Este lunes 14 de mayo se realizó la primera de las 2 concentraciones fijadas por el Sindicato de Estudiantes de Izquierdas y otros 15 colectivos de estudiantes, PAS y PDI de la universidad de Zaragoza, coincidiendo con la celebración del Consejo de Gobierno. El siguiente “embate” ha sido hoy, 17 de mayo, a las 13h junto al estanque del Edificio Interfacultades de la UZ.
Siguiendo el calendario de protestas y pronunciamientos estos actos el pasado miércoles 9 de mayo realizamos una rueda de prensa tras las declaraciones oficiales de la Universidad de Zaragoza. En ésta explicamos, junto con otras organizaciones de PAS, docentes y estudiantiles que adhieren al comunicado conjunto, nuestra denuncia del convenio de la Universidad de Zaragoza con el Arzobispado de la ciudad, que cede espacios físicos al clero y continúa impartiendo el DECA requerido para enseñar Religión en una universidad pública.
16 colectivos ya han firmado contra este convenio, tal y como se señala en una rueda de prensa de la que los medios no han difundido más del 10% del material informativo obtenido, como acostumbramos a ver en los grandes medios en estos casos.
La campaña por la laicidad en las aulas del SEI salta a los medios
El debate está servido, como se recoge en el Periódico de Aragón y en el programa de Aragón TV (minuto 23 al 37). Felipe Soret, profesor en UNIZAR del DECA puesto por la Iglesia Católica, decía en una cínica referencia a la obligación de tener un título de la iglesia para trabajar en la educación concertada que “si una persona tiene un perfil formativo sobre religión mayor que otra, entra dentro del perfil, como podría ser tener más idiomas u otra perfil, pero como exigencia no existe”.
Como explica Jorge Remacha del SEI, “el problema para los estudiantes que solicitan trabajo en la concertada es que se les obliga a tener el DECA porque si no los concertados religiosos aunque sea para materias no religiosas no te seleccionan”. Claramente estamos no solo ante el escándalo de que aún en el siglo XXI sigamos reivindicando la plena separación de la Iglesia y el Estado, sino que nos encontramos ante una clara discriminación laboral de todo el estudiantado a favor de la Iglesia Católica.
Según la opinión de uno de los tertulianos en Aragón TV esta titulación “no es obligatoria” y “está dentro de lo normal ya que otras religiones como la judía o musulmana lo pueden solicitar”.
Esto es totalmente falso, en primer lugar porque el Estado garantiza (a través de los pactos firmados con la Iglesia) cuantiosos privilegios con la Iglesia Católica, y en segundo lugar, porque fruto de estos pactos la Iglesia se garantiza negocios y una posición de monopolio respecto a otras religiones. El mismo presentador del programa replicaba (tras las declaraciones de Felipe Soret) que “no es obligatoria pero sí que nos han dicho que en muchos casos cuando van a contratar un profesor por ejemplo de matemáticas sí que se mira si tiene el DECA o no antes de contratar a ese profesor”.
“La universidad decide lo que hace por su cuenta.”
Representantes de las organizaciones contra el convenio nos reunimos con el vicerrector de Política Académica Gerardo Sanz Saiz para exigir la retirada del convenio de 2012. A pesar de que el Rector no quiso reunirse con los colectivos, su “lugarteniente” dio claramente la opinión oficial: “El convenio va a seguir. Esta es la posición oficial de la Universidad. Esto se planteó como la posibilidad de abrir la puerta a que quienes quieran estudiar el DECA lo hagan en esta universidad y no en la San Jorge (universidad privada católica de Zaragoza), que por otra parte ese dinero nos viene muy bien”.
Al mismo tiempo, su posición respecto a la aprobación antidemocrática de este convenio, que no sólo no fue votado por estudiantes y trabajadores de la Universidad, sino que ni siquiera fue votado en el Claustro fue declarar que “Votar o no votar esto [el convenio] en el Claustro o donde sea no serviría de nada, ya que es un órgano consultivo. Luego la universidad decide lo que hace por su cuenta.”
Estas declaraciones son absolutamente clarificadoras sobre el funcionamiento de unas universidades que se dicen públicas, donde manda una casta universitaria ligada a las empresas que hacen su agosto en la universidad, y que deciden qué estudiamos, qué se investiga y cuanto pagamos o están de acuerdo en que la Iglesia, esta institución machista, homófoba y franquista siga teniendo privilegios en la Universidad.
Por otra parte, no caemos en el cínico argumento de que son los estudiantes quienes piden estudiar el DECA en una universidad que se supone laica, ya que esta titulación religiosa se impartía anteriormente fuera de la universidad y se ven en muchas ocasiones obligados a inscribirse para poder optar a trabajar en centros concertados católicos, casi una tercera parte de los centros. Esta práctica discriminatoria de la concertada religiosa se aplica para impartir asignaturas no religiosas y es reconocida sin ningún pudor por el propio convenio.
La universidad no le “facilita” a los estudiantes poder optar a presentarse a esas plazas, sino que le facilita a la Iglesia continuar con su segregación y su lucrativo negocio educativo también en la universidad pública en lugar de garantizar el derecho de los estudiantes a tener un trabajo digno independientemente de su orientación religiosa, étnica o sexual.
Este convenio permite a la Iglesia impartir congresos religiosos, prácticas, jornadas y cursos formativos, le entrega materiales de archivo y espacios físicos, símbolos y actos religiosos y especialmente la impartición en la universidad del DECA, expedido por la Conferencia Episcopal Española, que permite ser “Profesor de Religión y Moral Católica” tanto en Educación Infantil como en Educación Primaria.
Basta de pactos entre la Iglesia y el Estado
Frente a esta situación rechazamos toda intromisión de la machista, LGBTIfóbica, misógina y franquista Iglesia Católica. Una institución que estuvo “cuidada” por el franquismo y mantenida por el régimen del 78, permitiéndole hacer negocios con la educación –mediante la privada y concertada, ya que la mayoría de estos centros son de su propiedad- y así seguir monopolizando la educación. En ese sentido la separación completa del Estado y la Iglesia es aún una tarea por lograr.
La campaña impulsada en la UZ debe trascender del espacio universitario y ser parte de un cuestionamiento más profundo donde liguemos la lucha por una educación pública y gratuita a la lucha por la laicidad completa de la educación. Un cuestionamiento cada vez más arraigado en la juventud como pudimos comprobar en la huelga general de 8M.
Es por ello incomprensible que ningún partido de la izquierda parlamentaria en Aragón levante la completa separación de la iglesia y Estado y en particular la eliminación de los convenios con el arzobispado de 2012 y 2017.
Romper con los profundos lazos y privilegios que unen el Estado español con la Iglesia Católica requiere de un programa que elimine todos los privilegios de esta institución y que suponga el fin de la financiación pública de la Iglesia, la derogación de los pactos Iglesia y Estado, el cierre de los espacios de culto dentro de los espacios públicos, la proclamación de un Estado laico y la expropiación del patrimonio y los espacios públicos ahora en manos de la Iglesia.