La COMECE y la CEC organizan un “desayuno de oración ecuménica” el 6 de junio en el Parlamento Europeo (ver adjunto). Para nosotras y nosotros, representantes del movimiento laicista en Europa, este evento plantea problemas.
En primer lugar, el Parlamento Europeo, como institución donde está representada la ciudadanía, no es el lugar adecuado para una ceremonia religiosa. La organización de un "desayuno de oración" en el Parlamento, inspirado en el "National Prayer Breakfast" creado en Estados Unidos por la franja fundamentalista del evangelicalismo, contribuye a una confusión entre política y religión perjudicial para la democracia.
Además, la invitación al acto lleva el logotipo del propio Parlamento Europeo, dando la impresión de que se trata de una iniciativa organizada o apoyada por la institución.
Sin embargo, el Parlamento representa a toda la ciudadanía de la Unión, en toda la diversidad de sus opciones de conciencia.
Aunque la Unión se inspira en la "herencia cultural, religiosa y humanista de Europa", tiene el deber de no favorecer a ninguna religión, ni identificarse con ninguna de ellas. En una sociedad europea caracterizada por una gran diversidad de religiones y convicciones, sólo unas instituciones neutrales pueden garantizar la igualdad y la inclusión de toda la ciudadanía.
La Unión Europea se basa en los principios de "respeto de la dignidad humana, libertad, democracia, igualdad, Estado de Derecho y respeto de los derechos humanos".
El laicismo, que se traduce en la neutralidad religiosa de las instituciones políticas, es garante de los valores de libertad, igualdad y solidaridad, y permite la coexistencia pacífica de convicciones filosóficas o religiosas.
Por todo ello, pedimos que el Parlamento exija la retirada de su logotipo de esta invitación, y aclare la cuestión de la utilización de sus locales con fines religiosos.