Los mormones tienen esta molesta noción de misionerismo, de ir e infectar con su superstición a cuanto incauto puedan.
La entrevista es imperdible, pues con sólo pedirles evidencias y hacerles preguntas sencillas, los propios mormones van poniendo de manifiesto lo irracional e ilógico de su religión. Incluso cuando se menciona el racismo mormón, que fue política oficial de la iglesia hasta finales de los Setenta, los misioneros se apresuran a negar, y pretender que no saben por qué su iglesia impidió el sacerdocio a los negros por tanto tiempo — ohh, y la disonancia cognitiva sobre el matrimonio igualitario debió dejarles un dolor de cabeza por meses.
Toda la entrevista es un maravilloso ejercicio de escepticismo básico aplicado. Para conocer más sobre Ferney los invito a leer la entrevista que me concedió como parte de la serie de Entrevistas Ateas.
Pues un par de ellos llegaron a la casa de mi amigo Ferney Rodríguez, quien aprovechó para hacerles esta entrevista en dos partes: