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El origen de la religiosidad… y del laicismo

Si el laicismo existe es porque existen las religiones, si las religiones existen es porque existen los hombres, si los hombres existen es porque existió el Big Bang.

El Big Bang

El comienzo del Universo ocurrió hace unos catorce millones de años. Se produjo con una explosión de apenas una fracción segundo, seguida de una expansión de una cantidad inimaginable de energía en el espacio cósmico. ¿De dónde podía proceder esta energía? Alberto Einstein, nos dejó su teoría que “la materia es energía y la energía es materia” La una puede convertirse en la otra. Este fue el origen del Big Bang, pues nada puede producirse de la nada. La materia que produce la energia era una materia tan concentrada que las leyes mismas del Universo la transformaron en energía.

Después de la explosión se produce la expansión de la energia en todas las direcciones del espacio intersideral. En uno de esos momentos de la expansión de la que conocemos la duración, la energia vuelve a transformase en materia. De todos esos elementos, de la materia se irán construyendo las galaxias, de las que conocemos cuatrocientas mil hasta ahora. De ellas se formarán los sistemas solares y sus planetas y tantos otros cuerpos materiales que se desplazan en los firmamentos.

Pero, para que el planeta tierra fuese el medio ambiente idóneo para hacer un planeta humano, la tierra tuvo que situarse en una órbita en la que la distancia entre ella y el sol proporcionarse todas la condiciones de temperatura y de luz necesarias al desarrollo de la vida vegetal y animal que necesitarían los hombres.

Nuestro planeta tierra, que en sus comienzos era una bola incandescente, tuvo que comenzar por enfriarse y hacer de su parte exterior la corteza terrestre. Para que la vida pudiese existir era necesario el agua. Razón por la cual, en un momento de su evolución apareció una gran masa de agua: el Océano primario. Es en sus aguas que de la materia inerte se formara la materia viviente. El comienzo fue una cedula, poseyendo todas caracteres propios a la vida, movimiento y reproducción, por lo que de su evolución nacerán las primera especies acuáticas, vegetales y animales. Cuando algunas de las especies acuáticas salieron del agua y lograron adaptarse a una vida fuera del agua, comienza el camino de la evolución de las especies animales, hasta llegar a la creación de las especies simias, de la una de ellas se transformará en la especie humana.

Todos los efectos evolutivos y de transformaciones son la consecuencia de las leyes que rigen el Universo, a lo que más tarde, en la historia de los hombres, es estos misterios universales les encontraran dioses y divinidades para explicar lo que no se pudo explicar por la mente de los hombres.

Fenómeno extraño para la historia de nuestro planeta, que antes de la llegada de los hombres para habitar el planeta tierra, fueron los dinosauros quien ocuparon la mayor parte de nuestro planeta. ¿Fueron también necesarios esos enormes animales sobre el planeta antes de la llegada del hombre? Sabemos que muchos de los enormes vegetales de estos tiempos, sirven hoy al hombre de material primas, carbón, gas y petróleo… Los dinosauros desaparecieron para siempre, y su existencia, ?fue algo de fortuito, o al contrario, algo que ya había determinado por las leyes del Universo?

El hombre

La especie humana es el resultado de una larga evolución de una de las especies simias. “El Homo-sapiens” hizo su aparición hace unos cuatrocientos mil años ante de J.C. Se le ha llamado también “Hombre- moderno”, por presentar los mismos caracteres que los hombres actuales. Se le atribuyo de tener conciencia de su propia existencia, de reflexionar y de preguntarse por la significación que podía tener en este mundo su persona. Aunque todo parece haber necesitado un cierto tiempo ya que sus primeras preocupaciones era la de su supervivencia. La solidaridad entre los miembros de los grupos fue una de las primeras virtudes que consolidaron la convivencia.

Las características esenciales que separa la especie humana de las otras especies animales son: las capacidades mentales que posee su cerebro a producir el pensamiento humano y el de poseer un lenguaje articulado. Los primeros Homos-sapiens aparecieron en el continente africano y desde allí se dispersaron por todos los continentes del mundo.

Los primeros hombres pertenecen al periodo Paleolítico, y sus primeras preocupaciones eran las de adaptarse a un medio ambiente en el que hombres y animales Vivian bajo los mismos instintos sobrevivir y propagarse.

