La minoría mas importante de Egipto no dudó en sumarse el golpe de Estado contra los Hermanos Musulmanes. Sin gran representación política hasta ahora, es una de las bazas de los militares en el nuevo panorama egipcio. Uno de los representantes de los coptos, Mina Thabet, habla para el diario GARA sobre el pasado, presente y futuro de los cristianos coptos, la religión viva más antigua de Egipto.
Mina Tabhet (27 años), es el representante más visible y activo de las juventudes cristianas coptas. Este estudiante de Ingeniería Electrónica es uno de los fundadores de la Unión de Jóvenes de Maspero y presidente del Colectivo de Minorías de Egipto. Actualmente destaca su trabajo al frente de la oficina política de Alianza de Jóvenes por la Revolución, una coalición política que apoya al general Al-Sissi.
¿Qué situación vivían los cristianos coptos en la época de Mubarak? ¿Y en la de Morsi?
En la época de Mubarak la sociedad copta estaba totalmente aislada. No tanto en lo social sino en la política. Se nos marginaba por el hecho de ser cristianos. Ya en los años 70 y 80 había tribunales islámicos en la justicia egipcia, lo que hacía muy difícil la integración de las dos religiones (la cristiana y la musulmana) en una vida pública satisfactoria. Se aisló a una sociedad entera. En los setenta hubo también mucha violencia en contra de los coptos, con asesinatos y atentados perpetrados por las ramas más extremistas del islamismo. Mubarak terminó casi por completo con esta violencia (seguimos sufriendo ataques esporádicos por parte de salafistas). Predicó con que la violencia contra los coptos era violencia en contra de Egipto. Por primera vez nos sentimos seguros. La situación, a pesar de todo, distaba mucho de ser perfecta. Mubarak cometió muchos errores y la gente salió a la calle. ¡Muchas veces acusó indirectamente a los cristianos de estar detrás de muchas manifestaciones que ni siquiera habíamos organizado nosotros !
Después de su derrocamiento en la plaza Tahrir, en la que la sociedad cristiana egipcia estuvo muy presente, vino la época de Morsi. Advenedizos de última hora, se apoderaron sin permiso de nadie de la revolución. Lo denunciamos entonces. Empezó un ataque contra todo aquello que tuviera algo que ver con el cristianismo (ya no solo egipcio). La violencia sectaria iba en aumento y veíamos que los autores de atentados extremistas islamistas eran una y otra vez liberados sin cargo alguno. Desde el Estado se protegió a estos grupos violentos.
Morsi, la Hermandad Musulmanes y el Partido Libertad y Justicia atacaron a los coptos con su discurso discriminatorio, muy racista y agresivo. Ahí está el ejemplo de Esam El Hadad, el asistente del presidente, quién afirma que detrás de la revolución militar están los cristianos que se quieren apoderar del poder. Incluso Esam El Erian, uno de los lideres de los Hermanos Musulmanes, incitó a sus seguidores a la matanza de 10 fieles cristianos que, por cierto, quedaron impunes. Son extremistas e incapaces de dirigir un país si no es aplicando la Sharia y aterrorizando a la población que no comparta su credo ni su ideología.
¿Cómo valoran los cristianos este nuevo panorama?
Muy positivamente. La acción que ha llevado a cabo los militares por órdenes de Sissi era necesaria y pondrá fin al caos reinante. Aunque la seguridad en la época de Mubarak fuera mejor, nadie nos veía con buenos ojos. Morsi cambió la constitución para hacer de Egipto una nación solo islámica, negando así miles de años de cristianismo en Egipto. Querer cambiar eso ahora está suponiendo una vuelta a la inseguridad en las calles. Las cosas están cambiando rápido y es difícil acertar con lo que va a pasar, se está llevando una política de improvisación, creo yo. Las cosas se deciden muchas veces según vienen.
Aunque viendo como están sucediéndose los hechos, veo complicados cambios tan profundos en la Constitución. No hay diferencia entre Hermanos Musulmanes y salafistas; es la misma idea pero en distinta coraza, un fascismo encubierto que maneja a su antojo las clases bajas de la sociedad. Usan la violencia para defender un estado islámico, aunque digan que no les gusta la violencia, incitan a usarla. La situación es y será difícil, pero tenemos que seguir trabajando, este nuevo panorama es una oportunidad para los cristianos en Egipto. La reconciliación será larga y difícil, si es que algún día hay reconciliación, porque ellos ya se han encargado durante muchos años de que la sociedad egipcia estuviera dividida, mira si no los ataques lanzados contra nosotros en el año 2011, nada más derrocar a Mubarak.
Extraña verles junto con los salafistas en la oposición en contra de Morsi y los Hermanos Musulmanes. Siendo los salafistas los que más ataques han lanzado a la sociedad cristiana. ¿Cómo manejan esas diferencias con ellos en la oposición?
Los salafistas de Al-Nur están en la oposición solo para la foto, por lo que puedan ganar de esta nueva situación. Todos sus seguidores están en Raba Al Dawiya en las protestas a favor de Morsi. Su alineamiento con la nueva situación es solo aparente. Nunca nos hemos entendido con ellos y creo que nunca lo haremos. Incluso los militares les han advertido, aunque no oficialmente, que llevar ese doble juego de oposición-pro Morsi puede resultarles peligroso. Lo sé de fuentes muy fiables. Los militares no están muy a gusto con su presencia en el gobierno, y nosotros tampoco.
¿No temen que los militares puedan perpetuarse, extender más en el tiempo y más profundamente su poder?
