Una vez más el Ayuntamiento de Garrovillas de Alconétar (Cáceres), gobernado por el PSOE, nos sorprende con otra muestra de su peculiar laicismo.
En una de las pared del salón de plenos hay, desde hace muchos años, un azulejo del Corazón de Jesús, así la nueva alcaldesa socialista tomó posesión de su cargo bajo la advocación de tan sagrada imagen.
En esta línea de confusión entre lo religioso y lo político y en una muestra de nacional-catolicismo participaron en agosto en el novenario del Santo Patrón, San Roque.
Y ahora en septiembre, como ya publicábamos en el Observatorio del Laicismo hace cinco días, participan en las novenas a la Virgen patrona, a la que se encomiendan para que les ayude a gobernar, para ello hacen una ofrenda, la alcaldesa y varios concejales, entregándole el bastón de mando municipal y un ramo de flores a cuenta del erario público.
La casualidad ha querido que dicha festividad coincida con el Día de Extremadura y para festejarlo han puesto una gran bandera de Extremadura en el balcón del ayuntamiento y sobre ella una imagen de la Virgen de Altragracia, para que los guíe por el buen camino. Es el culmen del laicismo al que nos tiene acostumbrado el PSOE.