0.- Introducción.
En un escrito reciente Félix Población preguntaba públicamente a Monedero si la ciudadanía habrá de seguir pagando lo mismo (200 euros anuales por cabeza) para la Iglesia. Partiendo de tan pertinente pregunta, me planteo reflexionar sobre el reguero de ambigüedades con que viene sembrando Podemos su camino hacia el poder para desahuciar a la casta. Aunque lo de casta se usa cada día menos en pro del pragmatismo. Entiendo, lejos de mí la tentación del francotirador implacable, que, como persona con memoria, tendré que revisar lo que se decía y-con comprensión-el rigor de las rebajas aceptadas como imprescindibles para avanzar hacia una sociedad con la mínima dignidad. Así que siento como propia la tensión de ciertos momentos en quien ha de decidir entre lo de La verdad es siempre revolucionaria (columna de Lidia Falcón) o lo de La mentira nos hará libres (libro de Fernando Vallespín). Sin ánimo de frivolizar, pretendo terciar en una de las más relevantes ambigüedades (Venezuela, vínculos mediáticos, qué política nueva, centros concertados, memoria, movilizaciones y mmss…) de Podemos, el laicismo.
Como ahora F. Población, en verano pasado, algunos nos cuestionamos lo de tic anticlericales en los debates de Plaza Podemos. Entendimos entonces ya arriesgado y peligroso falsear/soslayar el debate imprescindible sobre topar con la iglesia. Por mucho que se acuda a novedosas o creativas fórmulas con las que desdibujar el campo semántico de laicismo-religión-conciencia-valores-ética, no se resuelve el histórico problema de las imposiciones de la Iglesia-poder. Antes de hablar de Espiritualidad y otras necesidades o excesos en nuestra sociedad, convendría que no se olvidara el discurso claramente laicista de Monedero, Iglesias y otros líderes Podemos en los medios a que tenían acceso preferente (La Tuerca en Vallecas o Público en papel). Así podamos tener unas referencias claras sobre el proceso de cambio>
1.-Sobre clericalismo, la transición y memoria histórica y social.
Cuidado con los tic anticlericales “rezaba” el título de la primera reflexión-documento sobre el asunto. El aviso se implicaba de pasada el líder Pablo Iglesias y se hacía referencia, sin venir muy a cuento, a ciertos sectores de la iglesia que, llegado el caso, serían más laicistas que bastantes dirigentes del nuevo movimiento-partido. No habían servido de mucho ciertos contactos directos con Europa Laica y otros sectores poco afines al régimen. Lo más peligroso de todo es que ya aparecían dos elementos que han sido distintivos del discurso del poder. Por un lado la confusión interesada en no aclarar el verdadero significado de laicismo, ni radical ni comecuras. Por otro lado, la alusión al discurso tendencioso sobre la II República insinuando los desórdenes que, según los vencedores de la Guerra Civil, llevaron inexorablemente a la misma. Para qué hablar de una Iglesia mayoritariamente alineada con los ricos y que se declaró pronto en contra de la democracia para fomentar la rebelión como santa cruzada. Eso sin mencionar en absoluto los precedentes En el guión del discurso se destacaba el papel del cardenal Tarancón pero muy poco las imposiciones eclesiales en la Constitución y Concordato para mantener los privilegios que ahora se entienden excesivos. Poco se permitió entonces debatir sobre este clericalismo con el que ahora se pretende no chocar dejando tal cual los centros concertados de Madrid, donde se ha revertido la proporción del 40-60 con los públicos y se permite la segregación dogmática y por sexos así como casos de doble financiación. Lamentablemente el ya interpelado Monedero, autor de La transición explicada a nuestros padres, perdió una magnífica ocasión para enriquecer el debate. ¿O es que ya se veía que el asunto podría ser más engorroso? Veamos en el siguiente paso.
2.- ¿ La espiritualidad por un círculo como salida cómoda a un reto complicado?
