estuvieran relacionadas con las fiestas patronales”
Por ello, Europa Laica dice no entender que pueda haber una excepción a eventos y celebraciones religiosas relacionadas con las fiestas patronales, “incluso contradiciendo el propio decreto”. “Si la cuestión no fuera tan seria, daría lugar a ironías diversas, que de momento, no las expresamos. Además del texto se deduce que se refiere, exclusivamente, a celebraciones católicas, lo que conllevaría un hecho aun más grave, ya que supone una discriminación con respecto a la diversidad y pluralidad de creencias”.
“En un Estado constitucionalmente no confesional no tiene por qué haber un tratamiento de privilegio para determinadas ideologías, por muy respetables que están sean, como son las creencias individuales de las personas».
Se refiere igualmente al hecho de que la Asociación de Abogados Cristianos anunciara la semana pasada una querella contra el consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, por haber suspendido “la actividad religiosa de cualquier tipo” en el caso del confinamiento de Villamalea. Cree Europa Laica que si esta ha sido la causa por la que se hace esa excepción en el nuevo decreto, es un “enorme desatino” y por el mismo motivo podría querellarse esta asociación, “en momentos de tantísimo sufrimiento y de tantísimas incertidumbres que amenazan a la salud y a la economía”.
Pide por ello a la Junta que rectifique este “grave error”. “Hechos de esta naturaleza están más cercanos al pasado, que al siglo XXI, en el marco de una sociedad altamente secularizada y en donde a todas las creencias y convicciones se les ha de tratar por igual”, concluye.
Europa Laica podría querellarse contra la Junta por permitir los actos religiosos de las fiestas patronales
Desde la organización no entienden que pueda haber una excepción a eventos y celebraciones religiosas relacionadas con las fiestas patronales, «incluso contradiciendo el propio decreto». Además, deducen que se refiere, exclusivamente, a celebraciones católicas, «lo que conllevaría un hecho aun más grave, ya que supone una discriminación con respecto a la diversidad y pluralidad de creencias». «En un Estado constitucionalmente no confesional no tiene por qué haber un tratamiento de privilegio para determinadas ideologías, por muy respetables que están sean, como son las creencias individuales de las personas», han señalado.
“El pasado 21 de agosto una denominada Asociación Española de Abogados Cristianos anunció una querella, por “prevaricación y delito cometido por funcionario público contra el ejercicio de derechos fundamentales” contra el consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha, Jesús Fernández Sanz, por la resolución de confinamiento del municipio albacetense de Villamalea, debido a los brotes de coronavirus, en concreto, por el apartado que suspende la actividad religiosa de cualquier tipo. Si esta ha sido la causa por la que se hace esa excepción en este Decreto, nos parece un enorme desatino y por el mismo motivo Europa Laica podría también querellarse por hacer una excepción por motivos religiosos, en momentos de tantísimo sufrimiento y de tantísimas incertidumbres que amenazan a la salud y a la economía», han explicado.
Europa Laica se ha dirigido al consejero de Sanidad y al presidente del Gobierno en Castilla-La Mancha para que rectifiquen lo antes posible lo que entienden es «un grave error». «Hechos de esta naturaleza están más cercanos al pasado que al siglo XXI, en el marco de una sociedad altamente secularizada y en donde a todas las creencias y convicciones se les ha de tratar por igual», han concluido.