Comentarios del Observatorio
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Para el arzobispo se trata de elegir entre “un presidente conservador, que paga con su propia vida su lucha contra el Estado profundo, y un monstruo infernal que obedece a Satanás”
Para el arzobispo Carlo Maria Viganò, ex Nuncio Apostólico en los Estados Unidos, las dudas entre Donald Trump y Kamala Harris de cara a las próximas elecciones presidenciales de noviembre está clara: “la elección es entre un presidente conservador, que paga con su propia vida su lucha contra el Estado profundo, y un monstruo infernal que obedece a Satanás”.
Por ello, según Viganò “para un católico no puede haber dudas: votar por Kamala Harris es moralmente inadmisible y constituye un pecado muy grave”. “Tampoco es moralmente posible abstenerse”, recuerda, “porque en esta guerra declararse neutral significa aliarse con el enemigo”.
Viganò ha hecho estas duras declaraciones contra la candidata demócrata en una carta abierta a los católicos estadounidenses en vísperas de las elecciones presidenciales de 2024 que ha publicado en su web, Exsurge Domine. “En estas elecciones debéis elegir entre dos modos radicalmente opuestos de concebir el gobierno de vuestra Nación: estáis llamados a elegir entre democracia y dictadura, entre libertad y esclavitud”, advierte.
“De un lado tenemos al candidato Donald J. Trump, quien, a pesar de graves problemas en sus cargos –especialmente en materia de aborto y procreación asistida– tiene como objetivo el bien común y la protección de las libertades fundamentales de los ciudadanos”, asegura, convencido de que “en la América de Donald Trump, todo católico puede practicar su fe y educar en ella a sus hijos sin interferencias del Estado”.
Destrucción social y moral
Del otro lado, dice, “tenemos un candidato y un partido que promueve todo lo que se opone directamente a la Fe y la Moral de la Iglesia católica. En los Estados Unidos de Kamala Harris, los católicos –pero también los protestantes– son considerados fundamentalistas que deben ser marginados y eliminados, y sus hijos son considerados propiedad del Estado, que se arroga el derecho de extraviarlos desde una edad temprana, tanto en el cuerpo como en la sangre y el alma”.
Por ello, Viganò considera que “los Estados Unidos de Trump pueden volver a ser grandes y prósperos”, mientras que “los Estados Unidos de Harris están destinados a la invasión y a la destrucción moral, social y económica: la dictadura más feroz”.
En su escrito, Viganò se atreve, incluso, a hablar de que “han llegado incluso a alterar el clima mediante sofisticadas operaciones de geoingeniería y devastadores incendios provocados para hacer creíble el fraude del calentamiento global e imponer la transición verde, el aumento del coste de la energía y de los coches y scooters eléctricos”. Y todo esto, señala, “se hace basándose en pruebas que consisten en mentiras sin ninguna prueba científica, pero que se propagan gracias a la colaboración servil de los medios de comunicación del régimen, siempre dispuestos a etiquetar a cualquier disidente como teórico de la conspiración”.
“Nos quitan la luz del sol; os envenenan sembrando las nubes; arrasan vuestras aldeas y vuestros campos con huracanes mortales; matan vuestro ganado y secan vuestras cosechas con sequías inducidas e incendios devastadores”, señala. “Su objetivo es controlar todo el sector alimentario, obligarte a comer sólo lo que ellos ponen a tu disposición. Esto es lo que pide la Agenda 2030, que ha sido impuesta sin votación por las Naciones Unidas y el Foro Económico Mundial”.
“Daños incalculables”
“Donald Trump y Kamala Harris: no estamos hablando de dos visiones que son un poco diferentes pero que siguen siendo parte del tira y afloja político normal”, continúa Viganò. “Estamos hablando de dos mundos diametralmente opuestos e irreconciliables, en los que Trump lucha contra el Estado profundo y está comprometido a liberar a Estados Unidos de sus tentáculos, mientras que en el lado opuesto tenemos a un candidato corrupto y chantajeado, una parte orgánica del Estado profundo, que actúa como un títere en manos de belicistas como Barack Obama y Hillary Clinton, de autoproclamados “filántropos” como los criminales George Soros y Klaus Schwab, o de personajes como Jeffrey Epstein y Sean Combs”.
Señala, así, que “su programa es el de la Izquierda Global, el Foro Económico Mundial, la Fundación Rockefeller, la Fundación Bill y Melinda Gates y, en última instancia, el programa de Vanguard, BlackRock y StateStreet”. Su agenda, asegura, “está dictada por la oligarquía financiera que controla a la humanidad en detrimento del pueblo: una élite que opera no sólo en Estados Unidos sino también en Canadá, Australia, Europa y dondequiera que la política sea rehén de sus fondos de inversión y sus pseudo-organizaciones humanitarias dedicadas a la destrucción de la civilización occidental”.
Por todo ello, “el candidato Donald J. Trump, si bien ciertamente adopta algunas posiciones críticas serias con las que un católico no puede estar de acuerdo, representa para nosotros, queridos fieles estadounidenses, en este momento histórico específico, la única opción posible para contrarrestar el golpe globalista que la izquierda despierta está a punto de implementar de manera definitiva, irreparable y con daños incalculables para las generaciones futuras”.