José A. Vázquez, monje durante 17 años abandona su convento de Santa María de las Huertas (Soria) para unirse a Podemos y fundar el Círculo de Espiritualidad. Ha contado con el respaldo de Luis Ángel Aguilar (responsable estatal de laicismo en Podemos) y otros líderes como Monedero para organizar en una parroquia de Vallecas el Encuentro sobre Espiritualidad del 11-4-15. Vázquez lo justifica así: “A veces tenemos unos clichés referidos a que la espiritualidad está vinculada a determinadas opciones políticas . Tradicionalmente se le ha vinculado a opciones de derechas. Quizá la novedad es que en Podemos nos sentimos muy cómodos, es un movimiento que se abre a la subjetividad , la conciencia y la espiritualidad, con un cambio que no sólo es estructural sino que va mucho más allá. Esto está en el discurso de Monedero y de otros líderes de Podemos”. Esta presentación se completa con otros titulares sobre diversos aspectos e intenciones:
* Todas las personas, aunque no estén asociadas a ninguna religión, tienen una espiritualidad muy valiosa para construir sociedad. *A veces las palabras son fuente d sufrimiento y la espiritualidad puede ser un camino para ir más allá de ellas. * Hay que reconocer a la iglesia que quizá sea la única institución en la que se planteó , con el Concilio Vaticano II, una transformación
desde dentro y global. * Algunos ponentes son blogueros de Religión Digital: Pikasa, Arregui, Enma Martínez. No habla de otras fuentes católicas. * Pedimos a Podemos que el programa refleje inquietud espiritual y ética. * Algunos teólogos: estamos en un tiempo-eje novedoso.
Dicha transcripción, que he pretendido literal, refuerza, amplía, y- en cierto modo da pistas sobre- las ambigüedades que dan título a este escrito. Como quiera que entiendo que, Podemos pretende la implicación razonada de la ciudadanía en la mejora de nuestra sociedad, con el desalojo de la casta o poderes dominantes, prosigo razonando mis dudas ante las citadas y otras paradojas.
3.- Abuso de religiosidad y algunos oportunismos.
Pese a lo que el Sr. Vázquez crea sobre sus propios clichés o los de la gente, entiendo que está fuera de toda duda que la jerarquía episcopal española es claramente de derechas. Y no solamente eso, sino que además de contravenir por principio los valores democráticos, se enfrenta a ellos. Ahora usando también el derecho de expresión y manifestación, en otros tiempos la violencia (Inquisición o el belicismo como en 1.936). Ello no excluye, todo lo contrario, el reconocimiento del conjunto de valores que como colectivo el cristianismo preconiza y la admirable conducta de una gran mayoría de sus seguidores. Honor al padre Las Casas en su defensa de los indígenas en América. Mi reconocimiento a los curas obreros que, con su heroísmo y prisión en Zamora, redimieron más que el cardenal Tarancón a la iglesia franquista. Por toda esta peripecia, fundamental política (vida en común en la polis), aparte de a los sentimientos, que no han de excluirse nunca, corresponde priorizar el respeto que todos y todas nos debemos a cada cual por separado. Sin ese respeto y diálogo no es posible lo demás.
Respeto necesario también en la escuela concertada, así como en la sanidad y otros servicios a donde parece trasladarse (como en la sanidad) el dogmatismo religioso y negocio, a pesar de la lucha mantenida contra la privatización. Además se viene soslayando la denuncia sobre el poder que determinadas congregaciones (Opus Dei, Legionarios de Cristo y otras) ostentan en los poderes económicos y políticos que con frecuencia se ponen de manifiesto con inhumana frialdad en el recorte de libertades y persecución de inmigrantes. Se abusa de la supuesta tradición que refuerza una visión confesional neofranquista con trasfondo neoliberal: explotación económico-turística y cesión de responsabilidades públicas a la caridad o beneficencia. Cada vez se habla menos de separación de lo público como garantía de las libertades ciudadanas y se denuncia menos los abusos que el poder religioso ha perpetrado en los ámbitos ciudadanos. La religiosidad se viene usando como freno a las movilizaciones frente a la crisis, pues la jerarquía retrae a cristianos de base ya que éstos, por su alineamiento con los pobres, cuestionan el clericalismo como poder conservador. A ese respecto convendría recordar los acontecimientos y utilización de la visita de Rátzinger a Madrid durante las JMJ y los enfrentamientos con laicistas, creyentes o no, y con personas del 15M.
Mientras se ignoran estos aspectos se destacan con alguna incoherencia aquellos otros que parecen favorecer supuestas causas de progreso. Uno de los más significativos es el aplauso al señor Bergoglio en su visita al Parlamento Europeo en representación de un estado, Vaticano, que deja mucho que desear en cuanto el respeto a diversos DDHH (mujer-aborto- orientación sexual, clara apuesta ante el poder económico,…). Hay suficientes ejemplos de que el actual pontífice no ha pasado de los gesto o palabras a los hechos reales. Sigue atacando al aborto (parlamento europeo), orientación sexual (retraso al embajador homosexual de Francia en Vaticano), apoyo en sectores integristas y/o económicamente poderosos (Opus Dei, Kikos,..). Sobre las esperanzas depositadas en el Sr. Bergoglio ya vamos leyendo un discurso en que se tapa su gris pasado, tratando de asimilarlo a la evolución sufrida por el asesinado Sr. Romero en El Salvador. El futuro nos dirá hasta que punto el nuevo jefe del Vaticano se enfrenta a la curia y demás poderes que eliminaron a Luciani a los treinta días.