“El hombre era, en un principio, al igual que las otras especies, un ser enteramente absorbido por la inmediata supervivencia, el aprovisionamiento en materia de alimentación. Durante el Paleolítico, la misma se aseguraba mediante la caza, la pesca, y la recolección. No estaba fijado al suelo, y su única industria consistía en la confección de armas rudimentarias, que le permitían cazar y defenderse de las bestias salvajes.” Henri Laborit, biólogo francés, especializado en la biología de las conductas y en el estudio del desarrollo de las diferentes partes que constituyen el cerebro y su evolución en la historia de los primeros hombres.

Si el hombre es capaz de evolucionar en sus mecanismos mentales, es gracias a su cerebro. Una de las principales cualidades de este órgano es la “Plasticidad”, –Propiedad de modificar conjuntos neuronales en función de las experiencias y de los conocimientos que provienen del exterior. La teoría de la plasticidad cerebral, se la debemos a Santiago Ramón y Cajal, premio noble de medicina.

La forma de vida de los hombres del Paleolítico era el “nomadismo”. La búsqueda permanente de alimentos, le obligaba a desplazarse para encontrar los animales que cazados les servirían de alimento, o para la recolección de los productos de la tierra, lo que le permitía una dieta correcta. Los productos de la tierra dependían de ciertas zonas geográficas y de las estaciones anulares por lo que también exigían desplazarse.

El cerebro de los primeros hombres les sirvió, en definitiva, para adaptarse a los elementos naturales y a las condiciones que dominaban en las zonas donde pasaba su existencia. –El hipotálamo-, región del cerebro de los instintos, les procuraba las motivaciones para la búsqueda de los alimentos. Les daba la agresividad necesaria para cazar y matar a sus presas, o el coraje y la fuerza para defenderse de las bestias salvajes. O el de sentir el instinto al acoplamiento y al de la protección de la progenitura.

El sistema límbico les permitía memorizar las experiencias, produciéndose así el aprendizaje. El pensamiento se desarrollaba en función del tiempo y de los acontecimientos. La imaginación le ayuda a perfeccionar los instrumentos que fabricaba y avanzar lentamente en un cierto progreso.

Como ya lo avanzamos, el hombre es consciente de su propia existencia, lo que supone que lo es también de su propia muerte. La realidad es que el hombre nace y el hombre muere, y que la supervivencia de la especie humana se hace a través de las generaciones. La preocupación existencia de todos los hombres es siempre la misma. ¿La muerte es el fin de la existencia de cada hombre o existe una continuidad que se desconoce?

Los antropólogos, los que se dedican al estudio de la Prehistoria y de la Antigüedad, cuando comenzaron a descubrir tumbas y encontraron que junto a los restos del difunto había objetos diversos, se preguntaron ¿cual tenía que ser el significado? ¿El fallecido necesitaba esos objetos? Era la significación que en la mente de esos hombres ¿no se acaba todo con la muerte? Es lo que las tumbas de los Faraones han dejado como el testimonio de las existencia de un más allá.

Al no encontrar ningún testimonio que nos ilustre de las creencias de esos tiempos si lejanos, la imaginación humana, a partir de especulaciones. ha presentado un modelo teórico que pudiese explicar las creencias y mentalidades de los hombres prehistóricos o de la Antigüedad. Al cuerpo humano le añadieron un espíritu individual para cada hombre. Elemento etéreo, inmaterial e invisible al hombre. El espíritu de cada ser humano representaría lo más esencial del ser humano. Y cuando llegaba la muerte, el espíritu abandona el cuerpo. El espíritu continuaría su vida en el mismo espacio ocupado por los hombres. La noción de la existencia de otro espacio todavía no había llegado al entendimiento humano. Asi, hombres y espíritus Vivian juntos, dando lugar a que aparecieran en la historia de los hombres, modalidades para comunicar con los muertos.

Los espíritus en el mundo de los hombres se democratizaron y también atribuyen espíritus a los animales, a los bosques, las montañas… Los espíritus fueron, probablemente, las primeras creencias que los hombres imaginaron y que más tarde los convertirán en dioses y divinidades con los que constituirán:           “las religiones primitivas”.

La Naturaleza, la tierra y el firmamento constituían el mundo que los hombres conocían. El esplendor de la Naturaleza era causa de admiración y de recelo para los hombres. El Cosmos funcionaba según orden establecido: al día sucedía la noche, a la luz del sol la de las estrellas, al periodo invernal, al otro extremo están los calores estivales, etc. Pero cuando dentro del orden aparecían relámpagos y truenos, lluvias torrenciales, inundaciones, fuegos forestales…los hombres no podían explicárselo y sentían antes esos fenómenos una amenaza para su propia existencia.

