Defensores de Derechos Humanos en Corea del Sur denuncian un aumento de las ejecuciones de cristianos en Corea del Norte, algunas de ellas en público.
El informe de varias organizaciones surcoreanas destaca el caso de una mujer que fue ajusticiada en público el mes pasado, en una localidad norcoreana cercana a la frontera con China.
Según indica Andre Vornic, corresponsal de BBC en Asia, la mujer fue acusada de distribuir biblias, espiar para Corea del Sur y Estados Unidos y colaborar con disidentes.
De acuerdo a las denuncias,los padres de esta persona, su marido y sus hijos fueron enviados a un campo de detención.
El corresponsal de BBC añade que aunque estas informaciones son muy difíciles de comprobar, Corea del Norte es conocida por su intolerancia hacia la religión.
Cristianos en la clandestinidad
El gobierno de Estados Unidos sostiene que el hecho de poseer una biblia en el país comunista puede ser motivo de torturas y desaparición, afirma Vornic.
Pero a pesar de la persecución, se estima que unos 30.000 norcoreanos practican el cristianismo en sus hogares y en secreto.
El periodista de BBC explica que en Corea del Norte, tal vez la sociedad más cerrada del mundo, sólo se puede venerar al fundador del país, Kim Il-sung, y a su hijo y actual líder, Kim Jong-il.
Las únicos actos masivos de fervor casi religioso son en honor de sus figuras, y es por esto que el régimen ve a la religión como una amenaza.
La posición de Pyongyang parece haberse endurecido en lo relacionado a derechos humanos y a la política de defensa en el último año.
Algunos analistas creen que puede ser una estrategia para apuntalar al gobierno de Kim Jong-il, al que se supone enfermo, durante el proceso de designación de su hijo, Kim Jong-un, como próximo líder.