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Aunque la ley entró en vigor el 21 de octubre de 2022, la resignificación es un proceso al que aún le queda la mayor parte de su realización por cumplir.
Hay que recordarle a este gobierno que en cumplimiento de la ley de memoria democrática aún tiene pendiente la expulsión de la comunidad benedictina, la desaparición de la Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, y establecer un nuevo marco jurídico para el recinto. Se conseguirá así desvincular el lugar de la exaltación franquista y convertirlo en un espacio que honre a las víctimas y fomente la memoria democrática.
La resignificación del Valle de los Caídos, ahora denominado Valle de Cuelgamuros, implica transformar su significado y función para desvincularlo de su asociación con el franquismo y el nacionalcatolicismo.
Aunque la ley entró en vigor el 21 de octubre de 2022, la resignificación es un proceso al que aún le queda la mayor parte de su realización por cumplir. Se han dado pasos como el cambio de nombre, la exhumación de Primo de Rivera y el inicio de trabajos para identificar y entregar restos a familias. Sin embargo, aspectos como la salida definitiva de los benedictinos, la creación de un centro de interpretación y la definición completa del nuevo marco jurídico del recinto aún están pendientes, lo que refleja cuando ya han pasado más de dos años de entrada en vigor de la ley un cierto desinterés del gobierno del PSOE por cumplirla.
Hay que terminar definitivamente con esta anormalidad europea para que España pueda ser en términos memorialísticos una democracia normalizada.