El Gobierno de Aragón acaba de adjudicar la primera fase del plan de restauración del santuario de Nuestra Señora de Gracia de La Fresneda, declarado Bien de Interés Cultural desde 2001 y uno de los lugares más emblemáticos de la comarca del Matarraña. Aunque la envergadura del conjunto es imponente, el paso del tiempo ha convertido el monasterio en un conjunto de edificios ruinosos.
Con el fin de consolidar el conjunto arquitectónico, que data del siglo XVIII, Suelo y Vivienda de Aragón, ha adjudicado la primera fase del plan de conservación por 26.282 euros a Contrafforte Restauro S. L. El presupuesto se destinará a trabajos que den seguridad a las partes que se encuentran en peor estado.
Contrafforte Restauro, que recientemente fue elegida para la siguiente fase de restauración de la Catedral de Teruel y para reparar la iglesia parroquial de Burbáguena, dispone de dos meses para ejecutar las obras de consolidación en La Fresneda. La empresa compitió con otras dos compañías por el contrato para restaurar el monasterio.
El santuario se ubica a unos cuatro kilómetros del casco urbano de La Fresneda y es el lugar de peregrinaje de sus vecinos, que suben en romería el primer fin de semana de cada mes de mayo. También es un reclamo para los visitantes ya que está incluido en las guías y propuestas culturales de la comarca. No obstante, es visitable parcialmente ya que algunas zonas permanecen valladas debido al riesgo de desprendimientos.
Las obras, según fuentes del Ejecutivo autonómico, comenzarán en breve, previsiblemente a comienzos del próximo mes. Contrafforte Restauro es una empresa valenciana especializada que trabajó en la restauración de la sinagoga de Híjar.
«Es un inicio necesario porque hay partes que se están cayendo y es un lugar clave para nosotros. A partir de aquí, la intención es tratar de lograr más inversiones e ir trabajando en el edificio», ha valorado la alcaldesa, María del Carmen Aguilar.
Al santuario se puede acceder tanto caminando como en coche. «La gente del pueblo suele ir dando un paseo. Es impresionante hacer el ascenso entre árboles y mucha vegetación y de repente encontrarte este increíble conjunto», ha añadido la alcaldesa.
Según los fondos documentales que se conservan, el origen de este santuario está en una pequeña ermita que se construyó en el hueco de una roca tras la aparición de la Virgen a una pastora de la localidad vecina de Valjunquera. Fue a finales del siglo XVIII cuando los monjes mínimos de San Francisco de Padua construyeron la iglesia.
Posteriormente, los frailes construyeron otro templo en el pueblo –actualmente es un hotel–, pero nunca olvidaron el santuario primigenio. En la actualidad, se conservan restos del templo y de la hospedería.