El proyecto secreto en el que la alcaldesa puso más empeño en sus últimos días: un buda para Madrid que hiciera sombra a las cuatro torres. Sería el más grande del mundo. Cuando se jugaba la reelección, Carmena puso a su sobrino político a desbloquearlo. Sin éxito
Abril de 2019. Huele a napalm en los pasillos del palacio de Cibeles de la capital. La paz en la corporación de Ahora Madrid ha saltado por los aires. La guerra entre el tándem Íñigo Errejón-Manuela Carmena y Pablo Iglesias es total. Las elecciones municipales están ya en el retrovisor de los partidos y en el núcleo duro de la regidora auguran que habrá una lista alternativa apoyada por Podemos. Hay miedo a perder el poder. Por ello, un hombre de barba blanca y desaliñada trabaja a destajo para sacar adelante un proyecto estrella. Es Luis Cueto, alcalde en la sombra de Madrid y sobrino político de la ex juez, que da orden de tramitar con carácter urgente una operación que promueve en silencio desde hace meses ante el temor de que la llegada de PP-Cs pueda tumbarla. No es la instalación de más cámaras de videovigilancia para evitar la proliferación de narcopisos en Lavapiés. Ni un plan para solucionar el caos de las multas de Madrid Central. El proyecto es más místico: la cesión gratuita a una fundación privada de un terreno en el barrio de Arroyo del Fresno valorado en 4 millones de euros, para construir el mayor buda sentado del mundo. Una estatua de bronce, de 36 metros de altura (uno más que el de Hong Kong) y 350 toneladas que se colaría en la icónica foto de las cuatro torres que gobiernan el skyline de Madrid. Un santuario que albergaría dos zonas de restauración, tiendas de merchandising y dos residencias y que, según su artífice, atraería a tres millones de turistas al año. Todo un pelotazo inmobiliario a ojos de varios funcionarios del Ayuntamiento.
La historia de este proyecto secreto se remonta a principios del pasado año, cuando José Manuel Vilanova, un empresario inmobiliario que hizo sus pinitos en el sector de la fotodepilación y representante honorario de la Cámara de Comercio de Nepal en Madrid, le plantea a Carmena y a Cueto la posibilidad de levantar un enorme buda en Madrid. «Yo quería que se potenciase la marca Madrid en Asia y era la mejor opción. A Manuela y a Luis les encantó la idea y ella decidió que fuese Luis quien llevase las gestiones. A ella le gusta mucho impulsar la paz y claro, mi proyecto era el mejor proyecto de paz que ha existido en Europa desde la II Guerra Mundial», relata Vilanova. Cueto se puso manos a la obra. Primero había que fabricar un contexto, un buen envoltorio, que justificase la llegada de un buda. Pactó con Vilanova un convenio de hermanamiento entre Madrid y Lumbini, la ciudad nepalí donde supuestamente nació el primer buda en el siglo VI a.C.
El 1 de noviembre la alcaldesa de Madrid y el regidor de Lumbini, Don Man Mohan Chaudhari, firmaron en la feria Expotural -organizada por Vilanova- un acuerdo de entendimiento entre ambas ciudades, donde se recogían una serie de compromisos. En ellos no se hacía ninguna alusión a la edificación del buda -que sería diseñado por el artista Eladio de Mora- y menos aún que la intención del Consistorio era regalarle a Lumbini una parcela pública destinada a un colegio para ubicar el buda. Tampoco que Madrid recibiría a cambio un terreno montañoso en Nepal de dudoso valor y difícil acceso.
Cueto quiso mantener en secreto esta operación ante el temor de que la oposición o desde dentro de su grupo se la boicoteasen. Empezó a trabajar donde él disfruta. En la sombra. Lideró él mismo las gestiones sin que se hubiese presentado un proyecto detallado del mismo ni una memoria justificativa que declarase que el proyecto era de interés para la capital. Él reclamó a la Dirección General de Gestión Urbanística que encontrase una parcela con las pretensiones que solicitaba Vilanova para cederla al Ayuntamiento de Lumbini por 75 años. Vilanova, mientras tanto, buscaba apoyos. «Me reuní hasta con el Dalai Lama para que apadrinase el proyecto», asegura a Crónica.