4.- Espiritualidad, claridad conceptual, las palabras, conciencia y ciudadanía.
Retomamos la confusión denunciada al principio, que surge en torno a espiritualidad con religiosidad, religión a secas, creencias, superstición, laicismo, conciencia, dogmas, valores, ética , solidaridad, caridad, altruismo, autonomía, heteronomía, libertad, voluntad,…
Se preguntaba recientemente el filósofo Sánchez Tortosa por qué Podemos tontea con chamanes y curillas y vuelve a darle cancha al pensamiento mágico. Nos recuerda que fue Victor Cousín quien dio realce al concepto en el siglo XIX. Define este autor espiritualidad mezclando conceptos contrapuestos como: filosofía y doctrina, espiritualidad del alma con la responsabilidad humana, la belleza de la caridad con la dignidad de la justicia, Dios autor y modelo de humanidad.
Bien mirada, no deja de ser un sistema religioso claramente teísta que ofrece posibilidades de trascendencia pese a la llamada a la responsabilidad y a la justicia. Tanto en aquel tiempo como en el presente parece perseguirse con este híbrido de religiosidad, gratificante refugio de la aceptación del autoengaño y la huida o atenuación del conflicto. Aun así, no deja de ser una religión con dogmas atenuados, con reconocimiento de una divinidad. Bien es cierto que, por todo ello, excluye afrontar las responsabilidades de convivencia que se trata de desdibujar. En el momento presente puede ser una argucia para no abordar una realidad confesional insoslayable. Hay también una huida de las evidencias científicas y de las cautelas filosóficas o intelectuales que han limitado ciertos disparates. Ello significa despreciar la conciencia como reconocimiento del “yo” interior y con relación a los demás. El menospreciarla conlleva cierta renuncia a la propia libertad y al ejercicio, cada vez más informado, de la propia voluntad para decidir. Con ella la libertad de conciencia asegura la autonomía personal. Esto es el actuar por sí mismo sin depender de nadie, situación que no se da en la heteronomía propia de la obediencia impuesta en situaciones religiosas y/o sectarias.
Otra fuente del conocimiento es el propio lenguaje, la palabra, cumbre e instrumento para más saber humano. Aunque haya otros instrumentos de introspección o comunicación, no se puede aceptar que las palabras, por sí solas, puedan hacer daño. Renunciar al uso sosegado de la palabra, como cauce para la bondad de la ideas y el común encuentro placentero, tiene poco sentido, por mucha paz que se pueda buscar en la meditación de cualquier tipo. Es la palabra, junto a la labor de investigación , y el contraste de saberes, la que ha permitido el humanismo como desarrollo en que la persona y las sociedades entienden que han de perseverar.
Ese ha sido el camino para superar dogmas y/o supersticiones, e incluso, la leal discrepancia entre las creencias. Es desde el respeto a las creencias del prójimo, por muy minoritario que sea, si no incitan al mal ajeno, y superando las desventajas de poder (personal o institucional) lo que llamamos laicidad. Es la laicidad condición imprescindible que ha de darse para una democracia que realmente lo sea. Tal no es posible si no hay una clara separación de lo que es lo privado (las creencias-libertad de conciencia de cada cual) de los poderes públicos que han de garantizar la convivencia respetuosa entre desiguales. Es lo público o acuerdo voluntario de las personas de la comunidad lo que puede garantizar el respeto y la justicia quienes se integran en ella.
Está claro ese respeto y justicia se van construyendo con valores personales y colectivos. La moral y o la ética como los sentimientos tienen mucho que ver con los aprendizajes y las inclinaciones personales o sociales que nos influyen en cada situación. Sin embargo, las creencias pueden enturbiar los móviles de cada cual para contribuir al bien común. Puede ocurrir que prime en unos casos caridad/justicia/cariño, en otros solidaridad/altruismo, casos de miedo/osadía, o bien ingenuidad/experiencia, y gratitud/odio o vivencias desiguales. Todo ello puede influir para que la persona o la comunidad tienda más, aunque sólo sea en ocasiones, hacia su condición de súbdito, feligrés o ciudadana.
