Esos grupos son miembros del terrorismo musulmán organizado por el Estado Islámico para expandir sus células hacia Occidente.
El terrorismo es una amenaza global que tiene en la mira un caldo de cultivo ideal para su propagación en vista del drama humano que en esa situación se intensifica cada año: la migración ilegal hacia España.
Y es que desde hace meses, los servicios de inteligencia del Estado han puesto sobre la mesa la posibilidad de que el terrorismo yihadista, derivado del extremismo musulmán en países como Irak, Siria e Irán, tratara de utilizar las vías de acceso ilegal a Europa gestionadas por las mafias para entrar en el continente y cometer sus actos de terrorismo en el nombre de su causa religiosa en países como España, Francia, Alemania, entre otros.
Ahora, la operación que culminó con la detención de tres personas el pasado viernes en Barcelona ha mostrado que esa alerta tenía fundamento: al menos dos de ellas llegaron a España en patera procedentes del norte de África. Esos grupos son miembros del terrorismo musulmán organizado por el Estado Islámico para expandir sus células hacia Occidente, tal y como ocurrió con los atentados terroristas en Francia y España hace más de tres y 10 años, respectivamente.
El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) alertó en noviembre de que los yihadistas podrían usar las rutas de inmigración ilegal, las mismas que usan los migrantes que entran a Canarias en botes procedentes de Africa y el Medio Oriente, para infiltrarse en la sociedad española y gestar sus planes suicidas en lugares clandestinos de los suburbios de ciudades como Madrid y Barcelona.