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España, primera potencia mundial en monjas de clausura

De los casi 3.600 monasterios femeninos del mundo, 907 se encuentran en España

En el convento de las clarisas de Lerma, en Burgos, se concentra el 10% de las novicias de España

La Iglesia católica no dispone de estadísticas actualizadas sobre el número demonjas de clausura que hay en España. Pero muchos obispos, el día ‘Pro orantibus’ (la Jornada dedicada a las contemplativas), continúan presumiendo de que “España sigue siendo la primera potencia mundial de monjas de clausura”. Y es que de los casi 3.600 monasterios femeninos del mundo, 907 se encuentran en España.

Y eso que, desde el 2003, el último año con números oficiales de la Conferencia episcopal, los conventos y monasterios españoles de clausura han languidecido. Tanto que, para sobrevivir, desde finales de los 80, han tenido que dedicarse aimportar novicias de la India o de Latinoamérica. Tanto es así que ya el entonces Nuncio del Papa en España, Mario Tagliaferri, publicó un documento prohibiendo esos métodos de captación de vocaciones.

En 2003, había en España, según las estadísticas del episcopado, 13.000 monjas de clausura, que pertenecían a 44 órdenes monásticas y vivían en los 907 monasterios mencionados. Pero ya entonces la edad media rondaba los 70 años. Hoy, esa edad media se sitúa por encima de los 75, y con escaso relevo.

En 2003, había en todos los conventos de contemplativas de España unas 100 postulantes y 200 novicias. Pero la amplísima mayoría, extranjeras. Postulantes y novicias españolas no llegaban a 50. Hoy, las novicias no llegan a la veintena y la mayoría son extranjeras.

Con casos excepcionales, como el convento de las clarisas de Lerma, que cuenta con más de 200 monjas, cuya edad media no supera los 30 años. Allí se concentra el 10% de las novicias de toda España. En menor escala, también florecen de vocaciones los monasterios de las clarisas de Belorado y Soria o el de las benedictinas de Montserrat. Cuatro oasis en medio del desierto vocacional.

Cuando una chica decide hacerse monja de clausura pasa por varias etapas. La primera es el postulantado, que suele durar un año. Durante ese tiempo, la aspirante a monja de clausura vive en el convento como una monja más, conociendo por dentro la vida de la comunidad y experimentando ‘in situ’ si ése es su camino. Pasado ese tiempo, si sigue interesada en hacerse monja, toma el hábito en una sencilla ceremonia y pasa ya a formar parte jurídicamente del monasterio. Pero aún no es monja con todas las de la ley.

Para llegar a ‘profesar’, es decir a hacerse monja jurídica y canónicamente, tiene que pasar por dos años de noviciado. Una etapa en la que se forma a las futuras monjas en Teología y en el carisma de la orden religiosa a la que pertenecen. Al final del noviciado, tiene lugar la profesión solemne en la que cada religiosa hace, ante Dios y ante su y comunidad, los tres votos de pobreza, castidad y obediencia de una forma temporal. Y además, se compromete a respetar la clausura. Y, finalmente, al cabo de unos 4 o 5 años, según las congregaciones, las monjas celebran la profesión perpetua. Es decir, se comprometen con sus votos y con su vida de contemplación para siempre.

Cuando una chica decide ingresar en un convento deja todas sus pertenencias en su casa. Al convento va con su ropa más sencilla, sin joyas ni maquillajes ni zapatos de tacón. Sus libros o discos, tampoco tienen cabida en el convento. Ni siquiera su dinero, si lo tuviera. Antes, las monjas ingresaban en el convento con una ‘dote’ o cantidad de dinero que su familia entregaba al convento. Hace años que esta costumbre ha desaparecido en muchas congregaciones religiosas, aunque las familias de las novicias suelen ofrecer donativos, si pueden económicamente, a los conventos en los que ingresan sus familiares. Todo lo demás, incluso los recuerdos más sentimentales, quedan atrás.

Clausura papal y clausura constitucional

Dentro de las contemplativas, hay dos tipos de clausura: la papal y la constitucional. Las monjas de la clausura papal (que dependen directamente del Vaticano) suelen tener condiciones de vida más duras. Entre ellas están lascarmelitas, las clarisas o las mínimas. Algunas órdenes, como las clarisas, siguen observando una clausura rígida, con rejas, torno y sin apenas salidas a la calle. Sólo pueden cruzar el umbral del convento para ir a votar o al médico. Las demás se rigen por la clausura constitucional, es decir basada en las propias constituciones o estatutos de la orden. Por ejemplo, las benedictinas,cistercienses, dominicas o agustinas.

Se trata de congregaciones menos rígidas, que dependen más de las decisiones de la madre abadesa. Para éstas, la clausura es “un medio o un instrumento para la contemplación, no un fin en sí misma”, como dice la madre Prado de las agustinas de Becerril de Campos. Por eso, en este monasterio o en los de las dominicas, ya no hay rejas ni torno. La gente accede al convento cuando quiere. Y su lema es que “el que venga a vernos se marche con algo más de lo que ha traído”. Las monjas suelen salir a la calle por diversos motivos y las visitas de familiares y amigos son asiduas. Por eso, no les gusta que les llamen monjas de clausura. Se sienten y son “contemplativas”.

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