El pasado 21 de marzo Europa Laica presentó en rueda de prensa en Alicante un Informe Crítico sobre la memoria anual de actividades presentada por la Conferencia Episcopal Española (2023), preparado por nuestro compañero Eugenio Piñero Almendros, que se adjunta.
En él se detalla que desde 2007 la jerarquía católica recibió alrededor de 4.500 millones de euros solo por la «X de la Iglesia» en la declaración de renta, cantidad detraída del erario. En 2023 ha recibido 382,4 millones por este concepto.
El 80% de la cantidad que recibe la jerarquía eclesiástica por la «X de la Iglesia» lo destina al pago de salarios, seguridad social de sacerdotes y obispos, y a gastos de la organización.
La Iglesia católica utiliza publicidad engañosa para intentar aumentar su recaudación. Gasta 5,3 millones de euros del dinero de la asignación tributaria en campañas publicitarias para hacer creer que el destino del dinero recaudado será la labor social de la Iglesia. Los contribuyentes deben saber que en su Memoria no consta ni un solo euro destinado a este cometido.
También intenta hacer creer que el dinero que recibe sale únicamente del bolsillo de quien marca la casilla en la declaración, pero no es así. Lo que hace el 30% de los contribuyentes que marca esa casilla es determinar la cantidad que le llegará a la Iglesia, pero esa cantidad sale del dinero de todos, de los Presupuestos Generales del Estado.
La Iglesia católica está sobrefinanciada con la asignación tributaria, puesto que el conjunto de las diócesis obtuvieron en 2023 un superávit de 73,7 millones de euros, dinero que no es devuelto a las arcas públicas, se lo guardan en su «hucha particular».
La española no es una «sociedad católica». Solo el 18,3% de la población española se considera católica practicante. La paulatina secularización de la sociedad evidencia más si cabe la necesidad de acabar con este privilegio anacrónico. De hecho, ya en los años 70 la Iglesia se había comprometido a no recurrir al dinero de todos, compromiso que ha incumplido religiosamente desde entonces, recibiendo miles de millones de euros, no pagando impuestos que atendemos los demás (IBI, patrimonio, sucesiones, etc.), ni declarando los beneficios de sus actividades empresariales ni de los rendimientos de sus productos financieros.
Son los privilegios de una confesión religiosa particular, incompatibles con un Estado declarado aconfesional. Por todo ello, Europa Laica exige la retirada de las dos casillas insolidarias de la declaración de renta, la de la Iglesia católica pero también la de «fines sociales» (por la que también se detraen impuestos del erario y gran cantidad de los millones desviados van a parar a organizaciones pertenecientes a esta corporación religiosa).
Europa Laica recomienda NO MARCAR NINGUNA DE LAS DOS CASILLAS mientras sigan existiendo en la declaración, y que la totalidad de los impuestos se dediquen a cubrir solidariamente las necesidades del conjunto de la ciudadanía.