El desprendimiento del badajo de la campana mayor de la Colegiata de Gandia, que se produjo hace un par de semanas ocasionando daños en el techo de una capilla del templo, ha empujado al gobierno municipal a desempolvar los proyectos para acelerar la rehabilitación del deteriorado campanario, que fue construido en el siglo XVIII.
A primera vista, se observa que el paso del tiempo ha hecho mella en él y que incluso el espacio destinado a las campanas alberga vegetación. Desde el gobierno admitieron que pese a que no hay ningún peligro en este elemento arquitectónico, hay que empezar a iniciar el proceso para restaurar la torre.
Para ello, se ha recuperado el programa que se redactó en 2009, pero que finalmente se quedó en un cajón debido a las diferencias entre el abad y la Fundación de la Comunitat Valenciana para la Restauración de la Insigne Colegiata de Gandia. La Seu se quedó entonces sin una subvención de 600.000 euros que el Ayuntamiento de Gandia iba a aportar para las obras de mejora del campanario.
El ejecutivo local, de esta manera, solicitará el proyecto de 2009 y otro de rehabilitación interior para presentarlos ante la Diputación de Valencia y poder obtener una subvención de 600.000 euros, que es lo que cuestan los trabajos. Asimismo, se pedirán todos los permisos pertinentes a la Generalitat Valenciana puesto que es un monumento protegido.
Las actuaciones prioritarias, según indica la memoria del programa son: incidir en la torre; impermeabilizar muros y soleras; vidrieras y lacerías con ventilación; afianzar el sistema de campanas de mandos a distancia; y la revisión del estado de la maquinaria y de agujas del reloj e incluso el alumbrado. Asimismo, alude a la puesta en valor de la torre medieval del XIV y de la sobreelevación neoclásica del siglo XVIII, distinguiendo el tratamiento dado a ambas. Propone actuar en la escalera interior, tanto de su acceso exterior como de las condiciones internas.
El documento también plantea la realización de una campaña arqueológica que defina cimientos y la traza de la muralla previa a la torre, la cual se descubrió en la tercera campaña. La intención del ejecutivo es reunirse con el abad para tratar de actualizar la memoria. «No podemos dejar abandonado nuestro patrimonio», apuntaron desde el ejecutivo.
El campanario está configurado por cuatro cuerpos diferenciados. El primero actúa como base y en los tres superiores se albergan las campanas. En el segundo están las tres mayores, litúrgicas; en el tercero los dos tiples también de uso litúrgico, hoy en desuso; y en el cuarto, las horarias.
La estructura de la torre campanario de la Colegiata ha sufrido remodelaciones a lo largo de los años a causa de terremotos diversos, que obligaron a reconstruir las partes derribadas o a retocar las dañadas por los seísmos. El actual campanario fue construido en el siglo XVIII sobre las bases de la anterior torre, que quedó destruida tras el terremoto que sacudió la ciudad en el siglo XVII.
La torre campanario, con base románica cuadrangular, se proyecta en una altura de 48,50 metros y queda configurada por cuatro cuerpos superpuestos. El primero, que actúa como basamento, corresponde a la torre propiamente dicha. Algunos expertos lo ven como reminiscencia del minarete de una supuesta mezquita musulmana allí existente hasta 1245, fecha en la que Jaume I la rehabilitaría para el culto cristiano. Se accedía a la torre por el fondo de la primera capilla de la izquierda, donde todavía puede verse una puerta dovelada, con arco de medio punto.