Ayer tuvo lugar en Eslovaquia un repugnante referéndum homófobo para vetar el matrimonio homosexual, la adopción homoparental e imponer el derecho de los padres a negarse a que sus hijos reciban educación sexual en los colegios, o sea: para discriminar a los homosexuales y a los niños a los que los cristofascistas prefieren ver sufrir antes de ser adoptados por una pareja homosexual que les ame y cuide o conocer su sexualidad para ejercerla en libertad y sabiduría (la ignorancia es el caldo de cultivo de la Iglesia y los cristofascistas).
Andrek Kiska, el presidente del país, convocó oficialmente esta consulta que ha promovido la asociación conservadora Alianza por la Familia en defensa de la familia tradicional y que no sólo cuenta con el apoyo de la Iglesia católica sino del papa Francisco que personalmente autorizó desde el primer momento el uso de su imagen para animar a una población muy conservadora y en un 70% cristiana como es la eslovaca (o eso querrían hacer creer; en vista de los resultados ni tan conservadora ni tan cristiana). La propuesta inicial incluía una cuarta pregunta, referida a si se debería permitir el registro de parejas homosexuales incluso sin ser llamadas “matrimonio”, pero esta cuestión fue eliminada.
En el cartel que se ha pegado por toda Eslovaquia se puede ver al papa Francisco muy sonriente y dando un OK con el dedo pulgar a la homofobia más violenta. El mensaje de la valla decía: “valiente lucha de Eslovaquia para la protección de la familia.” Y también la Recomendación: 3 x Voto sí, refiriéndose a las tres preguntas que se hacían y que había que votar.
El referendo sólo será válido si vota al menos la mitad del electorado, es decir, unos dos millones de personas. Por fortuna, ya se ha anunciado en primeras valoraciones que El referéndum eslovaco contra el matrimonio homosexual no logra el umbral de validez.
El referendo celebrado este sábado en Eslovaquia contra el matrimonio homosexual y la adopción por parejas del mismo sexo no habría superado el umbral de 50% de participación, requisito para su validez. “Mi estimación personal es del 30 o 35%”, declaró a los medios eslovacos Martin Poliacik, subsecretario de la Comisión Electoral Central. Los resultados definitivos se darán a conocer durante el lunes “En las ciudades grandes se esperaba una mayor participación que la real”, añadió Poliacik al canal privado TA3. Este resultado también fue aceptado por Antón Chromik, portavoz de la Alianza por la Familia (AZR), promotor de la consulta, para la que AZR reunió 400.000 firmas.
En otros medios han adelantado que ya se han contado el 100% de las papeletas y aunque los resultados no se anunciarán hasta mañana lunes, ya se puede ver la escasa participación. El referéndum ha fallado miserablemente ya que sólo el 21,5% ha votado las 3 preguntas homófobas. Eso sí, los que han votado (homófobos cristofascistas, claramente) han votado por encima del 90% que sí a la homofobia, como se puede ver en el desglose de al lado (no puedo evitar comentar la ironía de que el “sí” a la homofobia se diga en eslovaco “ano” y que en el cartel junto al papa sonriente dando OK se lea “3 x el ano”, solo falta un entusiasta “¡Qué viva la triple penetración y los bukakes cristofascistas!”).
Lo verdaderamente escandaloso de todo este ejercicio de retro-homofobia no es que venga impulsado, al igual que ocurrió en Francia o Rusia, por la Iglesia. El escándalo es que el papa haya utilizado su imagen para apoyar la pura homofobia después de la engañosa y maniquea campaña que ha emprendido para confundir a la gente sobre su homofobia. En cierto modo, el papa Francisco ha salido del armario homófobo en el que se esconde… otra vez. Porque es inaudito que con el número de campañas que ha hecho contra los derechos e igualdad de la comunidad LGTB sigan saludándolo como un tolerante aliado de la comunidad que lucha contra la homofobia. Ya en el año pasado, la asociación de cristianos gays avisó de que El Papa podría viajar a Uganda para venerar a los “mártires” que se “revelaron” contra “la homosexualidad” (y cuando se habla de “mártires” se quiere decir los criminales obispos que impulsaron, junto a otras religiones, la ley Kill The Gays Bill o “Ley Asesina a los Gays”). Finalmente no ocurrió, posiblemente asesorado por los publicistas que veían peligrar la mentirosa campaña “el papa progre”. Pero desde el medio más influyente del Vaticano, el Vatican Insider del diario La Stampa, se había barajado como una posibilidad muy factible en 2014, anunciando que Uganda espera una visita del Papa. Algo que, finalmente, se pospuso a este año por temor a la cercanía de la persecución y asesinato de gays en el país africano –promovida por los obispos católicos, repito– que acabó quemando vivo a un gay en plena calle. La hipocresía e inquina de Bergoglio contra la comunidad LGTB es bien conocida, al igual que la misoginia y ataques a los derechos de las mujeres, pero se oculta por la influencia y dinero del Vaticano. Ahora, una vez más, repito, el papa “progre” ha salido del armario homófobo en el que se esconde tras cada atropello y no es negable. Ha sido claro.
