Hace unos días denunciábamos que el Gobierno, coalición de PSOE y de Unidas Podemos, apoyaba marcar la llamada «X solidaria», es decir, detraer de los impuestos generales para costear la «industria caritativa», privatizando la prestación de servicios púbicos fundamentales, especialmente cuando es el responsable de de Podemos el vicepresidente de Asuntos Sociales, en vez de promover la gestión pública de los mismos.
Hoy el problema es mucho más grave pues se están difundiendo anuncios con el apoyo del Gobierno de España en los que se llega a decir «marca las dos y ayudas el doble».
Resulta ilegítimo que el Gobierno, sea del color político que sea, apueste por retirar fondos públicos para entregar a entidades privadas, y además religiosas. Se está vulnerando la aconfesionalidad del Estado, se está vulnerando la neutralidad del Estado, se están favoreciendo opciones particulares que son propias y legítimas que la ciudadanía pueda tener y sufragar con su propio dinero. El Estado debe promover el interés general, los servicios públicos.
Y todo esto llega en un momento en el que se ha puesto de manifiesto la debilidad de los servicios sanitarios para afrontar la crisis sanitaria de la pandemia, la precariedad de las residencias de ancianos en manos privadas de grandes corporaciones religiosas o multinacionales,… en todo caso servicios públicos que se han dejado en manos de una creciente «industria de la caridad y una mal entendida solidaridad» que apuestan por recibir fondos públicos marcando las casillas del IRPF y dejad que ellos se encarguen de «tu cómoda solidaridad» con el dinero de todos, aliviando conciencias y responsabilidades.
Tanto las iglesias y confesiones religiosas, como las asociaciones y ONG, por cierto, organizaciones no gubernamentales, deberían financiarse con las aportaciones de sus miembros o donantes, dejando la financiación pública para los servicios públicos.
La ciudadanía que está viviendo esta crisis sanitaria, pero también social y económica, debería hacer una clara apuesta por lo público, no basta dar unos aplausos desde un balcón o ventana a las 20:00, no basta con lamentar los miles de muertos en las residencias de ancianos, hay que dotar de recursos públicos y exigir al gobierno de turno que atienda adecuadamente los servicios públicos que tanto tiempo ha costado conseguir. Hoy 1 de mayo los trabajadores, que somos quienes más sufrimos permanente estas crisis, debíamos ser conscientes de lo que supone privatizar y recortar.
Por todo ello desde Europa Laica se reclama, con sus escasos medios frente a los grandes poderes religiosos, económicos o gubernamentales,… que se apueste por lo público y NO se marque ninguna de las casillas del IRPF.