En el tribunal aún no hay fecha para resolver el recurso de amparo que debe fijar los límites entre libertad de expresión y ofensa a los sentimientos religiosos: «No está en la agenda de los próximos meses»
En un escrito del verano de 2022, al que ha tenido acceso este diario, la Fiscalía se inclinaba por anular la condena a Elisa Mandillo por la reivindicativa manifestación del 8M en Málaga
El Tribunal Constitucional aún no ha trazado la fina línea que separa la libertad de expresión y el polémico delito de ofensa a los sentimientos religiosos. Y es algo que tiene pendiente desde hace tiempo. En concreto, desde abril de 2022, cuando la sala segunda acordó la admisión a trámite del recurso de la feminista Elisa Mandillo, condenada por su participación en la malagueña «procesión del chumino rebelde». El órgano de garantías decidió entrar al fondo del asunto porque lo que se planteaba afectaba «a una faceta de un derecho fundamental sobre el que no hay doctrina». Pero tres años después, sigue sin haber fijado una fecha para hacerlo. De hecho, las fuentes consultadas por infoLibre explican que aún no hay siquiera un borrador de sentencia sobre la mesa.