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El obispo de Almería ve “acoso” a la vocación sacerdotal

González Montes rechaza que “casos anómalos” puedan “manchar” a los demás

El obispo de Almería, Adolfo González Montes, advirtió este viernes de que la sociedad "no puede permitirse el lujo y el sinsentido" de "acosar" la vocación sacerdotal, a cuyo magisterio se refirió como un "bien necesario", al tiempo que aseguró que los "casos anómalos de sacerdotes infieles a sus promesas no pueden manchar ni desacreditar la entrega limpia y generosa de todos los demás".
 
En una carta pastoral con motivo de la festividad de San José, monseñor González Montes insta a orar para que no "falten jóvenes que quieran seguir y estar" con Dios y reconoce que la Iglesia no tiene "suficientes" vocaciones por estar éstas "socialmente desprestigiadas" hoy en una sociedad donde "todo parece en contra del ministerio de los sacerdotes", según reflexiona.
 
A su juicio, este "mundo hedonista", que ha hecho del "principio del placer criterio de vida y pasión", según señala, tropieza "con un estilo de existencia "no asimilable a la cultura en vigor". Subraya, en esta línea, que la Iglesia no selecciona los candidatos al ministerio sacerdotal "entre jóvenes acomplejados o apocados ante las dificultades de la vida, incapaces de equilibrio psíquico y madurez humana" sino que "necesita de jóvenes apasionados por Cristo, que pongan sus cualidades, sueños e ilusión de futuro de un corazón joven al servicio del único Pastor de los hombres".
 
"Las vocaciones crecen"
El obispo almeriense augura que sin los sacerdotes "no sería posible superar la recaída en la desesperanza que genera la experiencia de los límites y la culpa" y asegura en referencia a su magisterio que "alientan la esperanza en las penas y consuelan en los fracasos, buscan socorrer a los pobres con la solidaridad de todos, que ellos mismos suscitan y estimulan; acogen a los alejados y orientan a los que se sienten perdidos o buscan hallar las razones del camino".
 
"En ellos se puede benefactores social y culturalmente rentables. Lo han sido y pueden seguir siéndolo", continúa monseñor González Montes al tiempo que reitera que "no tenemos los suficientes, porque nos falta fe en el futuro de Dios y sólo nos fiamos del nuestro".
 
"Las vocaciones crecen en las parroquias, en comunidades y movimientos apostólicos, pero necesitan también la colaboración de los padres, su renuncia a poseer los hijos como bien propio y exclusivo. Requieren la colaboración de la escuela y de los educadores católicos, capaces de transmitir la razón de ser de una vida hecha de generosidad para Dios y para el prójimo por causa del Evangelio de la vida", concluye.

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