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El presidente de la Xunta de Galicia ensalza el «papel unificador de la Corona», que encarna la «armonía de la nación», en la Traslación del Apóstol celebrada en la catedral de Santiago

El presidente de la Xunta ha ejercido de delegado regio durante la festividad desarrollada en la Catedral de Santiago

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, en calidad de delegado regio, ha ensalzado el «imprescindible papel unificador de la Corona», y ha reivindicado que la institución monárquica «encarna la permanencia y la armonía de la nación», al aunar «tradición y modernidad, costumbre e innovación». Feijóo ha pronunciado estas palabras durante la ofrenda nacional, en nombre del Rey, en uno de los principales hitos de la Festividad de la Traslación del Apóstol Santiago, que se desarrolla este miércoles, 30 de diciembre, con epicentro en la Catedral de Santiago de Compostela, que ha reabierto sus puertas tras las obras de rehabilitación. Con el ingrediente especial y añadido del inminente arranque del Año Santo.

Como no podía ser de otra forma, la pandemia de coronavirus ha estado muy presente en la alocución de Feijóo, quien ha recordado que «el mensaje que nos envía el culto xacobeo» es el de «armonía para afianzar el sentimiento comunitario y superar los desafíos como el planteado por la pandemia del Covid-19». «Ha sido el año que se despide un tiempo aciago, dominado por la tristeza, por el temor y la muerte», pero igualmente «el año en el que la Humanidad recobró su auténtica dimensión. En medio de la desgracia recordamos que el ser humano es capaz de realizar grandes proezas», a menudo «anónimas», ha incidido.

«El trabajo científico de numerosos investigadores logró que este final de año venga marcado por el signo de la esperanza y no por el del pesimismo», gracias a la vacuna contra el Covid, ha recordado Feijóo, quien también ha elogiado la labor del «ejército pacífico», compuestos por múltiples profesionales, que ha venido combatiendo contra el virus. Aunque vendrán tiempos duros, ha recordado el presidente de la Xunta en su ofrenda, con consecuencias difíciles de prever, no hay que olvidar que está haciendo «un esfuerzo sin precedentes para minorar las consecuencias económicas y sociales».

«Galicia es la albacea de este espíritu europeísta, más necesario que nunca, de esta España atlántica, de la Europa que vuelve a reclamar su papel protagonista en el mundo. Sus valores, que son los valores del Camino de Santiago, permiten atisbar un futuro dominado por abrazos, y no por la distancia». Un futuro en el que «el Apóstol de España estará siempre con nosotros».

Despliegue del botafumeiro, antes de dar inicio la misa
Despliegue del botafumeiro, antes de dar inicio la misa – MUÑIZ

Feijóo ha trazado paralelismos con la rehabilitación profunda a la que ha sido sometida la Catedral de Santiago: «Una nación, una comunidad política, es como una catedral, compuesta de numerosos elementos, y en la que conviven varios estilos». El presidente gallego ha hecho una defensa del entendimiento entre diferentes, siguiendo ese mismo paralelismo con el templo: «Prosperan aquellas que hacen de la diversidad una síntesis y encallan las que están a merced de antagonismos crónicos».

«No deberíamos desperdiciar el simbolismo que encierra esta magna obra de recuperación, imposible sin la cooperación institucional y el esfuerzo mancomunado de muchas gentes», ha señalado. «Galicia, España, Europa y la comunidad internacional son catedrales hechas por hombres y mujeres para honrar la convivencia. Está en nuestras manos preservarlas, protegerlas y restaurarlas, como hemos hecho en este templo que nos acoge».

Homilía del Arzobispo

En su homilía-respuesta, el Arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, también ha hecho alusión a la renovación de la Catedral, «bellamente restaurada», bajo la esperanza de que «sea un signo también de (….) restauración espiritual» a las puertas del Año Santo, en el que aguarda que «tantas personas, estoy seguro, vendrán a venerar la tumba del Apóstol Santiago».

Ante momentos «azarosos» como los actuales, por la pandemia del Covid, ha recordado el Arzobispo que «hay que cuidar la salud física y espiritual», teniendo presente que «todo esto pasará». «La pandemia de coronavirus nos hizo a todos conscientes de lo frágiles y vulnerables que somos, de cuánto dependemos de lo que sucede». E hizo hincapié en que no podemos ser «meros espectadores». Estamos «llamados», aseguró Barrio, «a ser constructores en la sociedad según el plan de Dios, superando odios y rechazando todo tipo de violencias (…), no aceptando los designios de la muerte».