¿Qué tienen que decir ahora todos esos medios limpiamierdas que han estado intentando imponer la homofobia como tolerancia y progresismo? Esos que no dejan de dar portadas a titulares falsos como que el papa lucha contra la pederastia mientras no ha hecho ni una sola ley, detención o limpieza. Meros titulares para favorecer a la poderosa empresa Vaticano S.A.
Seguirá la campaña de los medios corporativos para limpiar la imagen del papa y la Iglesia. Una campaña que ha llegado a unos extremos de mentira y absurdez sin precedentes. Hasta tal punto es intensa la manipulación de la imagen de un papa homófobo, misógino y cómplice de la dictadura de Videla que la revista The Advocate, supuestamente un medio gay, en el año 2013 corrió a ponerle en portada nombrándolo persona del año.
Acompañaba a esta miserable portada la cita homófoba y mentirosa del papa sin escrúpulos (por supuesto, volvieron a dejar fuera de la cita la parte homófoba: si el homosexual no practica la homosexualidad, es célibe y lleva su cruz a cuestas como Jesús, entonces sí que lo acepto. O sea: ¿si no eres homosexual te acepto como homosexual? Menuda mierda homófoba, Bergoglio de Videla). ¿Cómo es posible que un medio gay se dedique a difundir la imagen de un homófobo declarado (sólo hay que buscar un poquito para conocer sus salvajes campañas en Argentina contra la igualdad de gays y lesbianas)? Pues es sencillo: gaypitalismo (las reglas capitalistas de convertir todo en negocio impuestas por una élite gay comprada por el capitalismo). Los medios que supuestamente son gays son meros negocios corporativos cuyo único objetivo es ganar dinero a costa de nuestra lucha. Es el caso en España de mi robada revista Shangay, o de Chueca.com. Esta última, al igual que la agonizante The Advocate, fue comprada por grupos mediáticos ultraconservadores que sólo las manejan como un negocio (Chueca.com, comprada por Amena, ahora Orange, hoy en día es manejada por heterosexuales que cambian de sección dentro del grupo Orange sin especial vinculación con la sección o canal que llevan; sea este motor, mujer, tiempo o gay). Las leyes del capitalismo. Las leyes del gaypitalismo.
Por supuesto, ahora la Iglesia católica moverá su monstruosa maquinaria propagandística y censuradora y borrará la imagen, lanzará a través de los medios colaboradores (todos) una campaña disimulando su homofobia y diciendo que el Papa no se había enterado de para qué se usaba su imagen porque él es superprogresista y contrario a las discriminaciones. A muchos no nos engañarán, a la masa de la población la engañarán y acabarán contando que el papa luchó contra la homofobia en Eslovaquia (ya, como lucha contra la pederastia no haciendo nada y amparando a los pederastas mientras lanza mensajitos y llamadas demagogas).
Por suerte, no podrán demostrar estas falacias. Cuando el Vaticano no quiere que se le utilice es fulminante en su persecución. La prueba de esto es que cuando hace años Benetton usó la imagen del Papa Benedicto XVI para una campaña contra el odio en la que el anterior papa Benedicto XVI se besaba en la boca con un Imán; el Vaticano tomó medidas legales inmediatas y obligó a Benetton a retirar la imagen y pedir perdón por utilizar su imagen sin autorización. Claro, el Vaticano no quiere acabar con el odio. Al fin y al cabo, la Iglesia católica, como todas las religiones, ha nacido del negocio del odio. ¿Por qué querría acabar con la única razón de su existencia? Es como pedirle a EEUU que ha creado sus enemigos “terroristas” para poder vender su necesaria presencia como policía mundial. O que el PP se resigne a la desaparición de ETA y que no tenga con qué justificar sus leyes mordaza. El odio genera grandes empresas, líderes y beneficios. Siempre.
¡Última hora! Tras la campaña homófoba en Eslovaquia, el papa y el Vaticano ya han lanzado la campaña para aquí y toda Latinoamérica. Ya dirán luego que fue el hacker de Alfonso Merlos.
