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Europa Laica denuncia la programación religiosa en los medios de comunicación públicos

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Comunicado de Europa Laica sobre la programación religiosa en los medios públicos de radiodifusión

Europa Laica deplora el despliegue de medios de la radiotelevisión pública para otorgar protagonismo a las intervenciones de la Iglesia Católica con ocasión de la Navidad, fiesta confesional entendida en sentido amplio, aunque cada vez para más personas, simplemente  el Solsticio de Invierno celebrado desde tiempos inmemoriales.

Desde nuestra asociación consideramos que los medios de difusión de la radiotelevisión pública no deben estar al servicio de ninguna confesión religiosa. Avanzado el siglo XXI, la tradición que imperaba en aquel gris Estado en el que la Iglesia Católica era religión de Estado, ha dejado de tener sentido alguno, además de contravenir la aconfesionalidad constitucional.

Es incuestionable que la sociedad ha evolucionado hacia una creciente secularización social, con cifras muy bajas en las creencias y prácticas religiosas de cualquier naturaleza. La Iglesia Católica, como gran sustentadora de ese sistema patriarcal que nos sobrecoge cada día, ha perdido la relevancia social de otrora, y se dirige con paso decidido a una cuasi marginalidad sociológica.

No tiene sentido alguno que se utilicen los medios públicos para los mensajes confesionales siendo que los eventos religiosos que tienen lugar durante estos días gozan de una cobertura exhaustiva en los propios medios de difusión confesionales, esto es la COPE, Radio María y TRECE TV, por lo que aquellas personas que lo deseen pueden recibir el mensaje eclesial sin mayor problema.

Además, los medios privados recién mencionados cuentan con importantes subvenciones públicas para evitar su bancarrota. Así,  toda la ciudadanía, quiéralo o no, a través de la injustificable aportación pública a las arcas de la Conferencia Episcopal Española-CEE, contribuye al mantenimiento de unos medios caracterizados por su descarnada beligerancia hacia cualquier medida social de enfoque progresista, léase aborto, muerte digna, derechos del colectivo LGTBIQ+, y tantas otras.

Concretamente, no puede tampoco justificarse el interés público de las alocuciones papales en sus referencias a temas que preocupan, como pueda ser la guerra en Ucrania, pues hay muchas otras voces en la sociedad que claman por un mundo más justo y en paz, dignas de ser escuchadas. Lo que resulta notorio es el oportunismo de trufar aquellas referencias en un relato confesional presidido por la invocación a fenómenos sobrenaturales, atribuyéndoles carácter histórico sin el menor fundamento científico. La mera audición en los medios públicos de las preces que siguieron al discurso de la bendición urbi et orbi del Papa nos traslada a aquellos tiempos del franquismo en los que, llegado el mediodía, se nos anunciaba: Es la hora del ángelus. El ángel del señor anunció a María

Para Europa Laica, todos estos despropósitos e intervenciones en los medios públicos suponen seguir manteniendo un viaje al pasado del que ya es hora de desprenderse.

La denuncia y derogación de los Acuerdos de 1979 con la Santa Sede, que dan cobertura a estas y otras situaciones, es un paso imprescindible para avanzar en democracia y en la laicidad del Estado en una sociedad que es plural.

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