«En medio de la crisis humanitaria y sanitaria que nos está afectando, la distancia social aconsejada ha de acrecentar más que nunca la cercanía del corazón», ha expresado. «Este es hoy nuestro desafío moral y ético, como lo fue para los contemporáneos del Apóstol Santiago, que reconocieron en Cristo la presencia de Dios». «La persona busca siempre remedios a sus males, sobre todo a aquellos ante los que se siente impotente, agarrándose a toda esperanza. Pero Cristo, Palabra de la vida, no es el curandero de última hora al que recurrir. La grandeza de las curaciones obradas por el Señor no está en lo que se ve y obra exteriormente, sino en lo que significa y promete», ha incidido.

Monseñor Barrio ha rematado pidiendo «una celebración llena de frutos espirituales del Año Santo», «sabiendo que podemos contar con la ayuda de Dios y del Apóstol Santiago».

Ceremonias civil y religiosa

Con este acto se conmemora el traslado del cuerpo del Apóstol Santiago el Mayor desde Jaffa (Palestina) hasta Galicia, para recibir sepultura en el lugar en el que hoy se levanta la catedral. La de este año es una edición doblemente especial: por situarnos a dos días del arranque de un nuevo Año Santo, el primero desde 2010, y por los condicionantes que impone la pandemia de coronavirus.

La parte civil de la festividad de la traslación se desarrolló en la Plaza del Obradoiro, a la que accedió Feijóo sobre las 11.20. Una plaza, efecto inevitable del Covid, más desangelada que en ocasiones precedentes. Mandan la prevención y la seguridad frente al virus. Tras sonar el himno de España, el delegado regio pasó revista a las tropas, desplegados los efectivos por la plaza señera de Santiago, y procedió posteriormente a saludar a las autoridades. A continuación, encabezó la comitiva civil hacia la catedral, accediendo por la plaza de La Inmaculada por las obras en la entrada del templo.

Feijóo pasa revista a las tropas en la Plaza del Obradoiro
Feijóo pasa revista a las tropas en la Plaza del Obradoiro – MUÑIZ

Con gran puntualidad, tras un saludo entre el presidente de la Xunta y el Arzobispo de Santiago, en torno a las 11.40, en la Puerta del Tesoro, dio inicio la procesión por el interior de la catedral, portando la imagen del Apóstol Santiago, un relicario conocido como Santiago Coquatrix.

Tal y como marcaba el protocolo, la procesión discurrió por las naves laterales y la girola del templo. Al llegar a la nave de Azabachería llegó uno de los momentos más singulares, el despliegue del Botafumeiro, bajo el sonido de las chirimías. A renglón seguido, la procesión prosiguió hasta el comienzo de la nave central, junto al Pórtico de la Gloria. Ahí se detuvo el cortejo y los portadores de la Imagen se volvieron hacia el Arzobispo, para escuchar el motete «Iocundetur et laetetur (Códice Calixtino)» en honor del Apóstol Santiago, cantado por el coro.

Le siguió el «Gloria Patri», con los acordes del órgano. La procesión se encaminó de nuevo hacia el Altar Mayor para dar inicio a la Misa Estacional. Al llegar a la altura del transepto, los portadores de la imagen del Apóstol, siguiendo el guión establecido, se situaron a un lado, mientras los componentes de la procesión, de dos en dos, fueron pasando y haciendo la preceptiva reverencia, para dirigirse hacia el altar y ocupar los lugares reservados en el presbiterio o en los laterales del transepto. Las autoridades y el Delegado Regio, acompañados por la Comisión Capitular, ocuparon igualmente sus puestos.

Al situarse el Arzobispo en el centro, ante el altar, comenzó la misa estacional, en la que la pandemia de coronavirus obligó a guardar la preceptiva distancia de seguridad entre los asistentes, distribuidos en sillas. El acto litúrgico concluyó con la bendición del arzobispo, seguida de la despedida bajo los acordes del órgano de la catedral. Como es habitual, posteriormente las autoridades, encabezadas por el delegado regio y el alcalde de la ciudad, se trasladaron al Pazo de Raxoi, sede del consistorio, para la clásica recepción que puso el broche a la jornada, algo pasada por agua.

Este jueves, 31 de diciembre, se volverá a vivir en Santiago otro momento solemne con la apertura de la Puerta Santa, cuando quedarán apenas horas para que comience el Xacobeo 2021.

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