Francisco acusa al grupo religioso de “numerosas irregularidades que traicionan el Evangelio”. La organización posee un potente entramado empresarial que levantó a partir de una red de cementerios de lujo exentos de impuestos
El Papa ha asestado un golpe definitivo, en su potente entramado económico, al Sodalicio de Vida Cristiana, la organización religiosa ultraconservadora de Perú, con rasgos de secta e inspirada en la Falange española, que se extendió desde 1971 en las clases altas del país y en varios países de Latinoamérica, y en los últimos años ha recibido numerosas denuncias de pederastia, abusos sexuales y de poder. La nunciatura vaticana en Perú ha divulgado en la mañana del martes, última hora de la tarde en España, un comunicado en el que anuncia la expulsión del sacerdote Jaime Manuel Baertl Gómez y del laico consagrado Juan Carlos Len Álvarez, dos de los principales artífices del entramado empresarial crecido en torno al grupo, acusado de enriquecerse con prácticas opacas y desviar fondos a paraísos fiscales. Las víctimas habían protestado precisamente esta semana porque no han recibido indemnizaciones mientras la organización mantenía un enorme patrimonio oculto.