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El clero y la patronal de Manresa contra la escuela laica (1886)

Hace un tiempo publicamos un artículo sobre la relación entre la patronal y el clero en la localidad industrial catalana de Manresa en 1888 sobre el poder que el clero había impuesto allí al conseguir presionar a la patronal para que se despidiese a los obreros que no cumplieran sus supuestas obligaciones religiosas.

En ese contexto hemos encontrado una manifestación más de esta unión entre el clero y los empresarios de Manresa, pero ahora en relación con la enseñanza.

La creación de una escuela laica había generado una fuerte oposición del clero.

En primer lugar, desde el púlpito y la prensa se hizo una campaña contra la escuela. Pero como, al parecer, no tuvo mucho éxito se ideó otra fórmula para combatirla, y que consistía en privar de trabajo a todo obrero que enviase sus hijos a la escuela o contribuyese económicamente a su sostenimiento.

En el momento de la denuncia a través de El Socialista en el verano de 1886, ya se habían producido víctimas. Dos obreros, padre e hijo, que trabajaban en la casa de Bernart Bernich, habían sido despedidos porque el segundo había enviado a su hija a la escuela laica. El patrón había declarado que si no le echaba el clero le retiraría su protección, esto es, el trabajo que le proporcionaba, que imaginamos serían encargos.

Los socialistas se quejaban de que para castigar este tipo de atropellos no había justicia. Además, se exponía en la nota que se publicó en El Socialista, que la burguesía no iba a hacer nada contra el clero porque sabía que su enseñanza y su dominio le venían bien, ya que el clero trabajaba para que la clase proletaria se embruteciera y se sometiese dócilmente a la explotación, precisamente, de dicha burguesía.

El artículo explicaba que todo esto terminaría cuando el poder obrero al mismo tiempo de hacerse con los medios de producción expropiara a la Iglesia, cuyos miembros eran calificados de “apóstoles de la ignorancia y la perversión”.

Hemos trabajado con el número 20 de El Socialista, del día 23 de julio de 1886. El artículo sobre la situación en 1888, que citábamos al comienzo del artículo, se puede consultar en la hemeroteca de El Obrero.

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