Luis Rojo y José Miguel San Martín, en una fotografía de 1983
La Ertzaintza ha recibido 17 denuncias en dos semanas, en las que figuran ya como acusados de pederastia tres clérigos. Los salesianos de Deusto reconocen que conocían los abusos desde 1989
Las denuncias por abusos en el colegio salesiano de Deusto (Bilbao) no cesan. A las presentadas hace una semana se han sumado después otras cinco y otras cinco más, en total, 17. tras revelar un antiguo alumno su caso, ocho más decidieron hacer pública la cara oculta de José Miguel San Martín, conocido, don Chemi, un salesiano que en los ochenta impartía clases en el centro, de cuyo profesorado formó parte desde 1975 a 1990. Hasta este viernes, la Ertzaintza ha recogido al menos 17 denuncias por pederastia y maltrato en las que, además de figurar como acusado San Martín, están el sacerdote y antiguo director del colegio Luis Rojo (fallecido) y otro religioso que fue docente allí.
Varios exalumnos más han relatado a este diario que están pensado en acudir a las autoridades en los próximos días para contar su particular calvario. Los supuestos delitos contra niños de seis a 12 años ocurrieron a lo largo de toda su estancia en el centro, por lo que ya han prescrito. El objetivo principal de los denunciantes es que la justicia investigue al acusado, ya que, tras abandonar la orden, ha trabajado hasta fechas recientes en campamentos con menores. San Martín ha negado las acusaciones, aunque admitió a este peroiódico que en el pasado pudo hacer cosas que «se han malinterpretado».
La orden de los salesianos ha reiterado que nunca tuvo conocimiento de dichos delitos, pero los responsables dicen que se ha iniciado una investigación interna para esclarecer los hechos. Dos de las supuestas víctimas, una de ellas denunciante, afirman que sus padres conocieron los abusos y se entrevistaron con el director de entonces ydon Chemi para que les explicasen lo sucedido. San Martín «se puso a llorar y se justificó diciendo que su madre había muerto hace poco. Echaron tierra sobre el asunto», explica el exalumno Gonzalo Elorza.
Además de la denuncia que hace referencia a Rojo, una víctima escribió a este diario y a la Erztainzta y también señala al director como abusador. De momento, no ha denunciado formalmente. «Cómo no iba a echarse tierra sobre el asunto si el director hacía lo mismo», comenta el comunicante, de iniciales G. J. Él estudió en el centro entre 1975 y 1983. «Después de años sin contar nada, recuerdo perfectamente como Luigi (mote de Rojo) llamaba a unos cuantos a su despacho. En esos momentos no pasaba nada. Nos tanteaba a ver quién podía ser la víctima propicia», cuenta. Poco después, se quedó solo con el director y, según dice, comenzó a tocarle. «Llamaron a la puerta y salí corriendo. Solo pasó una vez. Me salvé. No sé cuántos pasaron por lo mismo o peor. Mi pregunta es: ¿cuántos de mis compañeros padecieron sus abusos en mayor grado?».
A la mayoría de los afectados les resulta difícil hacer pública su identidad. «Bilbao es un pueblo», remarcan todos. Para Matías (nombre ficticio de uno de los nuevos denunciantes), «el asunto» había sido borrado de su memoria. «Pensaba que este individuo había muerto, pero con las noticias ya he visto que no es así», cuenta. El afectado recuerda cómo don Chemi le llevaba a la sala de vídeo, a su habitación, al almacén de comida o a su despacho. «Abusó de mí muchas veces. Más de una veintena y sé que también se lo hacía a otros compañeros. Siempre cogía a seis niños cada curso», explica en una entrevista por teléfono. Además de las agresiones sexuales, Matías narra los arranques violentos del profesor. «Tenía un compás de madera en la pizarra y te pegaba con saña», asevera. Denuncia para que «la sociedad conozca» que San Martín ha abusado de más niños y «que salgan a la luz los casos de posibles víctimas más recientes».
Rojo y San Martín coincidieron dando clase en el centro. De hecho, los dos aparecen en una fotografía con niños vestidos de comunión en 1983. Rojo ofició aquella misa. Según la datación de las denuncias y los testimonios de las supuestas víctimas, durante ese año, ambos clérigos estaban abusando de menores. El creciente número de denuncias y la presencia del caso en los medios, ha llevado al Ayuntamiento de Bilbao a pedir a «las instituciones competentes» que investiguen lo sucedido. Un grupo de exalumnos del colegio han organizado una concentración este viernes en la plaza de San Pedro en Deusto «en apoyo a los abusados».
Los salesianos de Deusto reconocen que conocían los abusos desde 1989
La dirección del Colegio Salesiano de Deusto tuvo conocimiento a finales de 1989 de dos casos de abusos que se produjeron en el seno de la institución en la década de los ochenta. Así lo ha reconocido en un comunicado en el que la Congregación Salesiana «reitera su apoyo a las víctimas». La institución asume que la actuación del centro «fue a todas luces insuficiente» y reitera su petición de perdón «por no haber actuado entonces con la diligencia que la gravedad de estos casos requería». También ha anunciado que muestran su apoyo a la concentración que este viernes por la tarde han convocado en la plaza de San Pedro de Deusto las víctimas de abusos.
El colegio ha reconocido que el tiempo que ha transcurrido desde que sucedieron los hechos no ha hecho otra cosa que aumentar el dolor de las víctimas. «No podemos siquiera imaginar la rabia que han podido sufrir durante todo este tiempo. A los hechos denunciados, y que estamos conociendo, se unen más de 30 años de condena en silencio, lo que hace más grave, si cabe, los sentimientos de amargura e incomprensión», recalca el comunicado.
Pese a que el centro ha admitido que tiene constancia de estos abusos desde 1989, una víctima ha asegurado a EL PAÍS que don Chemi abusó de él en 1975. La madre del abusado en esa fecha fue a hablar con el director, “quien tapó el asunto”, según asegura esta víctima. A la veintena de denuncias que ya se han puesto contra los tres clérigos salesianos (don Chemi, otro compañero docente y el director de aquella época, Luis Rojo), se suma la advertencia que ha hecho otra decena de exalumnos de que acudirán a las autoridades para contar sus casos.