Un miembro de la Comisión de Expertos creada por Zapatero explica a infoLibre que ellos tenían claro que los benedictinos no se ajustaban al espíritu de la resignificación que se quería hacer de Cuelgamuros
Como el complejo monumental tendrá una parte de culto, el Gobierno deberá decidir si encarga estas funciones al Arzobispado o busca otra comunidad si acaba expulsando a los benedictinos
La actividad memorialista del Ejecutivo continúa a pleno rendimiento. Sólo un mes después de la entrada en vigor de la nueva Ley de Memoria Democrática, en el seno del Gobierno ya se han puesto manos a la obra para diseñar el nuevo armazón jurídico sobre el que se apoyará el futuro próximo de Cuelgamuros. Los trabajos, de los que ahora mismo se está encargando la Secretaría de Estado de Memoria, buscan desmontar y sustituir el excepcional régimen sobre el que se ha asentado durante décadas el complejo monumental. Un marco normativo, construido en pleno franquismo, que ha permitido la continuidad hasta la actualidad en el enclave de una orden benedictina que se ha opuesto con firmeza a la exhumación de Francisco Franco y que nunca ha tenido reparos en celebrar misas en recuerdo del dictador y del golpe de Estado.