Si alguien pensaba que la polémica encendida que creó el arzobispo emérito de Pamplona, Fernando Sebastián, con sus declaraciones sobre que la homosexualidad es una enfermedad que tiene tratamiento, se se equivocaba de cabo a rabo. Ni tan siquiera que la Fiscalía de Málaga, como informamos recientemente, decidiera abrir diligencias por sus ataques a los homosexuales han disuadido a Sebastián de moderar sus posiciones al menos cara a los medios de comunicación.
Discurso enfrentado al del Papa Francisco
Este arzobispo residente en Málaga y que el próximo sábado 22 de febrero será cardenal nombrado por el Papa Francisco, lejos de rectificar y moderar su discurso que se enfrentaba al actual más renovador del Sumo Pontífice, vuelve a la carga con un mensaje ultra y atacando al laicismo. El purpurado que dijo que “La homosexualidad es una deficiencia que se normaliza con tratamiento, como la hipertensión” ahora culpa de todos los males a la ola laicista que se vive como si fuera una amenaza para difundir el Evangelio.
Dificultades para anunciar el Evangelio por culpa del laicismo
Sebastián ha asegurado que el reto principal de la Iglesia en la actualidad es anunciar el Evangelio de forma que llegue a la gente, algo que en España se vive “con dificultad” por el laicismo. “En España vivimos ahora agudamente la dificultad de anunciar el Evangelio en el mundo del laicismo y la dificultad de hacer que el mensaje de la Iglesia sea escuchado con atención verdaderamente religiosa, sin enredarse o distraerse en mil apreciaciones secundarias del presente o del pasado”, ha precisado en una entrevista concedida a la diócesis de Málaga a la que ha tenido acceso Europa Press.
Mundanismo y relativismo
A su juicio, este es el “reto fundamental” de la Iglesia en la actualidad pero la historia hace que “se complique cada vez más”. “Hoy este anuncio nos obliga a enfrentarnos con la presunción del laicismo, con la seducción de la secularización y del mundanismo, en todas sus formas de relativismo, egoísmos, escepticismos, desconfianzas”, añade.
“Occidente pierde la memoria de Dios”
Para Sebastián, sin la fe, los ciudadanos “viven perdidos y angustiados en el laberinto de este mundo”. Por ello, cree que anunciar el Evangelio a todas las generaciones y enseñarles que “todo lo demás es secundario” es el mensaje de siempre pero hoy “resulta más urgente, porque los hombres, en Occidente”, están perdiendo “la memoria de Dios, la conciencia de su soberanía y de nuestra indigencia”.
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