Lo que ha pasado era necesario y estamos muy agradecidos a Sissi y a sus seguidores. Volviendo a la pregunta, sí que cabe esa posibilidad. El poder corrompe siempre. Sin embargo, y esto se tiene que ver también a nivel internacional, ellos también se la están jugando dando los pasos que han dado en esta situación. Su dignidad está en juego, y para los egipcios los militares son muy importantes. Evitarán repetir los errores del pasado, estoy seguro. Aunque ya estoy viendo cómo la gente está posicionándose en contra, muy poco a poco todo hay que decirlo, de su discurso. Sobre todo en contra de ese discurso positivista de los militares. Los escenarios políticos cambian a cada momento y los militares tendrán que saber manejar este escenario con la misma habilidad que manejan las armas.
¿Qué le piden al nuevo Egipto los cristianos?
Nuestra mayor preocupación en estos momentos es cómo podemos hacer para tener un estado laico donde la libertad religiosa esté garantizada y no afecte a otras creencias. Queremos un estado igualitario en todos los sentidos: en lo político, en lo social…
A los cristianos nos ha tocado luchar por nuestra existencia y eso pasa por buscar la verdadera identidad de Egipto, que no es islámica sino más bien una nación con muchas identidades religiosas. Si los militares deciden apostar por un estado laico, será un acontecimiento histórico. Deben de apostar por un estado laico y no por una postal de lo que quieren que sea Egipto.
Los partidarios del derrocado presidente Mohamed Morsi desafiaron ayer a la Policía y los militares rechazando abandonar las dos plazas ocupadas desde hace un mes en El Cairo -y que el Gobierno impuesto por el golpe de Estado ha amenazado con desalojar- y convocando más concentraciones ante los cuarteles generales de las fuerzas armadas. Las fuerzas de seguridad egipcias lanzaron gases lacrimógenos para dispersar a islamistas que se habían concentrado cerca del complejo que alberga la televisión estatal, y estaban bloqueando el tráfico, según el Ministerio del Interior, que no aclaró el número de manifestantes ni si hubo daños personales o detenciones.
Miles de partidarios de los Hermanos Musulmanes y de Morsi se concentraron ayer de nuevo en sus dos campamentos de protesta en la capital egipcia, días después de que el Gobierno golpista autorizara el uso de la fuerza para desalojarlos. Según la televisión estatal, el Ministerio del Interior no desalojará el campamento de Rabaa al Adawiya, el mayor de los dos pero «se impondrá un bloqueo» en las calles aledañas. La situación explosiva parece haber sido atemperada por las gestiones diplomáticas pero la intervención del secretario de Estado de EEUU, John Kerry, avalando el golpe echó más leña al fuego. «¿Aceptaría Kerry que el secretario de Defensa Hagel destituyera a Obama si hubiera grandes manifestaciones en América?», le respondió ayer Gehad el Haddad, portavoz de la Hermandad. GARA
El término copto proviene etimológicamente del griego aigyptios, que significa egipcio. Así, los cristianos coptos se consideran muchas veces como los egipcios «originales» o «puros».
Si hacemos caso a la historiografía cristiana, son los sucesores de los convertidos por San Marcos y su predicación del cristianismo en la tierra del Nilo allá por el año I d.c.
Los coptos en Egipto se han convertido en la mayor minoría con el 10% de la población, según las últimas estimaciones.
La llegada de las creencias cristianas a este lado del Planeta fue muy anterior a la irrupción del islam, seis siglos después, pero en contraposición a este último credo, que profesan cientos y cientos de millones de fieles, los cristianos coptos tienen menos de 47 millones de seguidores en todo el mundo, en su mayor parte en Etiopía, Eritrea, Jordania, Sudán y, por supuesto, Egipto.
En los últimos años la vida pública ha sido muy convulsa para los coptos. A los ataques por parte de salafistas y la policía de Mubarak hay que añadirles la reciente muerte de su antiguo papa y lider Shenouda III en 2012. Le sustituyó el actual papa Teodoro II, el primer líder espiritual copto en más de mil años en viajar al Vaticano para reunirse con el papa Francisco. Actualmente, el líder de la iglesia egipcia también dirige la vida política de sus feligreses y es la cara visible de la oposición cristiana a Mursi. Tanto que apareció a la vera del general al-Sissi cuando este anunció el golpe de Estado. No faltó tampoco entonces el máximo responsable de la universidad Al-Azhar, la mayor institución académica del mundo musulmán suní.
Con una constitución que denunciaron como marcadamente islamista, los coptos se vieron de nuevo abocados al ostracismo público. Denunciaron esta situación e incluso aclararon públicamente que ellos también habían estado en la plaza Tahrir en el marco de la revolución de 2011, sufriendo varios muertos entre sus seguidores en la represión de la Policía de Mubarak. El gobierno de Morsi no facilitó los procesos judiciales y varios jueces denunciaron presiones para archivar los casos en los que se investigaban las matanzas de coptos por parte de salafistas radicales en Merinab, donde murieron 12 cristianos.
Está por ver aún el papel que les designará, en su caso, el nuevo primer ministro interino, Hazem Beblawi, pero ya hay varias voces dentro de la iglesia copta que se muestran pesimistas, ya que Beblawi es un antiguo vicepresidente de Mubarak. Aunque este último dimitió en 2011 tras la matanza de coptos, no es que durante su mandato fuera muy condescendiente con esta minoría.
Así pues, la incertidumbre vuelve a apoderarse de la religión más antigua de Egipto. Los coptos quieren su representación parlamentaria, pero el nuevo ejecutivo anuncia que no mirará a la hora de formar gobierno por la cuestión religiosa. Para muchos analistas, los cristianos egipcios se están agarrando a un clavo ardiendo al juntarse con los militares golpistas y pueden ver cómo su exigua seguridad se va al traste. El tiempo, y los militares egipcios, lo dirán.
Archivos de imagen relacionados