El experto en sectas trabaja con las familias afectadas por la organización de las Hijas del Amor Misericordioso, ahora intervenida por la diócesis de Madrid, y revela cómo era culto a su líder, Marimí, y cómo el grupo ejercía control de la privacidad, abusos espirituales y sexuales
Una investigación encargada por el Vaticano detectó en una de las organizaciones católicas más activas y exitosas de los últimos tiempos, las llamadas Hijas del Amor Misericordioso (HAM), comportamientos más propios de una secta. Por ejemplo, en el empeño de apartar a los fieles de sus familias. Pero las acusaciones contra esta realidad eclesial –no una congregación religiosa, como falsamente se presentaban– son mucho más graves: entre ellas, abusos sexuales, espirituales y de autoridad. Tras la decisión del Arzobispado de Madrid de intervenirla y disolverla, el psicólogo y experto en sectas Miguel Perlado ha comenzado a asesorar a las familias afectadas.