A los anteriores valores, sentimientos y casos se podrían añadir varias explicaciones como salida a nuestra compleja y contradictoria sociedad. Por un lado, la búsqueda de trascendencia que supere cierta superficialidad, desengaño o soledad. Puede ser también cierta pereza o comodidad para emprender una vida más rica y creativa a través del razonamiento o la crítica laboriosos. También valora la tentación del disfrute de cierta notoriedad en un mundo demasiado estandarizado, previsible y ¿mercantilizado?
Sean la razones que fueren, la aspiración colectiva se supone que ha de ser la libertad de conciencia para toda la ciudadanía, que incluya la auténtica autonomía personal para creer o dejar de creer en todo aquello que no contravenga al bien de la comunidad. Claro que para ello no se puede ignorar ni la realidad ni la historia por mucho que se quiera mirar con cierta desmemoria. para convertir en regla lo que es excepción el comportamiento democrático de la iglesia en general, en sus miembros y en su tiempo.
5.- Posibilismo, “entrar en política”, ver sólo lo positivo y dar algo de trigo ya.
Participar en el juego electoral pudiera llevar a renunciar o aplazar determinadas formulaciones utópicas en pro de urgencias de: pobreza, desahucios y recortes de lo público. Lo que nos puede llevar de nuevo a pan para hoy: hambre para mañana y pasado. Esto viene a cuento de los aspectos que exigían un cambio de sistema para superar la crisis-atraco que tanto venía beneficiando a la casta local con apoyo mundial. Cuidado con que el peligro de que la inmediatez nos lleve, de nuevo a orillar aquellos males que considerábamos históricos y determinantes.
En los últimos tiempos, Podemos funciona más con reformulación de programas para responder con rapidez y eficiencia tecnológica a las urgencias que, a veces interesadamente, marcan otros. Esas prisas se aceptan aun conociendo el riesgo que se asume al no cuidar la estructura organizativa y ética en las vinculaciones del personal. Pese al moderno sistema de primarias, se han propiciado decisiones con una deseable mayor participación y con esperable menor personalismo. De ellas habló Monedero al dimitir de sus cargos, refiriendo cierto estancamiento y alguna imitación de los partidos convencionales.
Pese a tales críticas, el propio Monedero aparece en La Tuerka presentando el 1º de Mayo el programa Iglesia y política en España. En el mismo se cumple lo previsto y propicia que Podemos, única opción estrictamente representada, siga defendiendo la línea habitual arriba mencionada. Contó con la participación de Evaristo Villar (Cristianos de base), Raquel Gómez (Somos Iglesia), Luis Ángel Aguilar (Laicismo-religión de Podemos) y Manuel Monereo (Intelectual de IU) El último, por compartir sus experiencias y simpatías americanas, también se sumó a las tesis de Monedero de que Francisco ha llevado a Dios al otorrino para que oiga a los pobres. Así que nos encontramos con una mesa casi monocolor. Ni el presentador aprovechó la oportunidad para responder a F. Población, ni los demás se acordaron de algo más que no fuera vender ilusiones porque ya no están Woytila o Ratzinger al mando. Ni soñar con la presencia de alguien que dijera, como en otro tiempo Monedero, algo sobre la misa de Estado para el funeral de las vícimas del avión estrellado en los Alpes. Así que nadie habló nada de las inmatriculaciones, ni de la escuela concertada con ideario y veleidades segregacionistas, ni del BOE ni de la LOMCE donde encuentran acomodo las aspiraciones supersticiosas que los colegas de Francisco, los obispos de España piden. Por supuesto que de la República, ni mentarla con lo laicista y solidario que nos está saliendo Felipe VI.
En este asunto como en tantos otros, y pese a las divergencias señaladas, se van dejando bastantes pelos en la gatera. En Podemos se agudiza la necesidad de dotarse de un programa más realista que permita, además de predicar regeneración, dar algo de trigo. Surge la tentación de dejar de ser eternos perdedores y se anima a la gente a la posibilidad de alguna victoria en consonancia de la inmediatez al uso y apoyada en el apresurado conocimiento sociológico y digital.
6.- Repensar el origen, recordar el sistema-casta, valorar las ambigüedades.
Se acerca un nuevo aniversario del 15M, movimiento que tuvo la grandeza de inocular a esta sociedad con frases tan certeras como no nos representan. Los mayores con memoria, podemos relacionar esa con el origen de ese mal : el que se mueve no sale en la foto, muletilla de Alfonso Guerra en su labor construir la casta política en una de las dos grupos mayoritarios para el pacto bipartidista de 1.978. Parecía que en Podemos habían calado otras frases como no somos anti sistema, el sistema es anti nosotr@s o No hay pan pa tanto chorizo. Esas y otras apreciaciones parecían estar en el origen del concepto casta y de la necesidad de marcar distancias con quienes se nominan bajo el mismo. Distancias en la forma y en la ética para la regeneración colectiva. Sin embargo, y a pesar del necesario diálogo, con todos incluida la casta, dicho diálogo ha de hacerse de tal modo que genere las mínimas desconfianzas, no ya en los próximos como Monedero, sino en esa gran mayoría ciudadana agredida y empobrecida.
