En los primeros bancos estaban el presidente de la Audiencia Provincial, Manuel Estrella; los concejales del Partido Popular (Juancho Ortiz, José Manuel Cossi, Maite González, Carmen Sánchez, José Carlos Teruel y Nuria Álvarez), la portavoz de Ciudadanos (Lucrecia Valverde) y el concejal no adscrito (Domingo Villero); y miembros del Secretariado Diocesano, del Consejo y de las hermandades de la ciudad, entre otros.
La solemne celebración, a lo que ha ayudado sin duda la participación musical de parte de la coral Virelay (la organista Sandra Massa y los contratenores Jorge Enrique García y Bruno Campelo) que no pudo asistir al completo por las normas del coronavirus y que es uno de los grandes grupos musicales de la ciudad, ha dado paso a la posterior procesión eucarística, muy alejada del protocolo y del largo cortejo habitual.
Las naves de la Catedral la han recorrido el pendón de la ciudad, portado por Carmen Sánchez, las autoridades presentes, los seminaristas, el clero (notablemente reducido, con apenas tres canónigos y una decena de sacerdotes) y el obispo, que se situaba detrás de la majestuosa custodia de Ana de Viya. Acompañado del repique de campanas y de la música del tridente de Virelay, la Custodia ha llegado a la puerta principal, desde donde Zornoza ha impartido la bendición a la ciudad. El Corpus este año sólo podía asomar a la plaza de la Catedral, sin salir a la calle.
Posteriormente, el obispo ha repetido la bendición en el altar mayor, dando por finalizada esta celebración tan particular e íntima del Corpus a las doce menos cuarto de la mañana.