Por primera vez en la historia reciente de España un presidente del gobierno, Pedro Sánchez, ha prometido su cargo sin tener presentes la Biblia y el crucifijo tradicionales.
En el artículo Cristo contra el crucifijo se explica que el crucifijo realmente no es un símbolo cristiano, pues se trata de una imagen de culto contraria al segundo mandamiento.
Por otro lado, el mensaje del evangelio es radicalmente contrario a toda imposición, y en concreto a la imposición de creencias o conductas sobre la conciencia de los demás (ver ¿Es malo el anticlericalismo?). Por tanto, cuando se impone a una persona jurar sobre la Biblia, paradójicamente se está violando el mensaje de la propia Biblia, y por supuesto se está conculcando la Constitución Española, que en su artículo 16.3 establece taxativamente que “ninguna confesión tendrá carácter estatal”.
Simón Itunberri
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