El titular de Cultura tumba la petición de Compromís de no cobrar entrada para las visitas culturales y ratifica que es una obligación del Estado “restaurar”
“Los templos necesitan atención cada día y limpieza, y eso requiere aportación económica, que no debe fijarla es el Estado porque se cometería alguna injusticia”, argumentó
“Gracias a la Iglesia hemos podido mantener patrimonio y me alegro de vivir en un país en el que quedó muy atrás el tiempo de quemar iglesias y por eso ahora podemos mantener ese patrimonio para uso y disfrute no solo de los creyentes, sino de los amantes del arte”. Con este capote verbal, el ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, justificó ayer en el Senado que el Estado no intervendrá en el precio de las entradas para visitas culturales a los templos españoles. Tampoco tomará medida alguna para que su acceso sea gratuito.
Así lo manifestó el ministro de, que más bien se mostró a favor de que se cobre por el acceso, aun cuando hayan sido rehabilitados por las administraciones públicas. “Yo que soy muy amante de lo público sé que para mantener las cosas a veces hay que pedir una aportación. Efectivamente, nada es gratis, pero aquí se está mezclando lo que son subvenciones para la recuperación patrimonial con el funcionamiento cotidiano de esas instituciones”, argumentó ayer Iceta durante la Comisión de Cultura en el Senado.
Rehabilitación de los templos
Se trataba de su respuesta ante una pregunta del senador de Compromís Carles Mulet que proponía obligar por ley a que los templos “no cobren nada como entrada, o un simbólico 1 euro para que su visita sea accesible”.
En su reflexión, el ministro de Cultura también expuso que “los templos necesitan atención cada día, limpieza, y eso requiere algún tipo de aportación económica, quien no debe fijarla es el Estado porque podríamos cometer alguna injusticia”.
“Suma y sigue”
Frente a la defensa de Iceta, Mulet expuso que “la Iglesia cobra 6 euros por persona para ver la catedral de Lugo, 7 por ver la de Cádiz, 8 por ver el Santo Cáliz de la catedral de Valencia y 12 para la de Sevilla”. “Es un suma y sigue para contemplar un patrimonio mantenido con el dinero de todos y nadie sabe dónde va el dinero de esas entradas”, insistió el senador de Compromís. Incluso llegó a insinuar que lo recaudado que se ha convertido “en una actividad lucrativa muy interesante”, que debería “estar regulada”.
Estas quejas también encontraron la contrarréplica de Iceta que le detalló que cuando el Estado contribuye a rehabilitar, por ejemplo, una catedral se considera “un pago” y puntualizó que su mantenimiento “corresponde a la confesión religiosa que es titular del mismo”.
Conservación cotidiana
Y fue más allá en su réplica a Mulet: “No se puede decir que cuando usted ha ayudado a la reconstrucción de la Catedral de Burgos no se puede pedir a la entrada un donativo o un ticket, porque este dinero es para la conservación cotidiana de los bienes, mientras que las concesiones que hace el Estado sirven para ponerlas en orden por los deterioros”. E insistió: “Que en nuestro país gocemos de un gran patrimonio histórico en parte se debe a que ha habido una confesión religiosa que lo ha mantenido”.
“Solo el hecho de conservarlo ya nos distingue de otros países, si además lo restauramos es nuestra obligación”, se comprometió el ministro, que aseveró que “si usted considera que no cobren entrada, yo no lo veo así”.