El escudo de Cantabria lo incluye. La bandera con este símbolo ondea en las principales instituciones y administraciones públicas de la Comunidad. Las estelas cántabras son uno de los grandes atractivos del Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria (MUPAC), y es considerado un bien público, patrimonio de la historia y el legado del pueblo cántabro, ajeno a cualquier confesión religiosa y que ha dado lugar al lábaru. Y sin embargo, en Barros dos de estas estelas, posiblemente las más conocidas, están en manos de la Iglesia por una decisión del Gobierno de José María Aznar, que permitió a la institución eclesiástica inmatricular miles de bienes sin aportar título material, entre ellos estas.
Dos estelas que, además, están declaradas Bien de Interés Cultural y Patrimonio Histórico y que, por encontrarse cerca de la ermita de la Virgen de la Rueda, la Iglesia ha reclamado su posesión sin que ningún gobierno haya hecho nada al respecto por el momento. Tan solo Podemos ha mostrado su rechazo y ha reclamado, a través de una proposición no de ley presentada al Comité de Peticiones del Parlamento de Cantabria, que vuelvan a ser de titularidad pública.
“Es un símbolo que existía antes que la propia Iglesia”, ha recordado el coordinador de Podemos Cantabria, Luis del Piñal, quien ha criticado que “con la excusa de que se habían encontrado cerca de una ermita”, se han inmatriculado. De hecho, la PNL recuerda que estas Estelas de Barros son las únicas que no se encuentran bajo la protección del MUPAC ni la supervisión de sus conservadores, y están bajo el control de la Iglesia, siendo «una incógnita» la situación actual de estas Estelas emblemáticas.
En similares términos se ha expresado Javier Valderrama, miembro de Podemos en Los Corrales de Buelna, quien considera que un bien de interés cultural como este “es de todos los cántabros”. En este sentido, ha recordado que en Corrales “se celebran las Guerras Cántabras”, una recreación histórica y cultural que, entre otras cosas, pone en valor este símbolo.
Como vecino, Valderrama asegura que en el municipio no se consiente “que sea propiedad del Obispado”, y opta por que sea de titularidad pública, “por las buenas, a coste cero”, o “expropiándose”, para lo que sería necesario pagar. “Nos da igual quien las coja, lo que nos interesa es que se conserve”, ha explicado.
La iniciativa que Podemos ha trasladado al Parlamento, y que todavía parece no haber recibido respuesta según fuentes del partido, pide además que las estelas se conserven en un espacio adecuado, en el que se puedan visitar y “se mantengan de una forma adecuada”. Actualmente, este Bien de Interés Cultural se encuentra en un recinto hormigonado conocido como el Parque de las Estelas de Cantabria, pero que “que no permite verlo ni de lejos”, sin conservación “ni contra agentes naturales ni contra el vandalismo”, y al que solo se puede acceder gratuitamente por cita previa, pero realizando una donación. Es la institución eclesiástica la que decide el horario, el régimen de visitas, cuándo se cierra y cuándo se abre.
Como recuerda la PNL, “en 2011 sufrieron actos vandálicos, una vergüenza para el principal símbolo” de la Comunidad, y la instalación ha sufrido, entre otras cosas, goteras. “Es de todo menos digno”, ha añadido.
Las estelas de Barros son un símbolo de Cantabria, pero también del propio municipio. Tanto es así que todavía se recuerda cómo a mediados del siglo XX estos dos símbolos fueron trasladados al MUPAC, pero apenas un año después los propios vecinos llevaron una réplica de cada una de ellas al Museo para recuperar las originales, que de este modo volvieron a su lugar de origen.
Por eso, Valderrama plantea que el espacio en el que se encuentran sea habilitado como museo, algo que contempla la PNL de Podemos, que va a ser planteada también en el Ayuntamiento. Para este vecino de Los Corrales de Buelna, “el lugar no es el más apropiado”, y plantea que se transforme para contar con una pared acristalada “adecuada para proteger” las estelas y evitar afecciones naturales o ataques vandálicos. A esto se sumaría un techo más alto, de madera. “Si han aguantado 3.000 años, es de recibo que se habilite un espacio adecuado”, ha valorado.