La entidad tiene un departamento exclusivo para administrar este ingente patrimonio procedente de instituciones próximas al Opus Dei y otras órdenes religiosas
Las organizaciones católicas suelen gestionar el patrimonio que reciben a través de bancos o brókers, que lo invierten según el riesgo que deseen
Los directivos de Banco Santander ya han desembarcado en los cuarteles del Banco Popular para bucear en su balance y empezar a gestionar los activos y los pasivos de la entidad intervenida por el Banco Central Europeo (BCE). Una de las grandes sorpresas relativas que se ha encontrado es la ingente cantidad de dinero que el grupo financiero presidido por Ángel Ron y Emilio Saracho en los últimos cuatro meses administraba procedente de organizaciones religiosas. En concreto, unos 5.400 millones de euros, según cifras internas a cierre de 2016.
Así lo han confirmado fuentes cercanas del Popular, ya en manos del Santander, que han rehusado desvelar la titularidad concreta de las congregaciones religiosas que le confiaban el dinero que recaudaban de sus fieles y de las donaciones para que fuera gestionado por el banco. Se trata de una información confidencial que el Banco de España prohíbe hacer pública. No obstante, otras fuentes señalan que entre las entidades vinculadas a la Iglesia católica que trabajaban habitualmente con el Popular en labores solidarias se encuentran asociaciones próximas a la Conferencia Episcopal, el Opus Dei, la Orden Hospitaliaria San Juan de Dios, la Orden Agustinos Recoletos, los Escolapios, los Maristas y las Salesianas.
El dinero encuadrado en el epígrafe del pasivo “instituciones religiosas” estaba gestionado en el Popular por Eduardo J. Pomares, conocido en el banco como ‘Monseñor Pomares’. Curiosamente, este directivo histórico del grupo financiero fichó a mediados de abril por Banco Santander, por lo que la cúpula directiva del que ya es la mayor entidad financiera de España conoce al dedillo cómo se administran los 5.400 millones procedentes de las distintas organizaciones católicas. Según fuentes internas, parte de este ingente patrimonio estaba invertido en activos de renta fija y otros en renta variable, sin concretar si se habían suscrito acciones o bonos del Popular, que actualmente no valen nada.
Fuentes oficiales del Opus Dei han explicado que la prelatura como tal no gestiona ni un euro de sus miembros o de las posibles donaciones que recibe. En este sentido, añaden que lo único que hace la Obra de José María Escribá de Balaguer es dar apoyo pastoral a colegios, universidades y fundaciones que tienen su propia administración y toman sus decisiones de forma totalmente independiente. Entre los satélites más próximos a esta institución de la Iglesia católica está la Fundación Universidad de Navarra, que ha perdido 558.000 euros que tenía invertidos en acciones del Banco Popular a través de la Unión Europea de Inversiones (UEI).
Esta sociedad patrimonial era dueña del 3% de la entidad financiera y su participación está incluida en la Sindicatura de Accionistas, el mayor propietario del grupo, con el 9,8% de las acciones. El derrumbe de la cotización del Popular llevó a UEI a entrar en causa de disolución en al menos dos ocasiones en 2016, quiebra que fue resuelta a principios de este año gracias a la refinanciación que Banco Santander, Bankia y Sabadell le concedieron por valor de 180 millones.
La única condición para aplazar el pago fue el cambio de las garantías, que originalmente eran las propias acciones del Popular, por inmuebles propiedad de Viviendas y Oficinas (Vyosa). Entre otros, la propia sede actual del banco, que ahora corre el riesgo de pasar a manos del Santander. En total, la Sindicatura ha perdido solo con la aportación de las tres últimas ampliaciones de capital cerca de 550 millones de euros.
Navarra y el vicario
Uno de los hombres importantes de UEI es Luis Herrando y Prat de la Riba, que fue nombrado consejero del banco en 2001 y del que llegó a ser vicepresidente. Su hermano es monseñor Ramón Herrando y Prat de la Riba,doctor en Teología por la Universidad de Navarra y vicario regional del Opus Dei en España. Pero además en esta empresa, cuyo principal objetivo era la tenencia de acciones del Popular, se encuentran la propia Funcación Universidad de Navarra, cuyo patrimonio total asciende a 144 millones, y grandes apellidos del tejido empresarial español.
Entre otros, las familias Revoredo (Prosegur), Martínez Igartua, Mora-Figueroa (Domecq), Sendagorta (Grupo Sener), Figuero y Martínez-Echevarría (El Corte Inglés). Su principal accionista es la Fundación IEISA, adscrita a la prelatura del Opus Dei y constituida por Gregorio López-Bravo, ministro de dos carteras en la dictadura de Franco, que se retiró de la política cuando se aprobó la Constitución española. Esta organización es muy próxima a los Valls Taberner, presidentes del banco durante 32 años y reconocidos numerarios de la Obra.
Las organizaciones católicas suelen gestionar el patrimonio que reciben de sus fieles a través de bancos o brókers, que se lo invierten en función del riesgo que deseen asumir. Uno de los casos más llamativos fue el de Gescartera, la agencia de valores que fue intervenida en 2001 por defraudar a sus clientes, entre los que se encontraban una treintena de órdenes vinculadas a la Iglesia con 20 millones entre sus manos. Entre otras, el Arzobispado de Valladolid, cuyo ecónomo depositó casi siete millones de euros de la época a cambio de recibir una rentabilidad del 10%.