Desde el área de gobierno de Desarrollo Urbano Sostenible, controlada por un concejal contrario a Carmena, le informaban el 17 de enero de 2019 de que habían encontrado una parcela de 5.044 metros cuadrados, aunque realizando estas apreciaciones: «Hablamos de una instalación muy singular que tiene difícil encaje en los parámetros de la normativa urbanística vigente». En el informe le explicaban detalladamente que había que tramitar un plan especial que cambiase el uso educativo para el que había sido destinado el terreno a uno espiritual.
A pesar de este aviso, Cueto no cejó en su empeño. El 20 de febrero escribió al director de Gestión Urbanística para que valorase la parcela a efectos de iniciar los trámites para la constitución de un derecho de superficie a título gratuito. Era una parcela reservada, según refleja un funcionario en un informe, a que la Comunidad de Madrid edificase un centro educativo «que demandaba el barrio insistentemente». De hecho, el concejal responsable del distrito donde se encuentra el terreno, Guillermo Zapata, mostró su oposición al proyecto porque consideraba que los vecinos del barrio iban a estar en contra.
El coordinador general de Alcaldía y actual concejal de Más Madrid informó a Vilanova de que ya habían encontrado una parcela al norte de la capital. Fue cuando el empresario decidió presentar un dossier con el proyecto. «Cuando tuvimos el terreno ya entregamos el dossier completo. Antes habíamos presentado documentos aislados y mantenido conversaciones», confiesa Vilanova. El documento llevaba una carátula con el título Gran templo buddhista y aparecía una enorme estatura encima del oso y el madroño, las torres Kio, el Pirulí, las cuatro torres, el edificio Metrópolis y la Puerta de Alcalá.
En el dossier, al que ha accedido en exclusiva Crónica y que viene cargado de fotos del alcalde de Lumbini, Carmena, Cueto y Vilanova y pasaportes de ciudadanos nepalíes, se explica el proyecto. «Como fruto entre la hermandad de las ciudades de Madrid y Lumbini y la firma de un acuerdo en la feria de Expotural… se anuncia la creación de un templo budista en la ciudad de Madrid, que refleje su luz en las cuatro direcciones y sea morada de paz atemporal». Se aventuraba que este enorme buda «cambiará la morfología cultural, turística e incluso espiritual de una ciudad tan abierta y con una identidad tan propia como Madrid», y se especificaba el sentido de la figura.
«El Buddha Bhumisparsha, sentado, con la mano derecha tocando la tierra con sus dedos y con la mano izquierda en el regazo y la palma hacia arriba, representa el Buddha que lleva la espiritualidad a la vida terrenal y junto con sus verdaderas facciones y semblante, tal y como le pintaron y escribieron los griegos que llegaron hasta la India por la ruta de la seda, acabará siendo uno de los iconos más significativos de esta ciudad y por supuesto de la familia internacional budista, y en poco tiempo, pasará a ser parte de la identidad de Madrid, como baluarte de una ciudad abierta al mundo».
Se detallaba que el templo, que costaría 10,6 millones de euros construirlo, estaría ubicado debajo de la superficie de la estatua de buda. «Dentro del mismo, irá un pequeño muro que mostrará 10 ladrillos que formaron parte del palacio donde nació Buddha Lumbini, el palacio budista más antiguo del mundo del sigloVI a.C. y que son Patrimonio de la Humanidad». También habría un jardín de 2.500 m2 y árboles nepalíes. Habría tienda de merchandising, una residencia para los monjes budistas y otra para turistas, una sala de meditación o yoga, otra de conferencias, una biblioteca de «incalculable valor» y dos zonas de restauración.
Cueto dio orden a su equipo de presionar para hacer posible el proyecto. Las semanas pasaban y el proyecto Gran Buddha, que contaría con una inversión privada de 22 millones de euros, se enfrentaba a la burocracia clásica de los grandes ayuntamientos. Corría el mes de abril y ya era un hecho que la izquierda se presentaría muy fragmentada a las municipales. Había riesgo de que se perdiese el bastón de mando. Fue cuando el sobrino de Carmena decidió pisar más el acelerador para dejarlo finiquitado antes de que se sus peores augurios se confirmasen.