La memoria referida a las significativas frases anteriores nos avisa para no repetir los errores de los años setenta y aledaños. Esa transición, menos modélica de lo que se dice, hubo que hacerla con concesiones (tal vez excesivas) por el miedo ( real y/o imbuido) del pueblo, para satisfacer los deseos de democracia, paz y libertad del mismo. De aquellas y otras concesiones y de la configuración de un capitalismo especulador mundial -del que es vasallo el español- vienen los males de nuestros días que son bastante más graves que los estrictamente económicos.
Aparte están los aspectos formales, que tienen tanta importancia que pueden desvirtuar los de fondo. Cabría destacar más la apuesta por un estilo de discurso realmente alternativo y destituyente al y del actualmente dominante. Tiene razón Monedero en su queja de que Podemos ha perdido su perfil original, abandono que ha producido un cierto estancamiento que ha aprovechado Ciudadanos para aparecer como opción emergente competidora y falazmente novedosa.
Si, se echa en falta un discurso más sólido que, sin estridencias innecesarias, sea entendido como coherente por la inmensa mayoría de la ciudadanía, incluida la alemana si llegara el caso. Esa gran mayoría que viene perdiendo dignidad y bienestar a manos de la exigua minoría que controla el poder económico-ideológico-mediático. Si, un discurso que, más que a la inmediatez de las próximas elecciones- que también-, atienda sobre todo a la vertebración de una creciente mayoría dispuesta a superar, de manera progresiva y decidida, la manipulación y chantaje del poder actual. Ello será posible si se admiten ciertos riesgos, como la pérdida de algunos votos, en beneficio de la coherencia del discurso lo que aseguraría mayor estabilidad y poder de movilización. Valgan dos ejemplos : Grecia y Venezuela.
En el primer caso puedo parecer oportunismo chupar cámara junto al presidente ganador y luego no denunciar el chantaje que la UE y los bancos ejercen en contra del gobierno con mayor respaldo de Europa. Falta confianza en la ciudadanía para explicar las cosas tal cual son y por tratar de ocultar los posibles riesgos que corremos por seguir el ejemplo heleno. En cuanto la Venezuela actual de Maduro (o antes de Chávez) más cercana al Chile de Allende, se ha renunciado a denunciar la manipulación de los medios y PPPSOE. Ya sea por impotencia ante tamaña impostura o valorando la repercusión negativa que puede haber en los medios enfangados en tal desinformación, o en ciertas restricciones a la presencia de Podemos en tertulias e informativos, o nuevos ataques como el del dinero cobrado por el trabajo de Monedero de Venezuela y otros países poco serviles con USA. Hemos hablado de sistema y anti-sistema. Estas palabras tienen la misma vigencia en España como en conjunto del sur de Europa, de África, de Sur América, por no decir en la totalidad del planeta, tanto en lo económico como en los demás aspectos.
Así que la organización que pretende alzarse como continuadora de los afanes del 15M, con todas las cautelas que se quiera, ha de depurar su discurso de ambigüedades y contradicciones. El poder está enfrente: en la economía, en el aparato de control mediático e ideológico jugando en equipo para dominar y esclavizar a la inmensa mayoría de la ciudadanía mundial. Ante esa realidad ha de estar la reacción inteligente y humanista. Tal no es otra que superar los desengaños, los egoísmos que esclavizan a de manera general a las generaciones venideras. Resulta imprescindible la profundización en una democracia universal laica, y por tanto racional, que ponga al servicio de todas las personas los bienes y saberes del planeta, ayude a superar desengaños. Huir del reto, además de perfidia, es auto-engaño o suicidio colectivo. Ni podemos mirar para otro lado viendo la terrible brecha entre ricos y pobres de nuestro país, ni ignorar el futuro que nos adelanta Bangladesh, ni la pobreza que viene de África, ni la violencia física o ideológica que cuartea la Tierra por la avaricia desmedida de una minoría que infecta a la especie.
Y es que, como contestaba Sánchez Tortosa a los ocurrentes espiritualistas, podemos repetirnos muchas veces a ver si nos convencemos de que “nos sentimos parte de la buena gente y eso nos da mucho gustito”.