Cada año los vecinos de Zaragoza se quejan del ruido de los ensayos de las cofradías, mientras el Ayuntamiento se niega a trasladarlos a los polígonos industriales porque obligaría a algunos cofrades a coger el autobús.
«Los ruidos producidos por las cofradías como consecuencia de los ensayos para la Semana Santa de Zaragoza también fueron, como es habitual, motivo de queja por parte de los ciudadanos», reseña la recién publicada memoria anual del Justicia de Aragón, el defensor del pueblo autonómico, que anota cómo los vecinos de distintas zonas de la ciudad «ven como durante unos meses se concentran en determinados espacios los cófrades para su participación en dicho evento» con las consecuencias que concentraciones de ese tipo suelen tener para el descanso.