A TÍTULO GRATUITO
En una nota interna, con fecha 2 de abril y con la firma de Cueto, se puede leer: «Asunto: Solicitud de alcalde de Lumbini, ciudad de nacimiento de Buddha en Nepal, para implantar un centro budista denominado El Jardín de Lumbini. Inicio expediente a instancia de parte, para implantación del Jardín de Lumbini mediante la constitución de un derecho de superficie a título gratuito en parcela número 29.593 sita en distrito de Fuencarral, cuya superficie es de 5.044 m2». Iba dirigido a Antonio Zurita, director general de Acción Internacional.
Seguían pasando las semanas y a Cueto le invadió el nerviosismo. También a Vilanova. El 15 de abril, su mano derecha y responsable de relaciones internacionales de la ciudad de Lumbini, Ekraj Giri, enviaba este mail a una asesora del coordinador con algunas faltas de ortografía: «Buenos días Carmen. Como esta? Hoy por la mañana hablé con Sr. Alcalde de Lumbini por otros tema mientras eso me preguntaba, ¿cómo va tema de templo de buddha de Madrid?».
El 23 de abril, a las 15.08, la asesora de la coordinación general de Alcaldía escribía un correo a Antonio Zurita y a su consejera Amaya Gil. «Hola Amaya y Antonio. ¿Ha sido posible iniciar tramitación de este expediente? Gracias de antemano». A los 50 minutos, Gil contestaba: «Hola Carmen, estamos en ello, estudiando la documentación y viendo cómo iniciarlo. Hemos tenido algún debate al respecto. Te iremos contando. Menudo expediente complejo. ¿Hablaste con el SG de Urbanismo?». Los técnicos del Ayuntamiento informaron a Cueto de que había dos escollos importantes. «La cesión a título gratuito solo se puede realizar si Lumbini es una administración pública, cosa difícil de probar, y además la aceptación de la parcela que ellos ceden a Madrid debería contar con una memoria justificativa que declare que tal operación es de interés para la ciudad de Madrid», escribió un funcionario.
Para salvar el primer problema, a Cueto y a Vilanova se les ocurrió crear una fundación que sí podía recibir ese terreno de forma gratuita y apalabraron la incorporación del Ayuntamiento a la fundación Lumbini, que se iba a crear para formalizar el proyecto a pesar de que ésta tendría que ser aprobada en un pleno tras las elecciones. Cueto pidió a una asesora que iniciase las gestiones para predisponer la entrada del Consistorio en la fundación. Vilanova incluso le propuso meter al Gobierno. «Estoy convencido de que si Carmena habla con Josep Borrell y le explica todo esto se incorpora a la fundación mixta», le escribió. «Me parece buena idea pero estos momentos electorales no son los mejores», contestó Cueto, que llegó a viajar hasta Lumbini. Vilanova propuso al coordinador que Carmena se reuniese en la semana final de campaña con el alcalde de Lumbini para dejar amarrado la incorporación del Ayuntamiento a la fundación. El alcalde en la sombra le dijo que sería complicado al encontrarse ella en campaña, pero que él mismo le recibiría en el Consistorio.
Peso: 350 toneladas / Material: Bronce / Altura: 36 metros / Ancho de rodilla a rodilla: 40 metros / Fondo: 39 metros / Terreno donde se edificará el templo budista: 5.044 m2 / Valoración del terreno cedido gratuitamente: 3,890.037 / Inversión de mecenas y empresas privadas: 22 millones de euros / Duración de la cesión gratuita: 75 años. El Ayuntamiento de Lumbini cede un terreno al Ayuntamiento de Madrid para la experimentación de cultivos / Área de meditación y edificio de conferencia: 500 m2 / Edifico residencial: 800 m2 / Estupa: 30 m2 / Altar: 300 m2 / Fuente de agua: 20 m2 / Templo de Mayadewi: 20 metros / Librería de buda: 90 metros / Jardín: 2.500 m2
El 20 de mayo, a seis días de las elecciones,Cueto y el alcalde de Lumbini se reunían en el Ayuntamiento y el coordinador le agradecería en una carta la visita. En ella le explicó que estaba esperando sus instrucciones para saber cómo adquirir oficialmente el terreno montañoso ofrecido por Lumbini. Un terreno que ni siquiera estaba en la ciudad nepalí y del que se desconocen sus característiscas y su ubicación exacta, según fuentes municipales.
