El prelado clausura el multitudinario congreso de Católicos y Vida Pública sobre España
Los fundamentos por los que debe pasar el regeneracionismo intelectual y moral en España exigen “nuevas vías y nuevas formas de hacerse notar en la sociedad”, sostiene el consejero de Estado y ministro de Educación con Adolfo Suárez, Juan Antonio Ortega y Díaz-Ambrona. “Nos encontramos ante una sociedad civil que pide regeneración. Es la primera vez que esta demanda urgente de renovación se ejercita en un entorno democrático. El cristiano debe aprovecharse de la efervescencia social del momento para hacerse escuchar por nuevas vías”, añadió en su intervención ante el congreso de Católicos y Vida Pública, de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) y de la Fundación Universitaria San Pablo CEU. Este domingo al mediodía lo clausuró con una misa el cardenal arzobispo Antonio María Rouco Varela. Antes, el prelado hizo unas consideraciones sobre la necesidad de la “unidad del político católico en su acción política”. No se trata de inmiscuirse en la unidad de criterio dentro de los partidos, pero sí que haya una consonancia de criterio en torno a temas “básicos” como “el bien común o el Estado”, matizó.
Este año, el congreso de los propagandistas católicos trató sobre España, con el título Razones para la Esperanza, y ha contado con intervenciones, entre otros, de Manuel Pizarro, Enrique Rojas, María San Gil, Francisco Vázquez, José Luis Requero, José Antonio Busto Villa, Isabel Estapé, Elsa González, Alberto Recarte, Justino Sinovas, Enrique Rojas, Cristina Díaz Van Swaay y Ricardo Palomo. Acompañaron al prelado en la clausura el presidente de la ACdP, Carlos Romero, el obispo auxiliar de Madrid, Fidel Herráez, el vicepresidente de la Fundación Universitaria San Pablo CEU, Manuel de Soroa, y el director del congreso, Rafael Ortega.
Francisco Vázquez cree que está fuera de lugar revisar los Acuerdos con la Santa Sede
“El congreso ha querido poner de relieve las razones y motivos que sostienen e impulsan una verdadera esperanza para España a pesar de las circunstancias, actitudes y presagios que parecen sembrar en muchos el desaliento. Frente a quienes consideran que el objetivo primero, cuando no exclusivo, de toda política en este momento es superar la crisis económica, sin referencia ética alguna, el congreso ha querido poner el acento en las raíces y efectos morales de semejante crisis. Y, en consonancia con esta visión más profunda de la realidad, propugna una política que esté guiada por una verdadera antropología integral, al servicio del bien común”, dice el manifiesto final del millar largo de católicos reunidos a lo largo de este fin de semana en Madrid.
El exembajador del Gobierno socialista y militante del PSOE Francisco Vázquez participó en el congreso e hizo una afirmación contundente: abrir la polémica sobre los vigentes Acuerdos con la Santa Sede está “fuera de lugar”. Contradice así al líder de ese partido, Alfredo Pérez Rubalcaba, que se ha comprometido a denunciar esos acuerdos cuando su partido vuelva al Gobierno y a acabar con otros privilegios de la Iglesia romana en España. En cambio, Vázquez sostiene que no existe “fundamento” para denunciar dichos acuerdos, pues, “en la España de hoy, la Iglesia no disfruta de ninguna situación de privilegio”.
Vázquez también sostuvo que no es comprensible la pretensión de “hacer de la Iglesia un enemigo a batir”, como si la revisión de los privilegios se platease entre amigos y enemigos. También dijo que fue la Conferencia Episcopal la que en su día “tomó la iniciativa de solicitar la derogación del anterior Concordato, renunciando a cualquier privilegio que diera carácter de oficialidad gubernativa a sus actividades”, omitiendo que en su lugar se aprobaron unos llamados Acuerdos, firmados en Roma por el ministro de Exteriores, el propagandista católico Marcelino Oreja, que ratificó (e incluso mejoró en algunos aspectos) lo concordado por el Vaticano con el dictador Francisco Franco en 1953.
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