Valladolid vivió el estreno de La Naranja Mecánica en 1975, cuatro años después de su estreno en Estados Unidos y Reino Unido, donde luego Kubrick retiró la cinta.
La expectación de una película prohibida, la violencia de Stanley Kubrick y un anhelo de libertad en un régimen franquista debilitado. El estreno en España de La Naranja Mecánica en 1975 —cuatro años más tarde que en Estados Unidos— lo tenía todo: universitarios sin Universidad de Valladolid, la sombra de la censura planeando sobre el estreno y una falsa amenaza de bomba.
Las manifestaciones sindicales de Fasa —actual Renault— y el movimiento estudiantil en la Universidad de Valladolid copaban los titulares de los periódicos. Los estudiantes se movilizaron para exigir unas elecciones a Rectorado, algo a lo que la Universidad de Valladolid se negó. Un grupo de estudiantes lanzó un día huevos podridos al rector y se sucedieron manifestaciones, asambleas y huelgas. El rector decidió responder y cerró todas las facultades; aunque no la docencia, puesto que había clases paralelas clandestinas. Dos meses después de que el rector colgara el cartel de ‘cerrado’, el festival de la Seminci estrenaba La Naranja Mecánica.
Un antiguo festival cristiano
La Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci) solo llevaba tres años con ese apelativo, puesto que hasta entonces había predominado el carácter religioso y los valores morales católicos. No sin razón se fundó como la Semana de Cine Religioso de Valladolid en 1956, rebautizada cuatro años después como la Semana Internacional de Cine Religioso y de Valores Humanos. Su vinculación con la Iglesia hizo que Kubrick no percibiera la Seminci como el entorno más ideal para su película, aunque Warner y el director de la Seminci le convencieron de que se estrenaría en la Universidad de Valladolid —que estaba cerrada— y el entorno universitario impulsaría la entrada de la película en España.
Pero no fue así. La película se estrenó en los ya desaparecidos cines Coca para los abonados de la Seminci —la clase social alta de la ciudad, principalmente—,y después se estrenó en el teatro Carrión para todo el público.
«Hubo colas kilométricas, hubo gente que estuvo todo el día para comprar las entradas. Como no había clases, se generó más expectación», explica Pedro González Bermúdez, que está dirigiendo un documental La Naranja Prohibida (TCM), que se adentrará en cómo fue el estreno de La Naranja Mecánica en España. En ese momento, Kubrick había retirado la cinta de Reino Unido después de que se detectaran agresiones y violaciones en imitación de los de Alex DeLarge y sus drugos.
Un aviso de bomba durante el estreno
La película se emitió de manera íntegra y en versión original subtitulada, sin censura. «El régimen estaba muy debilitado ya y esto era una muestra de aperturismo», apunta González Bermúdez. Para el documental —todavía en fase de producción—, el equipo ha entrevistado a asistentes y responsables del festival involucrados en la organización de este evento. Carmelo Romero y otros entrevistados han comentado en sus entrevistas que tenían la intuición de que el régimen abría la mano para usarlo como propaganda. «Como en otros países estaba censurada, aquí se permitía como diciendo: ‘España es más libre que Reino Unido'», explica González Bermúdez, ganador de un premio Goya y de diversos galardones y menciones nacionales e internacionales por trabajos como Regreso a Viridiana (2011), El último adiós de Bette Davis (2014).
No hubo grandes problemas, salvo uno que en ese momento se mantuvo en secreto: un aviso de bomba durante la proyección de La Naranja Mecánica. El director de la Seminci, Carmelo Romero, que había sido el principal responsable de que la película se proyectase, decidió no alertar a los videantes. Como era habitual entonces, esa alerta de bomba no era sino un fallido intento de boicotear la película y no una verdadera amenaza.
Una vez satisfecha la curiosidad y la expectación, poco más trascendió del estreno del filme de Kubrick. La cinta se proyectó en los cines de ‘arte y ensayo’ al principio y después pasó a los estrenos comerciales para el público más generalista. La Naranja Mecánica fue uno de los estrenos más potentes de los años 70 en todo el país, y estuvo un año entero en el cine Campeador, en Madrid. Casi cincuenta años después de su primer estreno en 1971, la crítica social planteada por Anthony Burgess se mantiene viva, igual que los guiños en la mundo de la cultura a la historia de Alex DeLarge.