El vicario del párroco de San Félix Africano, un testigo clave, confirmó todo antes de morir tras la denuncia de una víctima, a la que la diócesis ha ocultado la verdad durante más de un año
El arzobispado de Barcelona ha admitido un grave escándalo de pederastia oculto durante décadas en la iglesia de San Félix Africano, un caso desvelado por EL PAÍS tras una acusación de abusos al párroco, José Mariné Jorba, en los años setenta. Uno de sus antiguos monaguillos, Aurelio Álvarez, lo denunció en 2023 en el arzobispado, que ahora le ha informado de que la investigación canónica abierta ha desvelado un escenario de horror que describe una red de pederastia organizada en torno a los niños de la parroquia, situada en el barrio Ciutadella-Vila Olímpica: el cura disponía de un piso donde llevaba a los monaguillos para agredirlos sexualmente, una vivienda gestionada por otro cura más joven por donde pasaban otros adultos, que acudían incluso con una contraseña. Así lo ha confirmado un testigo clave, el vicario parroquial, Pere Muñoz, que había guardado silencio hasta ahora tras asistir durante años a sus abusos ―Mariné, que antes pasó por Santa Coloma de Gramenet, fue párroco en este lugar hasta 1990―. El arzobispado ha permitido a Álvarez leer su declaración, según ha relatado a este diario.