El Ayuntamiento de Carmena quería dedicar la parcela para montar un «centro experimental de cultivos», según reflejó en un escrito un funcionario. Ese mismo día, una secretaria de Cueto seguía metiendo prisa a una asesora en vacaciones para que agilizase la operación.
El alcalde de Lumbini, Vilanova, un ciudadano nepalí y otro belga registraban ante notario -dos días antes de las elecciones- la creación de la fundación dándole al Ayuntamiento un 25% de participación, a pesar de que ésta tenía que pasar por pleno. Además, se especificaba que se crearía la empresa Buddha Lumbini Group S.L. para «gestionar y explotar las actividades no espirituales que se celebrasen en el lugar». Llegan las elecciones del 26-M. La izquierda no suma mayoría. El acuerdo entre PP, Ciudadanos y Vox posibilita la caída de Carmena. Cuando se produce el traspaso de poderes, Cueto hace un último esfuerzo para atar el buda.Le pide a la vicealcaldesa, Begoña Villacís (Cs), que reciba a Vilanova. Ella accede y se reúne con él, aunque deriva el asunto a la concejal de Cultura, Andrea Levy (PP), que recibe en julio a Ekraj Giri, hombre de confianza de Vilanova. El emisario le traslada que Villacís les ha dado ya su visto bueno (extremo desmentido por la vicealcaldesa) y que sólo necesitan su okey. A Levy -que no ha querido hacer declaraciones- se le presenta como enviado de la embajada de Nepal, según fuentes municipales, y le hace entrega de un dossier actualizado del proyecto de 507 páginas con el título: Madrid.Una ciudad de paz. Proyecto Gran Buddha. En su carátula aparecía una figura enorme de buda mirando de tú a tú a las cuatro torres.
«ATARLO RÁPIDAMENTE»
La edil popular no dio crédito cuando vio el proyecto y encargó a un técnico que preparase un informe. También pidió que comprobasen en la embajada de Nepal si Giri estaba vinculado con ellos.Le dicen que no. A los pocos días recibe el informe desfavorable. «Este asunto se precipitó de manera inusual a finales de la legislatura pasada. Es como si la alcaldesa y Cueto, que lo llevaban muy personalmente, quisieran atarlo rápidamente, amarrar el compromiso con Lumbini antes de las elecciones, por si acaso», escribió un funcionario. Preguntado por sus insistentes gestiones antes de las elecciones, Cueto contestó: «Todos los proyectos que yo quería hacer, traté de hacerlos. Yo no quiero que el buda se viese como un proyecto de Carmena o mío sino como un proyecto de ciudad para reforzar la idea de Madrid como una ciudad de paz y acogimiento».
El asunto llegó a oídos del alcalde José Luis Martínez Almeida, que decidió abortarlo. En su equipo incluso alguien bromeó: «Vamos, no destinamos ese terreno público para poner una Virgen de la Pilarica, lo vamos a destinar para un buda. A saber qué intereses tenía el sobrino de Carmena». A pesar de que en el Consistorio le están dando largas, Vilanova da por hecho que saldrá adelante. «Sé que en el Ayuntamiento sigue interesados porque me están buscando una parcela más grande. Ya está la cesta y sólo falta que Almeida ponga el huevo», explica el empresario, que para redoblar su presión ha decidido traer al alcalde de Lumbini el próximo 26 de septiembre a una feria que organiza en Madrid.
«Nos está bombardeando a emails para que Martínez-Almeida se reúna con él, pero ni le hemos contestado», explican desde la actual corporación. En el acto, Vilanova dará a conocer el proyecto y allí presentará una recreación de tres metros del buda que guarda en un taller de Getafe. «Si no lo quieren en Madrid me lo llevo a Málaga, donde el Ayuntamiento quiere hacerlo», apunta Vilanova. En el consistorio malagueño este proyecto les suena a chino.