Alguien o algo tenían que estar detrás de esos fenómenos caprichosos y violentos. Solo, fuerzas sobrenaturales podrían serlos que producen esos impetuosos fenómenos. ¿Y quién podría estar detrás de esas fuerzas sobrenaturales? sino también otros espíritus, como los que ya, ciertamente conocían y actuaban en otras situaciones.

Cuando en el siglo XIX, comenzaron las búsquedas arqueológicas para conocer y estudiar la Prehistoria, se originó una polémica entre científicos de la antropología. Unos afirmando que los hombres, desde los comienzos, ya tuvieron la idea de la existencia de Dios. Otros afirmaban que era imposible. No hay que olvidar, que en esos tiempos, había muchos creyentes e incluso religiosos antropólogos. Al final tuvieron que zanjar la polémica, pues entre hombres de ciencias solo los argumentos y las pruebas son los que pueden afirmar las verdades. Como, en los objetos encontrados, no existía prueba alguna, acabaron haciendo una declaración común:

“No existen pruebas que los primeros hombres tuviesen la idea de la existencia de Dios, pero tampoco se han encontrado pruebas de que no la tuviesen.”

El Neolítico

Llamado también “Edad de la piedra pulida”, tiene sus comienzos hacia los años 12000 antes de J.C., fecha que también marca el final del Paleolítico, el más largo periodo de la Prehistoria, pues, este tuvo su comienzo hace unos tres millones de años.

El Neolítico, representa la primera revolución en la Historia de la Humanidad: “la revolución neolítica”. Los cambios que se producen en la vida de los hombres son tan profundos y transcendentales que marcan una ruptura total con la forma de vida del pasado. Habrá que esperar, miles de años, para que se produzca la segunda revolución en la historia del hombre: “La industrial”. Si en el Neolítico, la producción era obra de los hombres, con la industrialización será obra de las maquinas. Las revoluciones siempre fueron tiempos de cambios radicales en la existencia de los hombres y en las mentalidades.

El gran cambio que se produce en el Neolítico en la vida de los hombres, es el paso de una vida nómada a una vida sedentaria. Pero, si estos cambios fueron posibles es porque las leyes que rigen el Universo produjeron cambios significativos climatológicos y geográficos en el planeta tierra.

Antes que estos cambios se produjesen, el planeta tierra tuvo pasar por un largo periodo de glaciaciones que rendía la vida ruda e inhospitalaria a sus habitantes. Por lo que estos comienzos estuvieron marcados por el inmovilismo característico de los primeros siglos de la Prehistoria. En estas condiciones extremas, las preocupaciones de los hombres estaban absorbidos por la supervivencia. Las leyes que rigen al Universos establecen sus ciclos, y una vez acabado el de las glaciaciones, le sucede el del recalentamiento generalizado del globo.

El recalentamiento del planeta no se produjo al mismo tiempo en todas las zonas geográficas. Allá, donde se producen los efectos del recalentamiento, además de los climáticos, aparecen zonas de abundante vegetación, en las que los hombres encuentran fácilmente alimentos abundantes y variados. Es lo que se encontró, prioritariamente, en el Próximo-Oriente. Una larga franja geográfica que se extiende desde Mesopotamia a Egipto, pasando por Siria, Liban, Palestina y Jordania. A la que llamaran: “La Vertiente fértil”.

Las condiciones de vida, si favorables, que presentaba “La Vertiente Fértil”, llevaron a emigrar hacia ella a grupos familiares que se instalaron definitivamente. Esos grupos emigrantes, de procedencias diferentes se iban uniendo los unos a los otros hasta formar comunidades de aldeas, las que con la aumentación demográfica se irían convirtiendo en ciudades.

Los hombres se agrupaban para organizar el trabajo de la tierra, lo que fue el comienzo de “la agricultura”. Al mismo tiempo los hombres aprendieron el arte de la domesticación de algunas especies animales, con lo que se originó “la ganadería”.

La agricultura y la ganadería serán los comienzos de los sistemas de producción en la actividad humana. Por lo que la revolución neolítica transformo a los hombres de los comienzos, simples consumidores de lo que les proporcionaba la naturaleza, a ser los hombres los productores.

La agricultura y la ganadería, base del sistema de producción, necesitaba para desarrollarse otro sistema: “el comercio”. Y el comercio necesitaba otras actividades profesionales para hacer funcionar el comercio. Así, aparecen, desde los comienzos, artesanos, fabricantes de herramientas, transformadores de materias primas, por ejemplo convertir la leche en queso…, transportistas, etc.

El mundo humano se había transformado a un tal grado, que el pensamiento humano tuvo que evolucionar al ritmo de los acontecimientos. La visión del mundo era muy diferente a la de los comienzos. El rol del hombre en la naturaleza, también era diferente. La producción de la tierra estaba en sus manos y el sistema económico que él mismo había creado les proporcionaba los alimentos necesarios. Pero a pesar de los avances conseguidos, la mente humana se encontraba desamparada ante la nueva complejidad que presentaba el mundo. Por eso los hombres necesitaban a los dioses, la protección ante lo desconocido y ante aquello que era superior en las fuerzas sobrenaturales. El orden cósmico les era imprescindible y solo los dioses podrían ser los responsables del orden humano y religioso.

“La sistematización de los conceptos religiosos y su expresión en forma de familias divinas y de mitos han comenzado, sin duda, en el IV milenario, durante la urbanización de Mesopotamia, y han sido la obra de varios teólogos, como testimonio de diversidad de esas diferentes generaciones y de los mitológicos…en todo caso la sociedad divina, tal y como la conocemos por los textos estaba calcada sobre la sociedad humana” Georges Roux

En el cuarto milenio, del que nos habla Georges Roux, es el tiempo en el que se construía la identidad Mesopotamia y se preparaban los comienzos de la primera civilización conocida. Se sentía la necesidad de construir una religión oficial y común a todos los mesopotámicos. De los casi dos mil nombres de dioses que se han encontrado en de los documentos escritos de esta época, parecer ser que todos pertenecían al mismo rango. Los mesopotámicos eran personas muy tolerantes, no discriminaban a nadie por el color de su piel, de su etnia o sus creencias. Cada grupo que llegaba a Mesopotamia, traía con ellos sus propios dioses y sus propios mitos, que todos eran aceptados y respetados en un sistema igualitario. Comenzaron a organizarlo en familias, dando a cada una un orden jerárquico según los criterios de influencia y de poder, a semejanza del modelo humano.

En estas sociedades, no se hace ninguna distinción entre los ciclos de los fenómenos naturales y el de las convenciones sociales, el uno como el otro estaban atribuidas a una voluntad sobrenatural” Karl Popper

“Lo mismo que no se puede imaginar de cambiar las leyes de la naturaleza, no se puede imaginar de cambiar las costumbres. Nunca llegaría que un hombre de una sociedad arcaica no sepa cuales son obligaciones. El deber social nunca puede ser cuestionado.” P. Nemo.-

Las jerarquías eran necesarias para que cada uno ocupase el lugar que le correspondía ya sea en el mundo de las divinidades como en el de los humanos. Los principios, sobre los que tenía que funcionar el Cosmos, fueron creados desde sus comienzos por los dioses. ¿Cómo el hombre podría contestarlos? Razón por la que con el comienzo de la primera civilización aparece un modelo de gobierno que se perdura en el conjunto de Oriente: ”Las monarquías sagradas”. Cada reino que se formaba tenía un rey, o bien el rey era también una divinidad o el representante directo de los dioses. Esta tradición duró siglos, hasta que se produce la destrucción del reino de Micenas, y que aparece en la Historia unas nuevas generaciones de griegos que comienzan a elaborar una nueva forma de gobierno: La democracia. Una nueva etapa en la vida de los hombres y también en la de las mentalidades.

La democracia es una idea de gobernanza procedente del pensamiento de los hombres, sin necesidad de hacer referencia ni a los dioses, ni a las religiones. Es la primera vez, que aparece el pensamiento laicista, los hombres pueden por si solos organizar gobiernos y sociedades sin recurrir fueran a las concepciones religiosas. Pero, eso no significa que los griegos abandonaran a sus dioses, pero de los hombres dependía decidir del lugar de sus moradas, los ritos y los sacrificios a ofrecerles. La política es la que dirigía y se servía de las religiones.

Bibliografía-_

– Mésopotamie, l’écriture, la raison et les dieux.- folio historie-1987.

– Mésopotamie, Georges Roux. Editions du Seuil.-1995.

– Les origines de la pensée grecque, Jean-Pierre Vernant.- Puf. -2009.

– Histoire des idées politiques dans l’Antiquité et au Moyen Àge.- Puf. 1998.

– Homo, histoire plurielle d’un genre très singulier.- Claude-Louis   Gallien.- Puf.-2002

– El hombre y la ciudad.- Henri Laborit.- editorial Kairós.- 1973.

 Manuel Castellanos.- Diplomado de la Escuela Superior de la Cruz Roja Suiza.

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